sábado, 29 de noviembre de 2008

Yendo de Voltaire

Resulta de que en Cataluña (lugar también conocido como Catalunya, els Països Catalans, Catalonia is not Spain o Barçalandia) deben estar repartiendo nuevas licencias para la emisión radiofónica. Servidor, que aparte de no saber apenas leer ni sumar, ignora otras muchas cosas, desconocía que las licencias de radio las repartían los gobiernos.

Lo primero que me dio por pensar fue que, gracias a este método, los distintos gobiernos encargados de controlar a la entidad que reparte las licencias de radio, pueden utilizar esta potestad para favorecer a aquellas emisoras que posteriormente van a hablar bien de ellos. Y para joder a las que teman que van a ser contrarias a sus intereses políticos, críticas o, si me apuran, imparciales. Si es que en esta mierda de lugar llamado España (también conocido como el Estado Opresor, Paradolandia o Portugal II) alguien con verdadera relevancia mediática conoce el significado de la palabra imparcialidad.

Lo más cojonudo de todo es que, apenas unos instantes después, se confirmaron todos estos temores. Porque los divertidísimos y megademócratas tipos de la Generalitat han decidido quitar las licencias que la Cope tenía en Lleida y Girona (también conocidas como... ¡basta, estúpido!) y darselas a otros tipos que, a buen seguro, les lameran el ojete a base de bien.

Este divertido modo de hacer las cosas se critica mucho cuando lo practica gente oficialmente malvada, como el gobierno chino, el cubano, Platini, Hugo Chávez, o cuando lo hicieron Franco y otros muchos dictadores anteriormente. Y se le llama, con razón, censura. Pero cuando lo hace gente guay y progre -como alguno de los innumerables babosos que tienen el valor y la poca vergüenza de llamarse de izquierdas-, pues no pasa nada.

Si lo que dicen en la Cope es delito, pues que les multen, o lo que toque. Si no lo es, que les dejen seguir en antena rezando el Ángelus a las doce y propagando su basura fascistoide a las doce y cinco. Y a las doce y diez que les esperen a la puerta de la emisora. No vayan a pensar que porque yo salga con esto ahora, pienso que no se merecen una paliza con una bolsa de naranjas rellena de picaportes.

Resumiendolo's, que es genitivo sajón. Con esto quedan claro varias cosas:

Uno: A los políticos se le llena la boca de libertad de expresión cuando se encuentran en minoría y quieren poder meter un poco de baza, pero en el momento en que tienen el toro por los cuernos, aprovechan cualquier oportunidad para acallar a los pringadillos que osen llevarles la contraria.

Dos: Esta teoría funciona tanto con los de derechas -quienes por su maldad intrínseca repudian por naturaleza el concepto de libertad de expresión- como con los que se hacen llamar de izquierdas y no son sino la misma maraña de heces que sus compis de escaño.

Tres: Si hay oyentes que escuchaba la Cope en esas dos provincias y ahora les dejan sin ella, es probable que se enfaden. Y ya saben lo que hace esta gente cuando se enfada; Jiménez Losantos puede sacar los tanques a la calle en cualquier momento.

Cuatro: Si no la escuchaba nadie, pues que la dejen, a ver si los obispos se arruinan de una vez manteniendo emisoras sin audiencia y empiezan a recortar gastos, por ejemplo, suprimiendo las ruedas de prensa del portavoz de su Conferencia Episcopal. Para oir a un gafudo diciendo bobadas me pongo un DVD del señor Barragán, que al menos me hace gracia.

Y cinco: Que con tal de quejarse por todo, aquí servidor es incluso capaz de de sacarle la cara a la puta Cope. Con el asco que me dan. Cosas veredes que non crederes, pero es el precio que hay que pagar por tener el único blog a este lado del Mississipi en el que todo lo que se mueve es susceptible de ser odiado.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Cuando los payasos dominen la Tierra (I)

En el tiempo que llevo aquí tecleando inmundicia se han ido juntando en Bilis cierta cantidad de personajes que han sido considerados de muy diversa manera. A pesar de que, en último término y para goce general (uséase, mío, que temo ser el único lector de la mayoría de mis estupideces), casi todos ellos recibían su merecido, el tratamiento dispensado no era el mismo para todos, distinguiéndose varios tipos de artículos en el blog que podríamos clasificar de la siguiente manera:

a) Los basados en hacer humor y escarnio de tipejos que, por una u otra razón, han llegado a mis oídos como protagonistas de hechos tan lamentables que merecen una severa reprimenda. Como sería costoso –y puede que peligroso para mi integridad física, puesto que esta gente suele tener amigos en la mafia kosovar– acercarme hasta su lugar de residencia y orinarles en un pie, me contento con relatar aquí sus peripecias.

b) Los que resultan demasiado serios, que suelen tratar de temas relativos a personajes verdaderamente malévolos. Estos acostumbran a perder cualquier dosis de pretendida ironía al centrarse en resaltar que el aludido es un grandísimo hijo de puta.

c) Obviamente, y como siempre hay excepciones que confirman la regla, hay (muchos) casos en los que la ostentación del poder político y la maldad absoluta no está reñido con poseer la misma capacidad intelectual que una caja de zapatos rellena de esputos de viejo, lo cual hace que sea posible hablar de un tipo despreciable sin perder la hilaridad habitual. El elemplo más claro es G.W. Bush, alguien que, por una serie de catastróficas desdichas ha sido el ser más poderoso de este planeta pero que, en circunstancias normales, hubiera fallecido a los trece años víctima de su propia estupidez.
Y encima tiene dos hijas, contradiciendo las leyes de Darwin acerca de la supervivencia de los más aptos, lo que coloca en ventaja al creacionismo, la postura que el propio Bush defiende, lo que hace de Bush un tipo con ideales acertados, lo cual le otorga la razón, refrendando a Darwin y quitándosela de nuevo... Ya ven, nada es tan fácil como parece cuando tratas con alguien complejo e inteligente como una ameba.

Pero aún quedan otros muchos personajes acerca de los cuales no he tenido ocasión de hablar aquí aún. Por eso, y porque los considero tan súmamente prescindibles para el desarrollo de la raza humana en general y de mi patético blog en particular que no darían para rellenar por sí mismos un artículo entero, he decidio agrupar a varios de ellos. Y ese magno acontecimiento tendrá lugar aquí mismo en fechas venideras. Está usted de suerte, señora.

Así pues, al lío. Desoyendo las recomendaciones de Mohamed Al Baradei, director de la Agencia Internacional de la Enegía Atómica, quien advierte de que la mera mención en un mismo párrafo de un excesivo número de personas cuya mera existencia como ser vivo ofenda directamente a las leyes de la naturaleza puede provocar el colapso del universo tal y como lo conocemos, me lanzaré al asunto con la prosa directa y de lectura fácil que me caracteriza.

Pero no lo haré hoy. Comprendo que leer acerca de personajes del calado de Paquirrín, Ano Rosa Quintana o la reina Sofía requiere una preparación previa. Lo sé y por eso les animo a efectuar su particular pretemporada antes de conocer a fondo a todos aquellos destinados a dominar la Tierra. Pueden empezar viendo Telecinco o leyendo el Marca, es una buena manera de acostumbrar la vista a tanta morralla.

domingo, 16 de noviembre de 2008

G-20: hundido

Ya hemos tenido cumbre y tenemos su correspondiente resolución. El comienzo –"Nosotros, los lideres del mundo..."– llama un poco a engaño. Yo creía que se trataba de una nota de prensa de Tiger Woods, y Federer en la que pedían que les quitasen al estafador de Thierry Henry del anuncio de Gillete, porque nadie los tomaba en serio como primeras figuras internacionales con semejante engañabobos de compañero. Pero no.

En su lugar era un escrito de Bush, Merkel, Lula, Sarkozy y otros a los que conocerán en su casa si tienen costumbre de ir cada quince días, en el que pretendían sentar las bases para refundar el capitalismo. Así, con dos cojones. Las cosas, o se hacen a lo grande, o no se hacen. O sea, como lo de los julais de los Testigos de Jehová del otro día, pero con más cara dura si cabe.

Empieza con esa frase, pero podía haber comenzado con un "Por orden del señor alcalde, se hace saber..." resumiendo las conclusiones en una especie de bando pero, en lugar de estar leído por un cazurro con entrecejo y boina, hecho por George Bush. Que no tiene boina.

A semejante encabezamiento le siguen una increíble sarta de buenas intenciones que dejan claro, desde el mismo día de la foto, que la cumbre de los cojones tan sólo ha servido para llevar a unos cuantos personajillos a Estados Unidos a ponerse ciegos de mantequilla de cacahuete y otros manjares.

Como conclusión, lo dicho, que acaban de refundar el capitalismo. Algo que me deja tan anonadado como aquella ocasión en la que trataron de refundar el holocausto.

–Verá, mein Führer.
–Tutéeme, camarada.
–Pues verás, Fito.
–Sin pasarse, Fritz, o me veré obligado a invitarte a que te suicides.
–Glups. Pues nada, que ahora resulta que estos judíos son unos cabrones. Los agrupamos, les damos trabajo en cantidades industriales y les organizamos unas dietas de puta madre y ya ve, que ahora van y se nos mueren.
–Pues cojan más.
–Es que se nos han muerto demasiados. Vamos a tener que refundar esto del holocausto.
–De acuerdo. Buscad a otros a los que esclavizar. Algo quedará por ahí. Negros, gitanos... o socios del Logroñés, que esos ya lo aguantan todo. Y si no, tampoco importa demasiado. Si la cuestión era hacer el mal...

De eso se trata al fin y al cabo. De buscar nuevos incautos a los que robar diseñando novedosas e imaginativas fórmulas capitalistas. Una vez sometida la clase media de los países desarrollados a la esclavitud de eternas hipotecas, habrán decidido ir a por los que tienen menos aún. De esta manera planean ahora hipotecar los cartones de los mendigos, llevar a la cotización bursátil los cartones de tintorro, y expropiarles a los negros de África hasta los huecos entre sus costillas.

Y en medio de tan divertida reunión, Zapatero. El hombre que he metido a España en la Historia. El hombre del infinito afán por refundar lo que fuera, el capitalismo, los estatutos fundacionales de los Boy Scouts, o los sillones de la Casa Blanca. La cuestión era hacerse la foto entre los mayores para luego volver a la aldea a fardar delante de Rajoy y de nosotros, sus insufribles súdbitos.

En fin, que para lo único que servirá esta cumbre, me temo, es para que unos tipos que no la necesitan se hayan pegado una buena comilona y se hayan dado un poco de coba antes de comerse mutuamente las pollas -o lo que quiera que tenga la Merkel- mientras rellenaban un par de folios con chorradas bienintencionadas.

Para eso y para demostrar que Rajoy es un cagazas por no atreverse a decir, alto y claro, que Zapatero estaba haciendo el panoli buscando silla a una mesa en la que España no pintaba nada. Porque, se pongan como se pongan, pretendiendo vendernos que España está en el grupo de las naciones punteras del mundo, en el tema económico –como en muchos otros, como en honradez, béisbol, no pegarse tiros en la nuca o dignidad política, por ejemplo– España importa lo mismo que la última mierda que cagó Juanito Navarro.

lunes, 10 de noviembre de 2008

¿Le gustaría saber la verdad?

¿La verdad sobre qué? Pues al parecer, sobre todo. O al menos a eso parece referirse el díptico que he encontrado, oh maravilla, al entrar en casa esta mañana. Si Dios hizo el papel tan fino fue, sin duda, para que estos panfletos cupiesen por debajo de las puertas.

Y precisamente de las cosas de Dios trataba en el mentado díptico, que no ofrecía la verdad sobre algo concreto, sino la Verdad. Así, a lo grande, como hay que hacer las cosas para que salgan bien.

En su interior incluía seis preguntas –¿Se interesa Dios por nosotros? ¿Acabarán algún día las guerras y el sufrimiento? ¿Qué nos sucede al morir? ¿Hay alguna esperanza para los muertos? ¿Cómo tenemos que orar para que Dios nos escuche? y ¿Cómo encontrar la felicidad?–, más la razón por la cual nos surgen esas preguntas, acompañando todos ellos de sus correspondientes respuestas, no se vayan a creer que esto va en broma; respuestas obtenidas a partir de versículos bíblicos amablemente seleccionados por estos señores para general regocijo y satisfacción nuestra.

Decía –y aquí aplico mi excepcional capacidad de síntesis, frecuentemente demostrada en mis múltiples fracasos academicos– que después de la muerte los buenos heredaran la Tierra. No heredarán algo inmaterial o ultraterreno, sino este mismo planeta al que volverán en cuerpo y alma. Flípenlo, vecinas.

Lo malo es que no especificaba qué hay que hacer para ser bueno. Esto no debería ser un problema porque la mayoría de la gente sabe qué se debe hacer para ser bueno, pero el Diptico Que Muestra La Verdad es bastante confuso.

No habla de cosas tan plausibles como amar al prójimo, sino que incita a gastar todo nuestro amor -que no es poco, por cierto, pues hay gente los sábados noche que afirma tener cargados de amor hasta los mismísimos huevos, imaginen- hacia Dios, mientras que para el prójimo... pues de esos no dicen nada, así que no sé lo que pensarán del prójimo. Y viniendo esta información de unos tipos que se oponen, por pecaminosos, a los transplantes sanguíneos... pues ya no sabe uno a qué atenerse.

Con todo, yo me pregunto. ¿Qué he hecho yo para ser tan agraciado receptor de esta información? ¿Por qué no la hacen pública para mayor disfrute de la raza humana? Pues, como diría Ramón García en ¿Qué apostamos?, todo ello porque... porque los tipos que amablemente han introducido este bello pepelito por debajo de mi puerta están seguros de que "ahora que he conocido brevemente algunas de estas respuestas, sin duda querré saber más", y pretenden que les compre un libro que acumula todas estas gratificantes respuestas.

Mmmm, he estado a punto de creérmelo todo, pero esta molesta afición de las religiones a cobrar por ofrecernos la felicidad o la salvación del alma siempre me ha mosqueado un poco. Craso error y gran decepción los míos, al poner mi confianza en teorías que sus mismos autores se encargaban de destrozar a golpe de número de cuenta.

Aunque, bien pensado, podría haber sido peor, desde luego. Imaginen que entran en su casa y se la encuentran plagada de propaganda acerca de la libertad, el progreso y constantes promesas de un mundo mejor promovidas por alguna otra secta más peligrosa, como, por ejemplo, el PSOE. Puede que incluso alguien se lo llegara a creer. Qué miedo, ¿no?

lunes, 3 de noviembre de 2008

Ridícula civilización precisa nuevo Dios

Continuando en la línea iniciada con País lamentable precisa holocausto nuclear me veo en condiciones de volver a erigirme en la voz que clame por las necesidades, no ya de un país, sino de todo un planeta, de toda una civilización con miles de años a sus espaldas. Con un par. Porque yo lo valgo.

Y he aquí que en el día de hoy, tres de noviembre del año del Señor de dos mil y ocho, servidor de ustedes y a la sazón orgulloso redactor de esta infecta piara de letras que tuve a bien bautizar como Bilis, les informa de lo que sucederá mañana, segundo martes de noviembre. Que manda cojones las fechitas en las que los gringos colocan sus eventos; obsérvese sino la gracia de que el archiconocido Días de Acción de Gracias sea el cuarto jueves de noviembre, o que el no tan famoso Día De Salir A La Calle A Que Mi Hijo De Ocho Años Haga Prácticas De Tiro Contra Un Negro Y/O Chicano Para Que El Día De Mañana Sepa Cómo Usar Un Rifle Y Pueda Entrar A Liarla Parda A Su Mierda De High School se celebre el quinto miércoles después del tercer día de luna llena del año.

Curiosidades del calendario aparte, resulta que mañana una muy pequeña parte de la población de un único país del mundo va a decidir, por su cara bonita, su oronda barriga y sus innumerables ojivas nucleares, quién será el tiparaco que ocupe el centro del panteón mundial durante los próximos cuatro años.

Y los demás aquí estamos, esperando. Observando pacientes cómo se abren los abismos para tragarse al Murcia de Clemente, cómo el calvo de Telecinco contiene las lágrimas consciente de que se le ha acabado el chollo de perseguir a su amado Alonso por el mundo, cómo hay más colas en la oficina del Paro que en las taquillas de un festival de Imperdibles en el Eskroto teloneados por Chenoa o, directamente, cómo nos crecen las uñas de los pies hasta magnitudes desproporcionadas.

Al menos esta vez han tenido la decencia de proponer candidatos con humor, y frente al afroamericano vizcaíno hawaiano Barack Aldo Obama han colocado al magnate de las patatas fritas Juan McCain –hijo de Caín se apellida, el cabronazo; con ese nombre promete seguir la línea de su predecesor Jorge Borracho Cósmico Arbusto en caso de ganar–, y antes colocaron en la previa de esta Champions que son las elecciones USA a Hillary Cornamenta de Alce Clinton y posteriormente a Sarah Abuela Inesperada Palin junto a Patata Man.

Porque, señoras y caballeros, niños y niñas, puestos a permitir que cuatro gatos elijan a un tipo que va a tener el poder total sobre nuestra vida y nuestra muerte, que los candidatos sean así, brutalmente entretenidos. Al fin y al cabo, this is America, y su concepto de espectáculo nos lleva siglos de ventaja. Quizás sea por eso que tan sólo ellos tendrán mañana la potestad de elegir a nustro nuevo Dios.