sábado, 24 de octubre de 2009

Prestigiosa Academia vende moto

Había ciertas cosas que uno sabe desde siempre que están amañadas. El festival de Eurovisión, las elecciones en Libia, las encuestas electorales de los periódicos de derechas (como Público o El País) y de ultraderechas (los demás), los resultados de los prácticas de Fluidomecánica, o todas las Copas de Europa anteriores a 1965.

Entre las que tenían un mínimo de solera y prestigio, y servidor creía que sus decisiones eran justas y respetables, se encontraban los premios Nobel. Hasta hace unos días.

Concretamente hasta que al jurado de dichos galardones le dió por conceder a Barack Husein Obama, a la sazón presidente electo de los Estados Unidos de América, negro más famoso del mundo después de Makelele y Emperador de la raza humana, el premio Nobel de la Paz por "su visión de un mundo sin armas nucleares".

Vamos, que a nuestro simpático Dios le conceden el Nobel porque le gustaría que no proliferaran las armas nucleares. El hecho de que él sea el presidente del país más nuclearizado del mundo y comandante en jefe del único ejército que las ha usado jamás en una guerra, carece de importancia. Aquí lo que cuenta es que el primo Obama no quiere que los moritos -que no son moros, son persas- de Irán tengan armamento atómico, ni que el puto enajenado que manda en Corea del Norte pueda seguir llenando la despensa de pepinos de uranio hasta el día en que le dé por jugar al Risk a lo bestia.

Pero el hecho de que los Yueséi sigan mejorando cada dia su capacidad armamentística; que apoyen, financien y estimulen el potencial nuclear israelí por un supuesto derecho a defenderse -de niños armados con piedras, sí, pero con muy buena puntería-; o que firmen acuerdos ridículos con los rusos porque a esos, el día que se les pire la patata, si que es para tenerlos miedo; todo eso, parece no tener la menor importancia. Aquí lo que cuenta es que Obama, en lugar de sapos por la boca como hacía su estúpido antecesor, exhorta buenas intenciones cada vez que saca la lengua a paseo.

Esto induce a dudar de muchas cosas. La primera, que si de palabras vacuas repletas de buenas intenciones se trata, su colega Zapatero puede llevarse todos los premios del mundo, tal es el buenrollismo que destila el muy mameluco.

La segunda, que vistos los estrictos criterios que impone la Academia, puede que Einstein únicamente deseara fervientemente desarrollar grandes teorías científicas; quizás Juan Ramón Jiménez sólo tuviera la intención de escribir geniales obras.

Y la tercera, pero no por ello menos importante ni plausible, es que, bajo esos estrictos condicionantes, yo mismo me postulo para ése -tampoco me gusta que maten a gente con armas nucleares; es más, no me gusta que se mate a gente, sin mas- y para todos los demás premios Nobel habidos y por haber.

Me merezco el Nobel de Física, pues respeto a pies juntillas los principios básicos del funcionamiento del Universo, la Ley de la Gravedad o la del Rozamiento; e incluso el postulado de Arguiñano sobre axioma previo de Ramón Pitis, que asegura, no sólo que la droga es la auténtica salud, sino que la resaca nunca fue impedimento para hacer espléndidamente tu trabajo.

Lo mismo puedo decir del de Química, pues soy todo yo un compendio de reacciones y procesos destinados a mantener con vida a mis hermosas celulitas. Y no como Baúl González Blanco, que es un diez por ciento vida humana y un noventa ficción periodística.

Respecto al de Literatura... pues ya ven. Aquí ando, tecleando mi basura en Bilis. Pero a mí me gustaría tener la imaginativa mente de George R.R. Martin, la prosa épica y descriptiva de Tolkien, y el incisivo humor de Dickens; de la misma manera que a Obama le gustaría un mundo sin armas nucleares.

Y bueno, con todos los demás, visto que lo que cuenta no son las acciones sino las buenas intenciones, pues yo quiero un mundo sin catarros, ni cánceres, ni sidas, y que la gente sea buena y feliz, por lo que merezco el de Medicina, por ejemplo. O el de Economía. Como dice un colega, me encantaría que a todos nos diera quinientos euritos más al mes el Estado, para que pudieramos tirar palante con facilidad, y todo fuese mucho más bonito, llovieran pétalos de rosa y Homer Simpson presentara Tendido Cero.

Pero ya ven. A mí los amigos nórdicos no me darían ni sus escandinavos mocos embalados en un paquete del Ikea. Y las mismas causas estúpidas que yo puedo aducir para hacerme con esos premios - o con los Oscars, la Bota de Oro, o la llaves de la villa de Cidamón, si me apuran- son las que ha esgrimido la Academia Sueca -o noruega, vaya usted a saber- para considerar a Obama como adalid de la paz el mismo día que el amigo decide enviar treinta mil soldados más a Afganistán a repartir caramelos.

Todo demasiado ridículo. Tanto como entregar un premio con el nombre del inventor de la dinamita dedicado a la paz, lo que es tan absurdo como concedérselo al líder del mayor grupo de asesinos del mundo. Así que, quién sabe, quizas no sea todo tan descabellado, y estos vikingos tengan oculto un sentido del humor mayor que el del señor Barragán y el Papa juntos, y nos lleven aún años de ventaja.

Vivir para ver.

PD: Para que no crean que debido a mi deterioro psíquico soy el único que se escandaliza con este tema, tengo el gusto de enlazarles la opinón que mi compadre mozambiqueño-provenzal Rolo tiene sobre este esperpéntico premio. Lo dicho, vivir para ver.

sábado, 17 de octubre de 2009

Iros a la mierda con el puto fútbol

A quienes me conozcan, y sepan de mi exacerbado friquismo futbolístico, les habrá sorprendido el título de esta entrada. Pero en cuanto vean su contenido, comprenderán porque he dedidido plagiar en Bilis una entrada de otro blog -algo que hasta ahora tan sólo habáin conseguido los tipos de la revista Karma, y La Tierra que nos parió, el blog de Luis Miguel Domínguez, citando a un visionario Arturo Pérez-Reverte-.

Con ustedes "Iros a la mierda con el puto fútbol". Hélo aquí.

"Sí, yo, futbolero de pro, sangrante fan de los míticos programas Futbol Internacional (desde los tiempos que se llamaba Futbol 92), Gol a Gol, Estudio Estadio, y degustador de los partidos de la premier en la 2, de la Bundesliga en RTL y de la Serie A en la Rai Internazionale, vengo a decir que estoy hasta los cojones de la sobredimensión futbolística.

Hasta las narices de que un supuesto progre, enriqueciéndose a golpe de decretazo me diga que mi TDT no sirve y que si quiero ver lo que hasta ahora era gratis, me tengo que joder y comprarme otro aparato sólo para que el notas amortice el increíble gasto que sus amigos en el poder le han permitido hacer, usando métodos más propios del tráfico de influencias y el uso de información privilegiada.

Hasta los cojones de los cabrones que hasta ahora nos cobraban 12 euros por un puto partido retransmitido por los dos peores comentaristas de la historia, y que ahora, para no perder su tajada del pastel, nos den lo que nos daban hasta ahora por 15 euros al mes, sólo porque han visto las orejas al lobo y han perdido su puesto al lado del socialismo gobernante, ya que han llegado nuevos convidados al banquete de las concesiones y las licencias televisivas.

Desde aquí propongo que nadie compre los receptores de TDT para ver GOLTV y que nadie se abone al canal Liga para que el Robinson le de más la turra. Que se coman sus cacharros con patatas y que si queremos ver fútbol lo veamos de manera gratuita por internet sin hacerles el juego a estos dos mafiosos, que juegan con la ciudadanía para enriquecerse a base de la aborregada sociedad.

Fíjense cuales han sido sus métodos. Durante dos años laSexta ha dado más partidos de futbol gratuíto que durante toda la historia de la televisión, para, aparte de conseguir de la manera más fácil y rápida los rates de audiencia necesaria para que el canal se mantenga y sea rentable, una falsa necesidad en el espectador de ver fútbol a todas horas. Un año después quitan todo el futbol y aparece un canal nuevo (curiosamente de uno de los accionistas mayoritarios de laSexta) de pago y que va a ser el único que retransmita los partidos que realmente interesan a la gente. De igual modo, el otro sector, han promovido el fútbol de pago a unos precios demasiado elevados, y ahora ,que ven que van a perder la cuota de mercado que tenían, se lanzan a un abaratamiento de su producto. Usemos el tiempo que no tendremos de fútbol para leer, ver películas de zombies, salir a tomar algo con aquel amigo al que hace tiempo que no veíamos, hablar con nuestra pareja o con nuestros hijos, hacer el amor, jugar al Colonos de Catán con nuestro grupo de amigos y démonos cuenta de una puta vez que un mundo sin fútbol, es a veces, un mundo mucho mejor."


Suscribo todo lo dicho; y ya que el propietario del mentado y glorioso blog (humanidadsupina.blogspot.com) se limita a ridiculizar al personal sin apenas utilizar tacos ni ciscarse en los muertos de nadie, yo lo haré por él.

Me cago en Prisa, en Mediapro, en todos los demás grupos mediáticos que revolotean alrededor del partido gobernante y se llenan los bolsillos a nuestra costa, y en el jodido PSOE mismo. Ale, una mierda como un decodificador de grande para todos ellos.

Y encima esta noche el Barça nos meterá un saco...

miércoles, 14 de octubre de 2009

Putabromalandia

Ayer por la tarde, los hijos de puta que dirigen este trozo de mierda que hace frontera con Portugal, se pasaron por el Congreso a votar unas cosas muy bonitas.

Votaron acerca del blindaje del Concierto Económico Vasco. Dentro de lo que mi limitada inteligencia me permite, les explicaré qué es eso.

Se trata de que el País Vasco posee un régimen foral propio -no volveré aquí sobre el tema de la ficticia igualdad entre todos los españoles, muy manido ya por servidor, pues todos sabemos que los vascos tienen prebendas que otros no, por no hablar de la Duquesa de Alba o del coño de la Bernarda-, que le permite legislar en materias como los impuestos. Pero lo que allí decidan no tiene el rango de Ley, así que puede ser recurrido en cualquier juzgado. Hasta ayer, cuando en el Congreso de los Diputados se votó y aprobó dar carácter de Ley a estas cosas, lo que implica que, para recurrirlas, debe uno acudir al Tribunal Constitucional.

Lo de menos aquí y hoy es la opinión que servidor tiene acerca de dicho Concierto -si la tuviera, que va a ser que no; no olviden que soy profundamente retrasado-. Ni siquiera importa si el hecho de que haya que ir al Constitucional o no a recurrir es un asunto de vida o muerte. (Digo to que tendran mail -sHe_cOnStituCional_sHulo_69@hotmail.es o algo así-, y tampoco costará mucho mandarles las alegaciones; y sino se baja en coche a Madrid, y aprovecha uno para ver al Rayo, que este año anda muy bien.)

Lo importante es ver quiénes votaron, qué votaron, y por qué votaron eso. Y, después, dejar de armarse de paciencia con todos estos imbéciles, para armarse literalmente con lo que uno tenga más a mano y salir a la calle a ver si hay valor de seguir con el cachondeo delante de un azadón de cuatro kilos.

Abreviando, el caso es que el PSOE votará que sí a la cosa para que el PNV les apoye en la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado -ya saben, ahí donde ZP&Friends dejan constancia de cómo malgastan nuestro dinero en mierdas como mandar cazurros en tanque a Asia, mantener a los parásitos borbones, levantar aceras para volverlas a dejar igual y tener cuatro parados menos, y pactar concordatos con el Vaticano-, y el PP votará en contra porque el PSOE va a votar a favor, claro.

Pero, en los matices está el demonio, que dice el gordo de los libros cojonudos, y he aquí los matices:

a) En la Rioja, tanto los peperos -gobierno- como los sociatas -oposición- se rasgan las vestiduras ante la aprobación; los regionalistas, que oscilan entre ser unos cachondos o unos tontos del culo, piden, no que se les quiten esas potestades a los vasquitos, sino que se le den a La Rioja. Como si cuarto de millón de pueblerinos generalmente borrachos importásemos lo más mínimo como para que nos den nada.

b) Los peperos del País Vasco votan a favor, porque se pasan por los la rama más baja del árbol de Guernica la disciplina de su partido, y miran en mayor provecho de los vascos, que son al fin y al cabo, quienes les han votado. Ni tan mal.

c) Los sociatas de La Rioja ponen el grito en el cielo mientras están el Logroño, pero en cuanto bajan de Piqueras, ponene el culito a disposición del partido y votan lo que conviene a Zapatero, en lugar de hacer como sus fascistoides colegas vascuences de la gaviota y votar lo que les saliera de su rural rabo.

d) Y, para completar el circo, entre esos dos sociatas mandados desde nuestra pequeña Beronia a la Corte y Villa, hay uno que no sólo tiene un blog, sino que posee la desfachatez de teclear en él que, "...sólo se votaba una toma en consideración. Ni más ni menos. Un trámite indefinido y abierto a cualquier posibilidad en el futuro...", para continuar diciendo que "fue un socialista quien decidió recurrir al contencioso-administrativo..." y acabar dejando caer que "cuando llegó Aznar, retiró más de cien recursos del Tribunal Constitucional presentados por el Gobierno de España y firmó con los nacionalistas lo que ellos llamaron la paz fiscal...".

Vamos, que no le gusta votar que sí, pero que lo ha hecho porque, total, ese voto no implica prácticamente nada, y que la culpa de todo la tiene el fascista de Aznar, que a esas horas estaría con Bush esclavizando al mundo. O así.

Venga, amigo César Luena, que tienes gafas y eres de Bobadilla como las truchas, no me jodas. Que no es tan grave. Has puesto el ano a disposición del partido, como era tu deber. Eres un cobarde y ya está. No pasa nada, pecadorl.

Como ven, aquí cada cual hace lo que quiere. Si lo de alcanzar el rango de Ley es bueno o malo para vascos, riojanos o chechenos, yo no lo sé. Ya les he dicho que tengo el conocimiento justo para sacudírmela antes de guardarla en los calzones, y en lo que a conciertos se refiere tan sólo sé que un día ví a Vetusta Morla en directo y me dieron ganas de ahorcarme.

Pero, después de saber todo esto, repetiré el consejo que tantas veces les he dado. Cuando les pongan una urna delante, en vez de votar, defequen en ella. Como ellos defecan en su opinión y en ustedes mismos en cuanto obtienen su acta de diputados.

lunes, 12 de octubre de 2009

Goma 2 - España 0

Doce de octubre. La Virgen del Pilar. Día de la hispanidad. Fiesta Nacional española.

Y para conmemorar el descubrimiento de un nuevo mundo, de la extensión de un idioma a trescientos millones de personas, la unión cultural hispana con un continente entero -o del exterminio, esclavización y explotación hasta el asco de las tierras de todos los indígenas de América, que también me vale-, pues aquí sacamos los tanques a la calle. Con un par de huevos.

También podría reseñarse la estupidez de celebrar con un desfile militar la indisoluble unión de un país que resulta ser el más federal del mundo -a pesar de que se ha intentado centralizarlo con virulencia en varias ocasiones, desde la llegada de los borbones (¿no lo sabían? ¡que su rey es gabacho, calamares!) hasta la dictadura del amigo Paquito (hijo de puta enano al que no se comerán ni los gusanos, la cabeza le quiten y le pongan la del pato Lucas)-, en el sentido de que este federalismo no surge de constituciones ni acuerdos políticos, sino de la propia naturaleza de los españoles, que nos odiamos entre nosotros a liguilla.

Los catalanes odian a los valencianos; los murcianos a los cartageneros; los aragoneses a los castellanos; los de Haro a los de Miranda; los andaluces odian a los muertos, que ya no tendrán que madrugar para trabajar; los riojanos a los navarros; los vascos nos odian a todos; los de Villaconejos no pueden ver a los de Tejodillo en el Monte; y todos, a su vez, odiamos a los de Madrid.

Y en este fulgor de odio y diversidad, algún lumbrera sigue creyendo que la mejor manera de celebrar nuestra identidad nacional sigue siendo un desfile de retrasados mentales con fusiles. Así se hacen las cosas. Tanques a la calle y a emitirlo por televisión.

Que no, coño. Aquí tendrían mucho más éxito unos combates de boxeo, para desatar con rabia el furibundo odio que nos tenemos unos a otros. Pero, como aún no me han dejado organizar el evento, continuamos, año tras año, conmemorando el día de una Patria que todos odiamos -a no ser de que Indurain o un gol de Torres en Viena ronden por medio- con un desfile militar.

Obviamente, servidor no ha visto esa mierda en directo por televisión. Tenía cosas mejores que hacer, como dormir o contarme los pelos del culo. Se me ocurren pocas cosas más lamentables para emitir por la televisión pública que unas cuantas horas de plano corto a una tribuna adornada hasta la saciedad de colores rojigualdas, en la que está presente la flor y nata de la escoria de este país.

El Viejo de las Barbas, un tipo que sale en las monedas, caza osos furtivamente, viaja en yate, se folla a Bárbara Rey y recoge en su moto a unos ochocientos esquiadores de las ventiscas cada invierno; la Muda, helénica esposa de éste; el Joven de las Barbas, hijo del anterior, marido de la siguiente, con una larga historia de años demostrando su manifiesta incapacidad para dar un discurso sin mantener la cabeza gacha observando constantemente las hojas en que se lo han escrito, silabeando cual párvulo cada palabra; su Señora Asturiana, antes compañera semicachonda del cachondo total de Urdaci y ahora bulímica poseedora de una napia que le has pagado tú, compañero; las Niñas, una residente en New York, porque ella lo vale y tú se lo vas a sufragar igual que si se alojara en Turruncún; la otra estudiando un máster sobre extracción y posterior consumo de mocos; la Lideresa, deficiente mental que no hizo declaraciones sobre Airbag porque solo veía cine español, máximo exponente del fascismo patrio desde que Chemari se afeitó su hitleriano bigote y ya no se sabe quién es Chemari y quién es su hija Ana; y nuestro querido adalid de las buenas palabras y las nulas acciones, Jose Luis Rodríguez Zapatero, decidido a hundir un país que, como ha demostrado durante siglos, puede perfectamente hundirse él solito.

Ésa es la concurrencia al desfile de marionetas. Porque, no se engañen, nuestras amadas Fuerzas Armadas no disparan balas y obuses, no. Reconstruyen pueblos y hacen escuelas. Reparten caramelos y nunca matan a nadie. Para eso necesitan los fusiles, para reconstruir. ¿O es que acaso nunca han visto a un albañil haciéndo una tapia con un AK-47 al hombro? Joder, para mezclar la masa, maaacho.

Al menos ésa es la imagen que nos quieren dar de nuestro ejército molón presentándonos a Vicente del Bosque y Ferrán Adriá charlando con nuestros soldaditos españoles; porque uno es cocinero gracias a la Marina y el otro entrenó niños como les entrenan a ellos -joder, que a veces dan ganas de suicidarse cuando uno vé jugar a Raúl, pero de ahí a asegurar que está entrenado para matar... media un abismo-.

Pero no se dejen engañar, los soldados españoles no son Mary Poppins. El Ejército mata, los desfiles son un enorme y absurdo gasto, y nuestra Patria -sobre todo si por patria entendemos lo que representan todos esos cabrones del atril y el desfile-, si no incluye al pequeño caralápida de Fuentealbilla mojándole la oreja a Brasil en la final de un Mundial, es una pedazo de mierda como el sombrero de un picador. Igual que todas las demás.

Y ahora, vayan y celebren. Y que viva España, coñio.

lunes, 5 de octubre de 2009

Las tres piedras

Bilis vuelve al odio irracional. Ya hera ora, que diría MKB.

Me comentan algo acerca de una encuesta aparecida en mi muy odiado Caralibro. La pregunta sería algo así como "Si te dieran cinco balas, ¿a quién te cargarías?"

Tengo que decir que me no parece un método adecuado. Habiendo sogas, espadas, mazas, hachas y tenedores, una bala es demasiado obvio.

Y encima la idea no es original. Lo que sí es original es la ya mítica Teoría de las Tres Piedras, idea patentada de cierto personajillo con quien servidor tuvo el gusto de compartir protagonismo en el grupo musical más patético que los tiempos hayan visto, un conjunto de porno-rock llamado Beso Negro, y en la extensión radiofónica de éste, VPF: Vuestro Pograma Favorito, cuya única y mítica grabación comanzaba con Rammstein al aparato, proseguía con un ¡Buenas noches España!, y degeneraba en una orgía de taladros y calimocho de impredecibles consecuencias.

Pues bien, una vez presentado el personaje, les hablaré acerca de su teoría. Sugería el hombrecillo que toda persona debería de poder proveerse de tres piedras de un tamaño considerable, acarrearlas hasta su domicilio, escribir un nombre sobre cada una de ellas y, en el caso de que el personaje elegido pasara o pasase bajo su ventana, tener la potestad para lanzarle la piedra, siendo inocente de cualquier delito fueran las que fueran las consecuencias que la caída del pedrusco provocara.

¿Las culpas? Ha sido la gravedad. Enchironen a Newton.

¿A que es mucho más artesanal y bonito que la burda idea de las cinco balas? Además, es mucho más viable. Dejenme contarles algo: en el hipotético e improbable caso de que se permitieran cinco balas sin castigo alguno, la Humanidad tendría los días contados.

Sí, porque cuando un tipo se cargase a los personajes que todos tenemos en mente -luego diré los míos- para gastar nuestras cinco balas, el personal no se iba a quedar sentado en su sofá diciendo, vaya, me han quitado a ese dictador, guardaré mis balas en un cajón. No. Nor. Norl. Si a la gente le das cinco balas, y la gente escoge cinco tipos a los que matar, y otra gente se ha cargado ya a esos cinco, la gente escogerá a otros cinco a los que en un primer momento hubiera mantenido con vida. Porque la gente es así. Es muy hija de puta y está loca de remate.

Así que, si la Humanidad sigue multiplicándose como conejos antes de que se pueda construir un Marina D'Or en la Luna, si les da por controlar el exponencial crecimiento de la población, el método de las tres piedras es más adecuado. E incluso más jocoso. ¿Qué hacer? Poner el nombre de un lejano malvado que probablemente jamás pase bajo mi balcón, o el de ese vecino cabrón que pone música a tope a las siete de la mañana de un domingo de resaca?

¿Complicada elección, verdad? Nadie dijo que tener poder sobre la vida de unos cuantos mamarrachos fuera fácil, señora.

Pues eso, que como Bilis es un lugar plagado de amor fraternal, compañerismo y participación social, y como no tengo contador de visitas en mi blog, les animo a todos ustedes a dejar un sucinto comentario con los nombres que escogerían para sus tres piedras.

Si quieren, razonan su respuesta. Servidor les agradece de antemano la colaboración y el humor que puedan provocar, y para servir de ejemplo, comienzo con los destinatarios de mis tres menhires: uno para Jorge Caminante Arbusto, alias George W. Bush; otro para el gran líder espiritual del occidente nacional-católico, Chemari Aznar (puede que haya suerte y, como son amigos, ambos pasen a la vez bajo su ventana y con una piedra baste...) y el tercero... hay tanta gente que merece una piedra llamando a su cráneo desde un sexto, que me lo pensaré mejor, y si son buenos y comentan, completaré mi triple elección.

jueves, 1 de octubre de 2009

Mandril Dosmilnunca

Falta un día para cumplir la corazonada.

Lo dice la tele, lo dicen los periódicos, lo dicen las radios. El pasado fin de semana todos los equipos de la Liga saltaron al campo portando una banderola con el logo la candidatura madrileña a las Olimpiadas del 2016; en los informativos la manita con los colores del parchís aparece al lado de la mosca de la cadena correspondiente; y en esos programas de la tarde que uno vé zappeando cuando el dolor de las retinas tras ver diez minutos del partido del Athletic, los deficientes que acuden como público también llevan camisetas con el logo.

Y es que hay que hacer mucha fuerza colectiva para quitarle los Juegos Olímpicos e la ciudad natal del emperador mundial de turno. El primo Obama viaja hacia Copenhague para llevarse las Olimpiadas a la Ciudad del Viento.

No preocuparse. Para plantar cara al dios supremo nosotros envíamos a Zapatero, el padre de esos dos mitos del frikismo gótico que visitaron recientemente al mencionado Obama y de los que hablaré en posterior ocasión; a Lisabesqui (ya puestos a escribirlo mal, lo hago mal adrede);a un tipo con barbas de mendigo que, dicen, es el Jefe de este nuestro glorioso Estado -aunque yo creo que es un actor que han elegido entre un casting de indigentes que se parecieran al tipo de las monedas y que nuestro verdadero monarca ha decidido que, puestos a vaguear, lo hace uno bien, y pasa hasta de ir a los actos oficiales (como lo mío al escribir Lisabesqui, vamos)-; y a Baúl González Blanco, el auténtico símbolo de esta candidatura.

Y no lo digo a la ligera, pues no se me puede ocurrir nadie mejor para personificar el concepto de presentarse continuamente como sede olímpica y llegar hasta las rondas finales para no ganar nunca que El Siete de España, que disfrutó de un centenar largo de apariciones con La Roja pero que luego, a la hora de la verdad, estaba en su casita mordiéndose los codos de envidia cuando los chicos del viejo Aragonés por fin lograban ese triunfo que él morirá sin saborear.

Esos son nuestos avales ante Chicago y Río. Parecen del todo insuperables, ¿verdad? El deporte español tiene a Gasol, a Nadal, al llorica Alonso, a Titín, a Todopoderoso y Caralápida Iniesta... pero allá van Baúl y El Ser Superior, que será de los más tristes cuando se confirme la primicia que voy a darles, porque si al cabo tiene poca pasta, con unas Olimpiadas en la puerta de casa, el tito Floren iba a ganar calderilla como para limpiarse el escroto con billetes de quinientos.

Pero, atención a la primicia: no se los vana dar a Madrid, sino a Chicago. Si se ponen tontos, quizás Río de Janeiro.

¿Qué cómo lo sé? ¿Qué si voy de listillo? Pues esta vez no. La cosa se sustenta en el irrefutable hecho de que las casas de apuestas te devuelven poquito más de lo invertido si apuestas por Chicago, te dan algo más del doble si la elegida es Río, y prácticamente te ponen la empresa a tu nombre y se bajan los pantalones para que lo celebres con sus traseros si les dan las olimpiadas a Tokio o Madrid.

Así que, otra vez será. Porque con la cantidad de gente que lleva ocho años viviendo del cuento a cuenta de la dichosa candidatura, probablemente el ayuntamiento de la capital ya tenga una consejería expresamente dedicada a preparar candidaturas olímpicas. Así que seguirán intentándolo y chupando del bote.

Quizás hasta sea mejor que no haya Madrid olímpico, porque en unos tiempos en los que las economías de todos los países de Europa comienzan a repuntar mientras la nuestra parece que va a estar otro par de añitos caminando de culo y contra el viento, tan sólo nos hacían falta unos Juegos para que el gasto público con el que el amigo Zetaparo y sus secuaces pretenden lavar su cara ante las constantes críticas del carroñero y antipatriota Mariano Jarrai, creciese hasta el infinito y más allá.

(Cómo me gusta citar a Buzz Lightyear. Mientras otros blogs pueden ganar solera y prestigio parafraseando a grandes pensadores, políticos o humanistas, yo cito a un muñeco de una peli de dibujos. Y dos párrafos antes llamo sutilmente mendigo al Rey, no sé si lo habían pillado. Que alarde de registros. Bilis es lo que tiene.)

De todas formas, mañana se dilucida todo, con gran despliegue de medios por parte de todos los mongolitos televisivos que llevan vendiéndonos humo meses y meses. Si, como todos ustedes, mis querídos lectores, suponen, Bilis tiene razón, me se da. Y si pierdo, soy capaz de comerme todo lo que acabo de teclear píxel por píxel. Y después hacerme unas empanadillas con el teclado. Así de seguro estoy.

Y es que de los de los medios de comunicación, los políticos y demás calaña, puede uno esperarse cualquier cosa; pero las casas de apuestas no se andan con hostias.

Hasta otra, mandriles.