viernes, 23 de abril de 2010

Año 2 d.B.: la Razón al servicio del hígado

Bilis cumple hoy dos años. Y lo hace con la cacota bien fresca en el pañal y la alegría de comprobar que carece completamente de influencia -¿sobre quién iba a influir, si apenas me leen un par de tipejos, y uno de ellos le falta un hervorcito?-, y que las cosas sobre las que ha vertido su bílica opinión siguen igual o peor que antes de que servidor les dedicara su dulce, melodiosa y siempre respetuosa prosa.

De un año a esta parte la SGAE ha seguido atracando a los viandantes por las esquinas para mayor gloria de Mamoncín; negros con metralletas siguen secuestrando barcos dirigidos por blancos con corbatas; y en los mapas del tiempo de canales televisivos en idioma castellano sigue poniendo estupideces como A Coruña o Girona, mientras el Ministerio de Fomernto sigue ignorando la rotulación en riojalteño de los accesios a Casalarreina con el simpar vocablo Ojoculo.

Ni las altas esferas se libran del todo sigue igual. El Gobierno ha continuado inventando estupideces como el Plan E para maquillar una crisis inmaquillable, y ahora tiene que subir los impuestos para contrarrestar su propia estupidez. (Con campaña hipócrita, aprovechada y antipatriota -y se lo digo yo, ay que risa- del PP a costa de ello incluída. Cómo no. ¿Cómo pueden ser tan malos? Si la culpa no la tiene ZP, que únicamente es un mongolo. La culpa de todo la tiene la malvada crisis, que es tan mala que ni siquiera una figura tan eminente como el jefecillo de los empresarios de España, ése gran país, puede pagar a sus esclavitos. Por cierto: cuatro meses les ha costado quitarle la licencia, y al día siguiente, nuestro simpar gobierno, siempre preocupado por el ciudadano, ya se dejaba la piel por proteger al líder de la patronal. Lo mismito que hubieran hecho por usted, seguro.)

Y así, Madrid es tan olímpica como Piedralrayo; Berlusconi sigue por la vida con la misma cara de siempre, uy no, que es una nueva, la vieja se la partieron; y la selección española de fútbol continúa malacostumbrando a la población a base de victorias hasta el punto que, tras la capucha y la grañonera, la Roja se ha convertido en la prenda más fashion tanto en los zulos etarras como en la pasarela primavera-verano de Eusko Balaennuka.

Tampoco se ha abolido la presencia de Belén Esteban delante de menores de noventa años; ni la Ley Sálica, aunque ahora ya han echado a Marichalar de Fama, y a reinar, y no podrá aspirar a cargárselos a todos y poner su gepeto en las monedas; y al tipo al que Ibercaja estafó doscientos euros y se le rió en la puta cara, ahora le dan consejos en la página web de Eduard Punset. Lo que hay que ver por tener ojos, lo que hay que oír por tener oídos, y lo que hay que cagar por comer caparrones con berza.

En resumen, que todo, mis amados lectores, sigue como estaba; ni siquiera inesperadas sorpresas como que aspirantes a Miss España se pasen al noble arte del cine pornográfico (¡Gora Ourense Militarra!) pueden equilibrar la balanza que el acontecer diario inclina, una y otra vez, por repetitivo y asquerosamente impune, hacia el odio, el odio, y el odio.

En otros casos, además, la situación comentada en Bilis no sólo no ha remitido, sino que ha seguido increscendo. Por ejemplo, el diario Marca ha seguido su imparable escalada hacia las más altas cotas de la basura patria de un modo tan arrollador que no merece sino una nueva y bílica entrada.

Pero eso será ya en mayo. De momento, lo único seguro es que aquí estaremos nosotros -si Esperanza Aguirre, nuestra última y fascistoide amiga, no me encuentra antes y sus sicarios me hacen comerme mis propias piernas trituradas sin necesidad de abrir la boca- para contarlo.

Esperemos que no. Tendrán cosas más importantes que hacer, como continuar su guerra contra los helicópteros, o robarle el bocata a un niño en el patio, que molerme a palos. Así que, tomando prestadas sus palabras al maestro Eduardo Galeano, Bilis seguirá poniendo, si la autoridad lo permite -y si no, más aún-, "la razón al servicio del hígado".

sábado, 17 de abril de 2010

Espe (making friends III)

He robado de todo y me he jactado de ello. Incendié la Falange, digo, el PP, a ver si las llamas se comían a Gallardón. He viajado en helicóptero con Rajoy y he vivido para contarlo. Compré a dos diputados de la Asamblea de Madrid y después, los muy paletos, me dieron dos mayorías absolutas seguidas. He hablado con dioses bigotudos, me he hecho un canal de televisión tan a mi medida que se jiña la tele por cable, y he sido la ministra de cultura más inculta de la historia. Que, en España, no es moco de pavo. Me llamo Espe. Quizás hayas oído hablar de mí.

Hayan o no leído las azarosas aventuras del pelirrojo Kvothe, seguro que han oído, mis queridos saquitos de humana pestilencia, hablar de ella. Por si acaso, les daré alguna pista más: No come ratones, no viste de uniforme, pero es muchíiiiisimo más lagarta que la famosa Diana de la serie 'V'.

Estamos hablando, cómo no, de Esperanza Fuencisla -la cabeza te quiten y te pongan la del Pato Lucas, con ese nombre- Aguirre y Gil de Biedma, condesa de Murillo (De Río Leza, y esto es en serio. Mira que me gusta innovar, por no decir sacarme las cosas del forro del escroto, pero si el humor viene de serie, ¿para qué inventarme las sandeces?), más conocida como La Lideresa, y a la que aquí, con el amor natural, gratuíto y espontáneo que caracteriza a Bilis llamaremos, simplemente, La Zorra Esa.

Podrían desgranarse muchas anécdotas para dejar bien clara la personalidad de La Zorra Esa. Quizás la más conocida sea aquella en la que respondía con un orgulloso "yo sólo veo cine español" cuando Pablo Carbonell, que era el más cabrón de los reporteros del programa más cabrón de la tele, le pedía a ella, que era Ministra de Cultura -qué país más triste- su opinión sobre Airbag, de Juanma Bajo Ulloa.

Pero todo sería poco para describir a una trepa capaz de compararse, en su atrevidísima ignorancia, con los constituyentes de la Pepa, allá por el Cádiz de 1812. "Ellos eran liberales, como yo", dice la tiparraca. Y se queda tan ancha. Bueno, cómo se va a quedar alguien con un poder tan grande y una estupidez mayor aún.

Últimamente, desde que el noble pueblo de la capital de las Españas premia sus pucherazos con mayorías absolutas, se ha hecho más atrevida, y no se corta a la hora de felicitarse por colocar a sus adlateres como consejeros en Caja Madrid, y "quitarle el puesto al hijoputa ése", o deslizarle, jovial y risueña con esa sonrisa franca que sólo poseen ella y las hienas, un "no sé como permites que te pongan esa puta mierda ahí" al alcalde del pueblecito de turno.

Por suerte había allí unos incómodos micrófonos abiertos. Esa boca, Espe, que te la vamos a tener que lavar con jabón...

Pero siempre habrá quien se resista a tan contundentes pruebas, quien esté dispuesto a perdonar todos sus desmanes y, lo que es peor, quien en el caso de que La Zorra Esa le moviera la silla a don Mariano lo suficiente como para que el ¿tartaja? -¿cómo definir a un tipo que se traba al hablar y que, con cada palabra, hace que la compra de chubasqueros suba exponencialmente entre los agraciados que se encuentran al otro lado de su atril?- dejara de ser el líder dela ultraderecha hispana, acudiera raudo y veloz a las urnas a darle su voto.

Esperanza Presidenta. Ni de la escalera de mi casa, plis. Tiemblo. Da más miedo que subir en el ascensor con Guti. Y es algo que desde Bilis, donde somos famosos por nuestras acertadas profecías -como la que decía que Madrid iba a tener los mismos Juegos Olímpicos que Valgañón-, no se descarta en absoluto.

Podrían ocurir cosas peores, sí. La humanidad podría ser esclavizada por una raza de superextraterrestres, Del Bosque podría caer en los influjos de la quetamina y llevar a Raúl a Sudáfrica, o Benedicto XVI podría ser el profesor de natación de sus hijos. Pero, ¡h!ecatombes aparte, tener a Esperanza como gestora única, al estilo de lo que fue Aznar, y representante máxima en el exterior (con perdón del señor ése de las monedas, que está tan ajetreado que no tiene tiempo ni para afeitarse), sería para España la mayor tragedia desde la muerte de Chanquete a manos de los GAL.

De momento, en provincias, habremos de conformarnos con sus periódicas apariciones en televisión, con las consecuentes subidas del vergüenzajenómetro; y allá por la capi podrán seguir disfrutando de su circo privado, repleto de payasos como el ínclito Gérman Tertsch, al que atacaron "unos moros, o maricones, o de extrema izquierda... pero organizados" que luego resultó ser un tipo que le infló a hostias porque el Goebbels de Telemandril se estaba pasando de listo, borracho como una cuba en una discoteca.

Pero en el futuro... nunca se sabe. Por desgracia, la Esperanza es lo último que se pierde.

lunes, 12 de abril de 2010

Ponga un famoso en su vida

Decíamos ayer -disculpen la arrogancia de plagiar a Fray Luis de León sin llamarme así ni ser leonés, pero ambos salíamos en Futurama- ciertas cosas acerca de cierta película cuyo visionado sin previa ingesta de cantidades industriales de morfina sólo podía conducir a un viajecito de catorce pisos desde la ventana de su salón hasta el pipican de la esquina, y no duden que en su día diremos más. Pero no será hoy, porque lo que toca en esta mañana primaveral es desgranar una nimia anécdota sucedida ayer, durante la agradable tarde del día del Señor.

Paseaba quien esto escupe por la calle, rumbo a la enésima muestra de desgracia colectiva perpetrada por el Atlético de Madrid cuando, de repente, algo le puso en alerta: coño, acaba de pasar un viandante que ha llamado la atención de mis retinas.

En ese mínimo instante de perplejidad, cuando sabes que has visto algo pero no sabes aún qué has visto, ese instante en que la información viaja desde la retina hasta el cerebro, el viandante ya ha rebasado la posición del observador, y éste, asombrado, ha de girarse sin el menor disimulo para comprobar si todo ha sido producto de un engaño visual, una broma de la imaginación o, quizás, de la previa y alucinógena lectura del Marca posterior al orín blaugrana (y van...) del Bernabeu.

Y al girar la cabeza al compás de la intriga, el resultado no puede ser más sobrecogedor. Está ahí, ante tus humildes ojos de pecador: ¡un famoso! Un tipo que sale por la tele, ¡y no por cualquier tele! Un tipo que durante años ha esputado su verborrea de vertedero en los programas más polémicos y chabacanos de la televisión patria -que no es poco-.

Ahora lleva greñas desaliñadas allá donde no está calvo como un huevo, y las noches de fiesta con Yola Berrocal o cualesquiera otras prostitutas cocainómanas han borrado de su faz ese aspecto de cura juvenil, regalándote un hálito de tipo aficionado a los partidos de benjamines los sábados pro la mañana que echa para atrás.

Si, señoras y caballeros: ayer me crucé con el padre Apeles por la Gran Vía logroñesa, con su pantalón y su camisa negros como el corazón de Aznar, su alzacuellos al frente y un aire de estupefación en su caminar que inducía a pensar un par de cosas: o Apeles jamás ha salido de una pequeña aldea en las montañas de Más-allá-del-Muro, siendo esta la primera vez que visitaba una ¿ciudad? -de todos es sabido que la capital de todas las Riojas es y será el pueblo más grande de España-, y por ello contemplaba las fachadas de San Antón, como quien disfruta del Trocadero parisino o del Museo del Prado; o el sacerdote más mediático desde aquel capullo que se ató a los globos de helio en Brasil, llevaba un ciego como Steve Wonder después de cenarse una tortilla de setas camboyanas hecha con los huevos de Serafín Zubiri.

No apostaré por ninguna de las dos; sólo les diré que el curilla es de Barcelona, y que lo más digno de ser contemplado en esa zona son los pezones de los maniquíes del Bershka.

Ya ves truz, sales un día de casa y te encuentras rodeado de gente escapada de tu caja tonta. ¿A qué se debe eso? Desde Bilis, donde nos gusta poco la reflexión y practicamos muy mucho la precipitada obtención de explicaciones descabelladas con sutiles toques de antimadridismo, flemas sanguinolientas o un sentido del humor que haría las delicias del Duque de Feria, hemos decidido que todo corresponde a una campaña turistico-promocional del gobierno riojano.

Así, Apeles paseando por el centro de la capital viene a complementar la excepcional imagen de nuestra incógnita república rural que allende los Cameros ya publicitaba el (poner aquí un oficio distinto a vividor, si lo hubiera) Álvaro Muñoz Escassi en su exitosísimo I love Escassi.

Confieso que en éste, como en tantos otros temas, hablo desde el completo desconocimiento, pues jamás prenderé la televisión para degustar algo similar mientras tenga chichetas que clavarme bajo las uñas. Así que Bilis recurre al primo Google para comprender los entresijos de la basura con la que el Gobierno riojano pretende atraer el turismio y se encuentra con que "Escassi encandila a Arantxa con un anillo de inmunidad". Imaginando el contenido del programa, servidor no sabe si tomarlo al pie de la letra e imaginar un coqueto anillo que impide a su portadora ser expulsada del programa -si es que de eso trata el programa-, o si, directamente, Telecinco ha decidido coger el toro por los cuernos y lanzarse a la producción de basura sin ningún reparo -miento, eso lo hace desde hace mucho tiempo, pero ya me entienden- y el anillo encandilador es un DIU como Dios manda, y a la tal Arantxa le van a dar morcilla de Burgos hasta que la escueza el coño en prime-time.

Yo paso de investigar, así que ustedes deciden. Lo importante, sin duda, es que nuestra calles se llenan de famosos dispuestos a sustituir a Taburete en el imaginario popular, y todos ansiamos el momento de cruzarnos con Marichalar en las escaleras mecánicas del Simago, o tropezar con Dinio en el baño de la Norma. Ponga un famoso en su vida, eso es.

A todo esto hay que sumarle la anual celebración de la Gala de La Rioja en la plaza de toros de La Ribera, con sus millonarias y ridículas actuacionesen playback que pretenden lograr el hito de equiparar a La Tierra Con Nombre De Vino (¿no será al revés, hijos de la gran puta?) con Murciaquéhermosaeres u otras mierdas del mismo infecto estilo.

Desde esta humilde tribuna agradezco a Pedrone, capo vitalicio de este cortijo riojano, la inclusión en nuestras vidas de personajes famosos que puedan sacar al pueblo riojano de la miseria y el desempleo en que Zapatero nos sumerge; y ya puestos le animo a realizar la acción inversa, es decir, dignarse a salir él de nuestras vidas y darse un garbeo por Sálvame, Gran Hermano Ochomil, o el extinto Superguay, con Rita Irasema y Borondongo. Telecinco siempre necesita de nuevos payasos.