domingo, 18 de julio de 2010

Mandela

Es hoy un curioso día de aniversarios: se cumplen setenta y cuatro años del Alzamiento, el golpe de Estado militar que provocó la Guerra Civil; acabó con la Segunda República; instauró una dictadura nacional-católica en la que Ejército e Iglesia cabalgaron sobre los anchos lomos del pueblo español en un paseo de treinta y seis años, con frecuentes paradas a la sombra de los pinos para, ay, cántame por el camino, joder a todo el que levantara la voz. Y después sirvió para restituir bajo su regia corona a los Borbones, que tanto lucharon durante todo ese tiempo por el bienestar de sus amados súbditos. Unos polvos en forma de viaje en avión desde las Canarias a Melilla que han traído -y lo que te rondaré morena-, lodos y más lodos.

Pero quiere la casualidad que hoy se cumpan noventa y dos años de otro hecho, en su momento mucho menos destacable -nada destacable, para ser exactos-, pero muchísimo más grato. Hoy es el nonagésimo segundo cumpleaños de Nelson Mandela.

Háganme un favor, y lávense los ojos cuando lean ese nombre. Yo he hecho lo propio con las yemas de los dedos, que ya tocaba.

Pocas cosas podría decir yo acerca de Mandela que ustedes no sepan ya, quizás algo saldría rebuscando en whiskypedia, pero para eso ustedes se lo guisan y se lo comen, y todos tan contentos.

En su lugar me limitaré a recordar que este caballero estuvo veintisiete años en prisión, encarcelado por un régimen racista que oprimía a la inmensa mayoría de la población sudafricana mediante un régimen, el Apartheid, que les consideraba poco menos que animales, bultos imprescindibles para el progreso de su casta al mando de un país racista.

En los noventa, con Sudáfrica fuera de prácticamente cualquier institución internacional, los blancos que mandaban tuvieron que liberar a Mandela, y Madiba -así lo llama cariñosamente su pueblo- se puso de nuevo al frente de la lucha negra por la igualdad. Y eso fue lo que consiguió: igualdad.

Cuando salió de prisión, Mandela huyó de un revanchismo que hubiera estado completamente justificado, y puso todos sus esfuerzos en el diálogo y la reconciliación, en la construcción de una sola nación a partir de las historias individuales y personales de cada uno de los millones de negros a los que algunos miles de blancos habían vejado hasta la náusea. Y lo consiguió. Sólo él podría haber acometido una tarea de semejante envergadura; no digamos ya culminarla con éxito.

Después vino todo lo demás: tomó las riendas de Sudáfrica, la convirtió en un país moderno y, siguiendo una especie de guión hollywoodiense (habrá que leer el libro de Carlin) culminó el camino entregando en Johannesburgo la Copa Mundial de rugby, el deporte de los bóers blancos, ante una enfervorecida multitud multirracial.

Eso es talante; eso fue una alianza de civilizaciones; ése es Mandela, probablemente el único icono contemporáneo que merece ser objeto de culto y alabanza. Quizás la única personalidad sin mácula de nuestro tiempo -las tendrá, como todos, porque es humano; pero en esa humanidad suya reside su gran virtud-.

Para un blog que preconiza orgulloso la bilis, que exhalta la mala hostia con prácticamente cualquier pretexto -o incluso sin él-, no es muy habitual dedicar entradas a la pública loa de nadie, pero siempre hay clases y clases. Y Madiba se encuentra en la misma clase que, por ejemplo, el difunto Vicente Ferrer: la de los hombres buenos.

Que el siglo que sufrió a Franco y Mussolini; a Hitler y Stalin; a Pol Pot y Henry Kissinger; a Pinochet y la familia Bush; a Osama Bin Laden y José María Aznar; nos haya regalado a Mandela, es una gran paradoja temporal que nos ha permitido disfrutar en estos tiempos nuestros, repletos de violencia y maldad, de un hombre bueno, cuya bondad se refleja incluso su aspecto físico, siempre afable y sonriente.

Hoy se celebra su Día en todo el mundo, y mucha gente lucirá con orgullo camisetas con ese '46664' -su número de prisionero- marcado al pecho. Mañana será otro día, pero ojalá quede marcado, no por el número de hoy, sino por el lema: "Haz de cada día el Día de Mandela."

Hoy cumple noventa y dos años Nelson Mandela, el Padre de la República Sudafricana. Pero no sólo es Padre de ese país, sino de toda África, de la Humanidad entera. Un hombre realmente bueno en medio del montón de hijos de la gran puta que marcaron el destino del siglo veinte, un hombre irreductible cuyo ejemplo debe enseñarnos a ser dueños de nuestros destinos y capitanes de nuestras almas.

martes, 13 de julio de 2010

La estrella

Señores: se ha acabado el Mundial y hemos ganado.

En cierto sentido, me dan pena los niños de diez o doce años, que celebran tan felices el título, como celebraron el de la Eurocopa, pero que no saben valorarlo en su justa medida, pues jamás vieron a Tassotti partirle la napia a Luis Enrique, ni a Zubi montarse un picnic en plena área pequeña contra Nigeria, ni como Al-Gandour se ponía la media en la cabeza antes del partido con Corea, ni...

Creen que todo es un cuento de hadas, pero nada de eso. Siempre hemos sido unos perdedores, un equipo mediocre falsamente encumbrado por una prensa que infundía una esperanza sin fundamentos con tal de vender más cada cuatro veranos. Hasta que, de verdad, los buenos han sido los de rojo, y sí había verdaderas razones para soñar. Y es que en fútbol, los buenos casi siempre ganan.

Después de unas cuantas entradas mundialistas, Bilis abandonará hoy Sudáfrica, no sin antes cobrarse lo que le corresponde: España ha ganado todas las grandes competiciones desde que este blog existe. No es por colgarme todo el mérito, pero un ochenta por ciento...

En fin, que les dejo con unos nimios retazos -propios y ajenos- del Mundial que se fue.

1.- En realidad, todos sabemos a quién se debe el éxito: a un tipo pequeño, ágil, de extraño color y aspecto nada metrosexual, que ni lleva tatuajes ni dice una palabra más alta que otra. Sólo hechos. ¡Y qué hechos! Todo el mérito es del Pulpo Paul.

2.- Raúl González Blanco tiene los mismos Mundiales que yo. Y corre aún más ortopédicamente.

3.- Soñar con que te dé la copa Nelson Mandela, y que acabe siendo Blatter, es como tirarle los tejos a Leonor Waling y acabar follandote al perro de Rosy de Palma.

4.-A España la llaman La Roja y lleva una estrella en el pecho. Si Franco levantara la cabeza, se nacionalizaba marroquí.

5.- "Las vuvuzelas son a los oídos lo que Francia a los ojos." Mario Alberto Kempes.

6.- Ofrecerte para tirar el primer penalti de la tanda tras haber fallado dos minutos antes -en el último de la prórroga- el que te daba la clasificación a semifinales, sólo puede narrarse con las palabras que empleó el locutor de Radio Marca. ¡¡¡Pelotas enormes, Asamoa Gyan!!! Y encima lo marcó.

7.- Es científicamente imposible se mejor persona que Vicente Del Bosque, que pudiendo sacar a Marchena al campo para que se hiciese un collar con la columna vertebral de Van Bommel, prefirió ganar para que todos nos pudieramos pegar una buena fiesta. (Y de paso, otra a Robinho, ésta sin motivo justificado.)

8.- En México, si compras un televisor y el Guille Franco marca un gol, te regalan la tienda donde lo compraste. (Y te dejan violar a las hijas de los empleados.)

9.- Si la cocaína se tomara por la boca, Maradona habría muerto de sobredosis el primer día que la probó. Bocachancla. Yonki. Anormal.

10.- Si a Cristiano Ronaldo le faltaba algo para ser un ser completamente despreciable, ahora con su CR9 Junior, comprado por dieciseis millones de euros en los Estados Unidos, ya lo tiene todo.

11.- Eduardo Inda -director del Marca- e íñigo Urkullu -presidente del PNV- sólo se parecen en una cosa: su capacidad para pasarlo bien con un niño de siete años en un lugar oscuro es sólo comparable a la magnificencia de su propia idiotez. (Así, así, con frases sencillas).

12.- La Real Academia, en un intento por amenizar sus diccionarios, está introduciendo ilustraciones junto a sus entradas. Han comenzado por una foto de Luis Aragonés junto al epígrafe: viejo oportunista de los cojones. Pero se le perdona todo porque, gracias a él, el punto 2 también es aplicable a las Eurocopas, y hace dos años hube de meterme mi bílica lengua en el culo.

13.- El Rey está mucho más jodido de lo que nos han dicho. Si no, no se pierde la final por nada del mundo. Además, cada vez lee peor -si es que eso era posible- . Éste no lega a la siguiente Eurocopa. Puede que no llegue ni al Teresa Herrera. Y hablo en serio.

14.- Más realeza: me reafirmo en mi petición por la abolición de la Ley Sálica: viendo a la Elena bailar el Waka Waka al lado de un andamio, como una jodida desequilibrada, sólo puedo imaginar un futuro de alegría y esperanza para todos los españoles desde el día en que la coronasen.

15.- De Jong y compañía destrozaron en noventa minutos todo lo que Cruyff, Neskens, Van Basten, Gullit o Bergkamp habían construído en treinta y seis años. Que vuelva La Naranja Mecánica.

16.- Ya lo dijo Nietzsche: "D10s ha muerto." Y era alemán, como Schweinsteiger. 4-0, Pelusa, en toda la boca.

17.- El Pulpo Paul tiene más capacidad para dirigir un país que Zapatero. Y el doble de fiabilidad en las urnas que Mariano Rajoy. Y si yo hubiera contado con tan simpar cefalópodo, ahora sería ingeniero.

18.- Más empirismo: es científicamente imposible ser más tonto que JJ Santos. Lo siento Raymond Domenech, tendrás que conformarte con el segundo lugar.

19.- Hay porteros automáticos que paran más que los de Inglaterra. Total calamity.

20.- Una derrota de Brasil me causa más alegría que ver perder al Madrid. Creo que es por ver llorar a la torcida. Sí, soy malo. ¿No se habían dado cuenta? Pues leen muy poco este blog.

21.- Porque su presindente enano tiene la bomba atómica, porque el entranador sale en el punto 18 y, sobre todo, por lo que les hicieron a los irlandeses y por tirarnos la fruta: ganar es mucho más bonito cuando los gabachos hacen el ridículo al mismo tiempo.

22.- Hay que ser hijo de la gran puta para colarte en el escenario desde donde los jugadores celebran con la gente su victoria, robarles el protagonismo, manosear la copa, y que se vean obligados a echate de allí. Y esto va por vosotros: David Bisbal; David Bustamante; Soraya Arnelas; el cocainómano de Mecano que salió con los de Cuatro; Amaia Montero, que tienes el brazo gordo por mucha cirugía estética que te hagas en la cara, puta gremlin. Y también para Ramoncín, que no estaba pero también da mucho asco.

y 23.- Si el día de mañana, Iniesta siente la necesidad de tener otro par de riñones, que me los pida.

miércoles, 7 de julio de 2010

Sólo es fútbol, nada más

Algo similar a esto que viene, pero con más blasfemias y ganas de reventar cabezas, pensé al enterarme de la gracia de la niña paraguaya, de la que hablaré la semana que viene.

Pero mientras reitero mi gusto por combinar juramentos con ofensas a progenitores de tipos que no conozco, haré como en otras ocasiones en las que ví cómo alguien más preparado que servidor sabía plasmar por escrito lo que yo pensaba: traerlo aquí -vía cafefútbol.blogspot.com-, para compartirlo con ustedes. Es largo, pero mola.

"George Bernard Shaw dijo una vez que el patriotismo es el convencimiento de que tu país es superior al resto por el hecho de que tú hubieras nacido allí. Si en lugar de patriotismo se aplicara en la frase el término 'patrioterismo', ésta adquiriría una completa veracidad. Siempre he intentado pensar, quien sabe si como un intento de aliviar en algo una especie de mala conciencia interna, que lo que es realmente el patriotismo(o tal vez, lo que debería ser), es que a pesar de conocer los defectos del lugar y la sociedad donde vives, su historia y los errores cometidos en ella, sientas un inevitable afecto por ella. La diferencia, como se ve, no esta en el cariño, sino en ser consciente de si es merecido o no.

Lo confieso, soy poco amante de las exhibiciones de 'amor a la patria' -e incluyo aquí cualquier tipo de patria y tamaño, desde la exaltación de tu ciudad, la de tu región, la de tu país o la de tu continente-, que suelen caer en la mayor parte de los casos en lo cutre, lo xenófobo o simplemente en lo falso, idealizando a personajes y hechos que o no lo merecen o son por el contrario palpablemente detestables. Ojo, tampoco me gusta el caso contrario, olvidar a quienes hicieron historia y mostraron un valor merecedor de alabanzas por miedo a ser tachado de fascista o algún termino similar -es curioso, España debe ser de los pocos países del mundo donde es mas posible lo segundo que lo primero, supongo que por cansancio de tanta exaltación 'imperial' de hace no tanto-.


Puede que por eso el concepto de selecciones nacionales despierta en mi demasiados recelos. Lo veo como algo caduco, con demasiadas referencias al 'nosotros' contra 'los otros', con demasiadas posibilidades de ser usadas con fines perversos. Y a pesar de todo, no puedo evitar sentirme nervioso cada vez que la selección española se juega algo, y sufrir con ella.
Y lo confieso, esto me hace sentir culpable, me hace dar vueltas a la cabeza, intentar buscar excusas que expliquen estos sentimientos. Y pienso, intento pensar que se trata de uno de esos patriotismos benignos
esos patriotismos benignos, no de estar orgulloso de ser español -porque me parece ridículo estar orgulloso de haber nacido por casualidad en un lugar, como podría haberlo hecho en cualquier otro-, pero si de asumirlo y aceptarlo, y a pesar de las inmensas deficiencias históricas -y presentes- que nos contemplan, amarlo. Es muy fácil querer a alguien -o algo- cuando piensas que es perfecto, tiene mucho mas merito hacerlo cuando sabes que no es así.

Pero… por otro lado, no puedo evitar pensar que solo es fútbol, nada más que fútbol. Y una nación no es grande por lo bien que sus jugadores muevan el balón, ni por la poesía de sus goles, ni el goce estético de sus jugadas. Un país puede ser admirado por lo justo de sus leyes, lo democrático de su funcionamiento, lo honrado de sus dirigentes, la libertad de su sociedad… muchos factores pueden ser sin duda objeto de respeto, pero, ¿el Fútbol? No, lo siento, el pensar que el éxito de tu selección nacional te hace mas importante, eso si es sin duda patrioterismo, y del barato. El uso del 'deporte' -y nunca mejor usadas las comillas- como exaltación de lo triunfal de una sociedad me hace recordar a lo que hacían países como la RDA, y me dan ganas de vomitar.


Ahora España esta arriba, entre las mejores, llegara el día en que la rueda girara y bajaremos, para que vuelvan a subir al pedestal viejas conocidas, o puede que algún inesperado debutante. Pero ni estar ahí nos hace superiores como pueblo, ni nos da derecho a cerrar bocas o a exigir silencio o sumisión a quienes ahora no nos miran desde lo alto… ni a ellos se lo otorgaba antes. La estupidez, la prepotencia, no es patrimonio de ninguna nación es especial, por desgracia es una de esas características inseparable del ser humano, y mas cuando actúa como miembro de una masa. Solo en nosotros esta el poder de separarnos de la misma. Es imposible evitar que alguien se comporte como un malnacido, un ignorante o un malvado, pero nosotros tenemos el derecho, y más aun, el deber, de decir que no hablan en nuestro nombre ni en el de nuestra 'patria'.


Porque es, fútbol, solo fútbol. Ninguna victoria terminará con la crisis, ni aliviara el desempleo, lo único que podrá hacer como mucho, es poner una sonrisa en nuestros labios, aliviar nuestras preocupaciones con un poquito de felicidad… lo cual, viviendo en un mundo como el nuestro, ya es bastante. Es lícito disfrutar del éxito, incluso sano, lo insano, lo que te convierte en un miserable, es usarlo para atacar a los demás, para intentar humillarlo… y por desgracia estamos demasiado acostumbrados a ese tipo de acciones. Solo le pido a Dios, o a mi conciencia, no caer en ese tipo de actos. Porque no puedo cambiar a la humanidad, pero solo yo soy dueño de mi destino y mis obras, si falló no puedo echarle la culpa a la sociedad, al ambiente…solo en mi esta el culpable."


Pues eso, que lo de esta tarde es sólo un partido; que Mafalda, como casi siempre, tiene más razón que una santa; y que a todo el que cante orgulloso lo de "yo soy español" antes, durante o después del partido, sólo me cabe desear que le cague una cigüeña en la boca cuando más abierta la tenga.

sábado, 3 de julio de 2010

Demagogia

El título de esta entrada debería ir escrito en mayúsculas, pero eso rompería la uniformidad de este blog. Y no queremos romper la uniformidad, ¿verdad? No, por Dios. Además, si con las mayúsculas se pretende resaltar la intensidad del texto, éstas deberían de haber sido usadas ya con anterioridad aquí; por ejemplo esa vez que titulé 'Hijos de puta' mi entrada dedicada a la SGAE.

El caso es, que estando como estamos de Mundial, y siendo como soy un jodido enfermo capaz de tragarse hora y media de Argelia-Eslovenia, no puedo hacer otra cosa que volver a hablar -aunque sólo sea tangencialmente- de fútbol.

Digamos, para resumir la cosa, que el secretario general del Partido Comunista de España* ha enviado una carta a los jugadores de la Selección -igual por aquello de La Roja se creía que habían convocado a La Pasionaria- instándoles a que "donen la prima extraordinaria a las causas sociales que mejor consideren".

(*) Ah, no. Que es Coordinador General de Izquierda Unida, porque ya estos vendidos no tienen ni la ideología ni los huevos para seguir llamándose Partido Comunista, seguir cantando la Internacional, y declarar su amor por el camarada Stalin. Pero para hacer demagogia barata aún les queda, de eso sabe mucho la mierda de ¿izquierda? que tenemos en España.

Considera el camarada Lara que los jugadores de la Selección tienen unos salarios "muy superiores a los de la mayoría de los trabajadores". Cierto. Coincido con el camarada Lara en que la prima -600 mil eurazos- es "exagerada"; la mayor de todas las participantes en el Mundial. También conozco, bastante mejor que él, "la situación de crisis que vive nuestro país y los recortes que se están realizando sobre determinados sectores de la sociedad", y estoy seguro de que los jugadores, aunque no les afecte, "no son ajenos a ella". Vamos, que saben que la cosa está jodida.

Desconozco lo que hace cada uno de los veintitrés millonarios que en esta ocasión visten la camiseta española con su dinero, y no entraré a especular sobre quién tiene pinta de usar una parte para fines solidarios y quién no, que las apariencias engañan. Por ejemplo, Mamadísimo Diarrá, uno de los jugadores menos técnicos y más cerdos del actual Real Madrid, por quien no siento excesva simpatía, realiza multitud de obras sociales en su Bamako natal, tratando de aportar su pequeño -o no tan pequeño- grano de arena para mejorar la vida de sus compatriotas, compensando en cierto modo lo que los gobernantes malienses se meten en el bolso. Vaya, ¿quiénes son aquí los malos, camarada Cayo? Los mismos que en todas partes, por supuesto.

Me parecería genial que los representantes de una ONG se dirigieran a los jugadores para pedirles una ayuda, un gesto compensatorio hacia toda esa población que los anima y, sin cuyo interés por el fútbol, ellos no estarían donde están. Pero no se me ocurre un acto de mayor vileza y demagogia que, siendo el camarada Lara un político, es decir, un responsable directo -por lo menos hasta que no admitan que su influencia en la crisis es ínfima, ya que ellos (todos los políticos) nada pueden cambiar, pues no son más que marionetas dirigidas por los bancos y las multinacionales, los que realmente mandan- de la crisis, se atreva a pedir a alguien, quienquiera que sea este alguien, que entregue su dinero a causas sociales.

Los políticos están ahí -yo no me lo creo, pero así se venden ellos mismos- para solucionar con su trabajo los problemas de los ciudadanos. Lo último a lo que podían llegar es a enjaretar a otros esta responsabilidad. Qué progre queda el apuntar a un millonario públicamente reconocido, culpándole de todos los males sin culparle de ninguno, mientras en el fondo se conoce perfectamente dónde está el agujero por el que se le escapa la vida a España: miles y miles de empleados públicos sin oficio ni beneficio, ministros, consejeros, ayudantes, o adjuntos a la vicesecretaría especial de la madre que los cagó a todos.

Que un tío que cobrará una pensión vitalicia por el mero hecho de haber calentado con su inútil culo las bancadas del Congreso siete añitos tenga los santos cojones -o soviéticos testículos, no vayamos a herir sensibilidades- de pedirle a nadie que regale parte de su dinero, es como para ponerse nervioso, comprarse una escopeta, y ver qué tal día hace por la Carrera de San Jerónimo.

Pero eso es lo que cabe esperar en este país, la puta España, donde, por desgracia, la mayor ocupación clase política es chuparse las pollas los unos a los otros en los ratos libres que les quedan robando al ciudadano, y no existen ni la verdadera izquierda ni las guillotinas.

jueves, 1 de julio de 2010

¡Valla con Bilis!

Bilis tiene nuevo aspecto.

Tras veintiséis meses -se dice pronto: ¡26, yaha!- con las absurdas incongruencias bílicas surgidas de mi cabeza expuestas sobre el fondo de la plantilla de blog más fea del mundo, hoy estrenamos apariencia. Si Belén Esteban puede cambiarse la cara, Bilis también. (Y aquí, además, sabemos sumar con llevadas y no tenemos doscientos gramos de choped atrapados con una pinza en el cogote.)

Como pueden ustedes apreciar, sus satánicas majestades, tampoco nos hemos comido la cabeza. Que no somos gambas. Una valla y tras ella, el cielo. Bonita metáfora que expresa sin lugar a dudas la vacua caducidad del mundo urbanita tradicional, la decadencia del Sistema, o la insoportable levedad del ser. Y, a veces, también significa que la huerta del otro lado no es tuya, y que si el dueño te ve pisándole los tomates para robarle un poco de perejil te va a dar un masaje de riñones con un azadón de siete kilos. Ah, sí, sí. Toma las pastillas.

En una reunión extraordinaria de la Junta Directiva del Ente Púbico Bilis -compuesta por lo más granado de la cultura ibérica: la subcampeona de Coños, Proxenetas y Viceversa, el tipo que edita y borra los mecagüendios de las declaraciones de Esperanza Aguirre y servidor-, se optó inicialmente por colocar como imagen, en una bandeja de porcelana, una mariscada de navajas de Albacete; después a un perro lamiéndose el cipote; más tarde a Baúl González Blanco contando las Eurocopas que ha ganado; después se retomó la idea del perro, para ganar nivel intelectual, y finalmente, el elegido era Julián Muñoz, robándoles cizalla en mano, la bici que habían dejado candada a la valla que finalmente obtuvo la victoria.

Pero después, en otra reunión de urgencia se concluyó, "¿Y para qué? Si todas esas cosas pueden ser imaginadas por mis lectores al otro lado de la valla." Así que aquí la tienen: una valla, sin más. Bilis abandona los circulitos de colores, más propios del decorado de un programa de televisión de los ochenta o la versión informática del papel que cubre las paredes de casa de sus abuelas, y se lanza al minimalismo de la misma manera que en los Legionarios de Cristo se lanzan a por los niños de siete años.

Bueno, pues nada, que hoy no se trataba de meterse con nadie (la infanta Elena, Belén Esteban, Baúl, la puta de la Espe y Julián Muñoz aparte), sino de dar la bienvenida a mis queridos lectores -que se pueden contar con los dedos de una mano de Doraemon- a este nuevo Bilis, ahora que su aspecto lamentable ha sido (levemante) mejorado, pero donde las inconexas regurgitaciones de un parado continuarán, como siempre, haciendo sangrar a sus retinas -y sus cerebros, si los tuvieran-.

Como tampoco creo que haya mucho que disfrutar, simplemente no lo sufran demasiado.