martes, 26 de enero de 2010

Monstruos, S.A.

Cuando Mary Shelley tuvo una pesadilla en la que un hombre era revivido gracias a la aplicación de una brutal corriente eléctrica y concibió el génesis de Frankenstein, acababa de dar a luz el considerado primer relato de ciencia ficción de la historia. Lo que la Shelley no sabía es que, doscientos años después, su história de terror gótico se haría realidad, pero sería el propio humano quien se convirtiera en monstruo a base, no de cadáveres y electricidad, sino de dinero, bótox, y enormes dosis de retraso mental.

Belén Esteban apareció en nuestras vidas como novia del torero Jesulín, un tipo al que, incomprensiblemente, las mozas lanzaban sus bragas en los ruedos dentro del frenesí sórdido que fueron los años noventa. Tuvo una hija con el de Ubrique, la popular Andreíta, cuya incitación materna a que se comiera el puto pollo pudo oirse desde el espacio exterior. Y después, la gloria.

Su nula personalidad sirvió a multitud de productores televisivos para lograr casi cualquier cosa de ella, pero el monstruo se les escapó de las manos. Probó el aplauso del público, las portadas de las revistas, la popularidad y la cocaína. Y así, entre sus ansias por convertirse en una belleza deslumbrante, y su necesidad de tener algo que le sujetara la nariz cuando decidió hacerse un loft dentro de la tocha y tiró el tabique a base de polvo, decidió empezar sus tournèes (inventandome ls palabras en francés, con dos cojones) por los quirófanos con la misma frecuencia con que la multitud jaleaba sus absurdas ocurrecias al calor de unos focos a cambio de un bocata de choped.

De esta manera, la chica madrileña que, sin ser guapa, era humana, terminó mutando en el monstruo que todos conocemos. Unas tetas y un culo nuevos, unos labios que parecen dos lombrices de río, y kilo y medio de carne sujeta al cogote, allí donde las pinzas le estiran la piel de la cara hasta dejarla más tensa que las velas del Alinghi. Sin olvidar unas hermosas bolsas en los ojos que lo mismo sirven para disfrazarse de J.J. Santos que para llevar el material del Real Mandril -con patas de palo de recambio para su capitán incluídas- al stage de pretemporada.

Cuando este vómito de la naturaleza, abominable criatura construída con oscuros conjuros y remiendos de su propia y flácida piel, apareció ante nuestras vidas por primera vez nadie podía imaginar hasta que punto lograría convertirse en el vivo reflejo de lo que puede conllevar la posesión de ingentes cantidades de dinero en personas que, si deben defecar y lavarse los dientes en la misma visita al baño, es probable que acaben raspándose el ojal con las cerdas del cepillo y restregándose las zurraspas por las muelas del juicio.

Una analfabeta funcional, que además se jacta de ello, aduciendo orgullosa que su total falta de cultura se debe a que es "una mujer de la calle, del pueblo llano" (me compadezco de sus vecinos del madrileño barrio de San Blas, que tienen que soportar a esta imbécil autoproclamándose la Princesa del pueblo), jamás podría ser objeto de la atención mediática que aquí se la presta en ningún otro lugar. Tan sólo en España, donde ser tonto es un oficio y los más avezados en estos temas hacen demostraciones diarias de cómo es posible vivir sin cerebro.

No resulta complicado imaginar al señor Gandalf bastón en mano, con su capa gris y su sombrero picudo, esperando a las puertas del plató y gritando "¡¡No puedes pasar!!" cuando el monstruo intenta abandonar el estudio de grabación de El programa de Ano Rosa, -el único programa donde la directora/presentadora/diva se gusta tanto a si misma que, para que no le hagan sombra, gusta rodearse de simios protohomínidos como la Esteban, con la apariencia de un mono y la inteligencia de medio-. La batalla, desde luego, sería épica.

Lo malo es que, mientras el viejo mago gris concentrara todo su magnífico poder en mantener confinada a la Esteban en ese infernal agujero del culo que es la Cadena Amiga (qué tiempos aquellos...), por la puerta de atrás se le estarían escapando decenas de orcos tertulianos y prostitutas procedentes de las catacumbas del Gran Hermano y mierdas afines, por no hablar de la inequívoca huída de La Muerte.

Sí, sí, lo que oyen. La Muerte, como probablemente sospechaban y ahora Bilis les confirma, mora en el interior de Telecinco. Y será ella la que desate la ira de Dios y traiga consigo el Apocalipsis. Porque la Humanidad ha desafiado varias veces a los dioses: Prometeo les robó el fuego, los mesopotámicos construyeron la torre de Babel, los judíos se la metían unos a otros hasta por las orejas en Sodoma y Gomorra, y en España la gente bebe demasiado vino. Y en todas las ocasiones fueron duramente castigados por ello: confusión de lenguas, estatuas de sal, y Jose Ángel de la Casa comentando partidos de un equipo entrenado por Iñaki Sáez.

No nos quepa duda, los dioses nos castigarán por permitir que Karmele Marchante siga con vida. Nosotros y nadie más purgaremos los pecados de esta hija de puta, que no contenta con demostrar constantemente que es la persona más necia y carente de sentido de España -que ya es decir-, pretende también salir allende nuestras fronteras para acabar con el escaso crédito internacional que nos quedaba después de que nuestro Jefe de Estado se bebiera catorce pacharanes y la montara en una cumbre, o nuestro anterior presidente fuera presa de un repentino ataque de acentitis estulta aguda cuando visitaba Texas con su amigo Geoooooooorge.

En fin, que a Gandalf se le escaparían seres terribles mientras luchara, vara luminosa en mano, al grito de "Vuelve al infierno del que has escapado, regresa a Telecinco, vil criatura, no hay sitio para tí en el mundo de los hombres" contra la mostruosa Belén, hoy convertida en fenómeno nacional tras una operación que, siendo justos, hay que reconocer que logró eliminar dos minipuntos de su aspecto simiesco para convertirla, simplemente, en una muñeca hichable.

Así ha alcanzado la Esteban la cúspide de su trayectoria televisiva: las campanadas de fin de año. Cierto es que ver a este saco de estiércol compitiendo con Ane Igartiburu es como comparar las croquetas de mi madre con un bocadillo de mierda, pero oye, para ser la copia cutre de una novela de hace doscientos años, tampoco está tan mal.

Quizás incluso Mary Shelley estuviera orgullosa de que su excepcional obra de terror resultara evocada hoy en día, hecha carne y payasada, por obra y gracia de una estúpida drogadicta. O no.

jueves, 14 de enero de 2010

Cuando los payasos dominen la Tierra (IV)

Ya sé que hubo ración ayer mismo, pero ésta estaba redactada por un agente externo y, a pesar de decir verdades como puños, apenas ofrecía la dosis mínima de inquina sangrante que la OMS (Odiar Mucho Siempre) recomienda a mis lectores.

Además, ¿cuánto tiempo hace que no llegan a Bilis unos cuantos mierdasecas? Realmente no mucho; ya que exceptuando la entrada dedicada a loar al difunto Vicente Ferrer, prácticamente todas las demás que componen este gástrico blog hablan de las afanosas peripecias de la gentuza que tiene a bien alegrarnos la existencia.

Por eso hoy, diez meses largos después de su última mención, traemos de nuevo a colación a un número indeterminado de deficientes mentales destinados por la Divina Providencia a regir nuestros destinos, a través de esa unidad de destino en lo universal -tócate los cojones con la mano de escribir, Tomás- que es nuestra amada patria, la parte ibérica que menos domina el arte de fabricar toallas y vestir chándals de tactel.

Tras todo este tiempo de silencio relativo a esta caterva de caraduras, pánfilos y mangantes, habría muchos temas que tocar.

Podría hablar de que el hijo de la difunta Pilar Miró -cuyos méritos son exactamente ésos, lo que no le da derecho a que yo me digne a teclear su nombre aquí-, se está cepillando al monstruo horrendo en que la cirugía estética ha convertido a Amaya Montero, ex-vocalista de La oreja de Van Gaal y ya en tiempos pretéritos a sus encuentros con el bisturí, bicharraco del género 'No tocar ni con un palo'.

Podría hablar de cómo Cayetana Guillén Cuervo, una estúpida progre a la que Jose Luis Garci penetraba tras perpetrar el programa más aburrido de la historia de la televisión –hablemos del milenarismo, ¡cojones ya!- pretendió darle a su hijo un bautizo por lo civil (sobran las palabras, bueno, sobran todas menos ésta: idiota).

Podría hablar de que Guti le hace los coros a Joaquín Sabina en su último disco, de lo bajo que ha caído el cantautor de Úbeda desde que dejó las drogas (ja) y almuerza con los herederos al trono.

O podría hablar, ahora que estamos en plan ole, ole y ole tus cojones republicanos, de Ana Risa Quintana, que ahora se declara no monárquica tras rellenar horas y horas de su programa con absurdos instantes de la vida de los absurdos borbones.

Sí, podría hablar de todos ellos. De ellos y de sus muertos, pero todo eso ocuparía un espacio del que no dispongo. Así que, en plan Sabina, no diré ni esta coca es mía al respecto, y me limitaré a comentar un asunto que toca muy de cerca a Bilis: Ramoncín.

Este indecente personajillo, mitad charlatán de cloaca, mitad cagada de trol, está poniendo a trabajar de sol a sol a sus abogados (mira que es triste, un lustro estudiando Derecho para acabar defendiendo asuntos y personas tan repugnantes como éste) para que denuncien a todo aquel que emplee peyorativamente su nombre en la red, puesto que él es el titular exclusivo de la marca ‘Ramoncín’.

Hace ya algún tiempo Lingomán estuvo en estas bílicas líneas, y no fue precisamente para recibir elogios. ¿Será consciente de ello? ¿Nos acarreará este hecho alguna insólita consecuencia? ¿He de temer que los sicarios del Gramosmíl trepen por mi balcón ? ¿Qué opinión le merecerá esta opinión? ¿Es muda la reina sofía? ¿A qué huelen las flores?

Pero bueno, ante la posibilidad de que alguno de los leguleyos de este patético y chulesco espantapájaros aparezca en mi casa con la intención de arrebatarme mis más preciadas propiedades (una foto de El Fary firmada por Antonio Resines y medio cartón de tinto), yo voy a registrar los nombres Manolo, Jesús y Antonio. Así que, todos los que os llaméis así (no sé si habrá alguno en España), ya podéis ir aflojando la cartera. Necesito vuestro dinero para defenderme de las hordas mafiosas del Fried Chicken King.

Ah, por cierto, ten cuidado, saco de estiércol bautizado como Jose Ramón Julio (ay que me parto) y que a tus cincuenta y cuatro años sigues llamándote a ti mismo con un apelativo reservado a un niño, ya puedes ir cambiando de personalidad, porque a partir de ahora yo soy el titular exclusivo de la marca ‘retrasado mental capullo creído sabelotodo asqueroso estafador’, y tú te estás lucrando siendo precisamente eso desde que viniste a este mundo.

PD: Como verán, no hay hueco suficiente para hablar de Belén Esteban (o lo que queda de ella tras sacarle un metro cúbico de chicha del trasero e implantársela en las tetas mientras diecisiete vascos de caserío hacían sogatira con el otro extremo de la cuerda atado a una pinza que, desde la nuca, le estiraba el cutis). Pero no desesperen, la próxima semana, Monstruos S.A. Se lo juro por Mamoncín.

miércoles, 13 de enero de 2010

Los olvidados

Hace ya un año, pero a la luz de la atención que el mundo occidental le presta, parece que hubiera pasado un siglo. Hablo de los bombardeos israelíes sobre Gaza de comienzos del año pasado. Misiles contra hombres, mujeres y niños inocentes en nombre del derecho a la seguridad y la existencia de Israel. O del supuesto derecho a su existencia, deberíamos decir.

Como soy un poco bobo, y bastante incapaz de expresar acertadamente ideas que, como ésta, merecen ser contadas con rigor y claridad para que al personal le quede claro de una vez quiénes son los malos en este cuento, recurro de nuevo a un texto ajeno, en esta ocasión, y contra todo pronóstico, de un redactor del diario megavasco Gara.

Es Santiago Alba Rico, un rojeras español, hijo por cierto de la directora de la mítica Bola de Cristal ante la que tantos abuelos dejaran -oh, incautos- a su infantil prole allá por los años ochenta. Se llama 'Nacimiento de un Estado racista: Israel, defecto de fábrica'. Hélo aquí:

"El verdadero vencedor de la II Guerra Mundial no fue la alianza de naciones que combatió a la Alemania nazi, tampoco esos EE UU robustecidos por el debilitamiento de Europa y mucho menos, desde luego, los millones de víctimas judías del nazismo: el verdadero vencedor de la II Guerra Mundial fue el movimiento sionista fundado por Theodor Herzl en 1897. Por eso mismo, el verdadero perdedor del conflicto bélico no fue Alemania ni Japón ni Italia ni tampoco esa URSS condenada a desaparecer 40 años más tarde: el verdadero perdedor -junto a los millones de víctimas del holocausto nazi- fue el pueblo palestino, radicalmente inocente y completamente ajeno al mismo tiempo al antisemitismo europeo y a sus luchas interimperialistas. Ignominiosa combinación de intereses espurios y mala conciencia, la injustísima resolución 181 de la ONU que en 1947 decidió la partición de Palestina conserva hoy toda su actualidad destructiva. Marek Edelman, heroico defensor del gueto de Varsovia en 1943, supo ver muy bien los motivos: “Si se ha creado Israel ha sido gracias a un acuerdo entre Gran Bretaña, Estados Unidos y la URSS. No para expiar los seis millones de judíos asesinados por Europa, sino para repartirse los negocios de Oriente Medio”. Todos podemos ver hoy los resultados: a través de esa pequeña grieta se está desangrando irremediablemente el mundo.

El Congreso de Basilea, acta fundacional del sionismo, fue tempranamente denunciado por Karl Kraus, judío universal de Viena, como una forma de antisemitismo: “Estas dos fuerzas aspirarían secretamente a una alianza”, pues “su objetivo es, en efecto, común: expulsar a los judíos de Europa”. El esencialismo étnico-religioso de Theodor Herzl, en cualquier caso, sólo persuadió a una diminuta minoría, como lo demuestra el hecho de que apenas unos pocos miles de sionistas emigraron a Palestina antes de 1933.

Sólo la convergencia de tres factores exteriores a la historia de la región explica la presencia de 600.000 judíos en el momento de la partición. El primero fue la persecución nazi, que obligó a huir a millones de judíos tanto de Alemania como de las zonas por ella ocupadas. El segundo, la inescrupulosa explotación de este genocidio por parte de la organización sionista, más preocupada por colonizar Palestina que por salvar seres humanos: “Si se me diese la posibilidad”, declaró Ben Gurión en 1938, “de salvar a todos los niños judíos de Alemania llevándolos a Inglaterra o salvar sólo a la mitad transportándolos a Eretz- Israel, optaría por la segunda alternativa”. El tercero, la codicia imperialista de Inglaterra, que a partir de la declaración Balfour (1917) y mediante una maquiavélica política migratoria supo interpretar a su favor todas las ventajas de la propuesta racista de Herzl: “Para Europa construiremos ahí (en Palestina) un trozo de muralla contra Asia, seremos el centinela avanzado de la civilización contra la barbarie”.

En contra de lo que creemos saber, no sólo la justicia palestina se opuso al principio de la partición sino también la injusticia sionista. En 1948, Menahem Beguin, dirigente del grupo terrorista Irgún y futuro premio Nobel de la Paz, declaraba que “la partición no privará a Israel del resto de los territorios”. El 19 de marzo de ese mismo año Ben Gurión, jefe de la Haganah y padre fundador de Israel, insistía en que “el Estado judío no dependerá de la política de la ONU sino de nuestra fuerza militar”. Esa fuerza militar, articulada en el plan Dalet, expulsó de sus tierras, mediante el terror y la violencia, a 800.000 palestinos, en una operación de limpieza étnica a gran escala cuya envergadura y objetivos ha sido claramente expuesta a la luz por el historiador israelí Benny Morris (un ultrasionista que sólo lamenta, por lo demás, que Ben Gurión no fuese aún más radical). De esa manera, el 18 de mayo de 1948 fue creado, sobre el 77% del territorio palestino, el “único Estado democrático” de Oriente Medio, un Estado “judío” cuya “constitución” es la conocida Ley del Retorno de 1950. Es ella, y no la decencia ni la razón ni la historia, la que permite “regresar” a Palestina a cualquier “judío” del mundo, a partir de una ambigua definición racial-religiosa que comprende a los descendientes de padres o abuelos judíos y a los conversos a la religión de Moisés (pero excluye a los que cambian de credo y a los que cuestionan el carácter “judío” del Estado de Israel).

Cada vez que Israel bombardea ciudades, levanta muros, derriba olivos o impone el hambre y la enfermedad a millones de seres humanos, los EE UU y la UE, si a veces lamentan “el desproporcionado uso de la fuerza”, recuerdan una y otra vez su derecho a la defensa. Que nadie se escandalice si digo que es absurdo invocar su derecho a la defensa cuando lo que está en cuestión es su derecho a la existencia. Cada vez que EE UU y la UE promueven alguna ‘iniciativa de paz’ se discute sobre qué hacer con los palestinos y qué conceder a los palestinos, como si los intrusos y ocupantes fueran ellos. Que nadie se escandalice si digo que la verdadera cuestión es saber qué hacemos con los israelíes y qué concedemos a los israelíes. No puede haber justicia si no se parte de principios justos y es necesario, por tanto, invertir esos principios que nos parecen absurdamente naturales para alcanzar, no ya a la justicia, sino una solución mínimamente injusta. Estoy seguro de que el pragmatismo y la piedad llevaría a los palestinos a ser generosos con los israelíes si el mundo declarase públicamente de qué parte está la razón y obrase en consecuencia. Pero mientras EE UU y la UE, únicas llaves del conflicto, apoyen política, económica y militarmente los derechos del racismo, el fanatismo, el nacionalismo mesiánico y la violencia colonial, la humanidad seguirá desangrándose sin remedio a través de esa grieta abierta en Palestina."

¿Queda claro?

martes, 5 de enero de 2010

De regalo: una porra

He de reconocer que esta entrada es producto de mis teclas, pero no de mi imaginación. De haber sido así, me podría considerar un tipo tan brillante como los colegas -no tengo el gusto a pesar del peloteo, eh- de Vicisitud y Sordidez. Aún así, y siendo el día que es hoy, he decidido darme un autorregalo, y quedarme con la idea.

El caso es que, a estos tipejos -no hay otra manera mejor de catalogar a esos sórdidos onvres- de los que ya hablamos aquí recogiendo el guante que lanzaban en la entrada bílica de septiembre llamada 'Teoría de la Vicisitud Andaluza', han tenido a bien lanzar un concurso para goce y jolgorio de sus (numerosísimos) lectores.

¿Y en qué consiste, dirán ustedes? Pues en pronosticar cuales serán los tres famosos/famosetes/famosillos a los que les pille el 2011 comiendo gusanitos con Michael Jackson. En definitiva: una porra necrlógica, con un par.

Maravillosa propuesta, ¿verdad?

Las apuestas de Bilis fueron para...tachán...brrrr... redoble de tambores (Sí, el brrr era una onomatopeya de un tambor redoblando. ¿Qué pasa? Si Lucía Etxebarría cree que sabe escribir, yo también tengo derecho a creer que se hacer onomatopeyas de tambores):

1- Fernando Esteso (y no meto a Pajares en el saco porque me parece muy feo facer un combo con el dolor ajeno).

2- El sobrino de Senna, fallecido tras estamparse en la misma curva de Imola que su tío tras una suculenta maniobra del gran Takuma (fichálo, fichálo). Por cierto, qué gran injusticia que el señor Sato no tenga un volante en la Fórmula1 por decreto. Eso es como quitarle al toreo la opción de que un cuerno abra en canal a un tipo y decore el albero con seis metros de duodeno. Ambos, F1 y toros, pierden así su ya escaso humor.

3- Mance Rayder, el Rey-más-allá-del-Muro (si no sabeis quien es deberíais estar YA googleando y comprándoos los putos libros del puto gordo).

Obviamente, les paso el enlace para que compartan sus apuestas con los Payos Rangers de la sordidez. Pero, como esto es Bilis y no un vertedero donde haya ido a parar la publicidad tras ser desterrada de Radiotelevisiónespañola -desafortunadamente, la peor de todas ellas, la que cada cuatro años nos presenta a una caterva de ladrones e hijos de la gran puta aspirando a que deleguemos en ellos nuestra capacidad decisoria, me temo que habremos de seguir tragándonosla-, iremos un paso más allá.

Por eso les pido encarecidamente, mis escasos y no por ello menos degenerados lectores, que hagan sus apuestas sobre cualquier acontecimiento que crean sucederá en este 2010 y que, por su naturaleza, pudiera resultar digno de ocupar una de nuestras bílicas entradas. Ya saben, Ramoncín ahogado en su propia caspa, viajeros cabreados metiéndole sus equipajes por el culo al presidente de la Patronal, Iniesta subido a un banco corriéndose en la cara de los viandantes, o el Rey de España sobrio. Cualquier cosa de ese estilo.

Para empezar, yo mismo dejaré mis tres propuestas. Hélas aquí:


1-El hijo de la baronesa Tyssen, el novio de la duquesa de Alba y Paquirrín, una vez que hayan sangrado a sus respectivas hasta que les lleguen las tetas al suelo (en el caso dedoña Cayetana eso podía ser ya), y viéndose necesitados de pasta para su dosis diaria de cocaína, procederán a montar una orgía conjunta, vendiendo sus exclusivas fotos haciendo el trenecito a ¡Hola!

2-The seven of Estepaís (sr. Antonio dixit), Baúl González Blanco, alias El Hijo del Viento, alias Patapalo, alias Velocidad Terminal, alias Descordinator, alias El Que Nunca Hace Nada, alias Antipsicomotricidad, se suicidará tirándose de un tejado en el mismo instante en que su compañero -y no por ello amigo- Iker Casillas, levanta al cielo la Copa del Mundo. Lo mejor de todo es que España había sido eliminada por Yemen en octavos y lo que veía nuestro hérore era una grabación remitida a su casa por Malula, la esposa de Míchel Salgado, para gastarle una broma. Pero el gemelo blanco de Usaín Bolt había pasado todo el mes de julio en Cidamón, aislado del devenir del Mundial, y no conocía este extremo. (Por cierto, al caer, pilla debajo a Roncero y a Eduardo Inda.)

3- Los hijos de puta de ETA matarán a algún pringado por el mero hecho de ser menos hijo de puta que ellos, Rajoy y Zapatero harán incómodas manitas mientras el cadáver esté caliente, y un segundo después de que caiga la primera palada de tierra sobre la caja, volverán a tirarse los trastos a la cabeza aprovechando la coyuntura del atentado, demostrando una vez más que los que se merecían las balas quizás fueran ellos.

Ale, hagan sus apuestas.

domingo, 3 de enero de 2010

La década prodigiosa

Han sido diez largos años de dura lucha, diez años en los que mi tesón me ha valido para ganar batallas tan intensas como la mantenida con la Universidad de la Risa, que hubo de cerrar la cafetería a sabiendas de que, por mucho que la mantuviera abierta, yo habría seguido allí, jugando a las cartas y sin obtener nada a cambio de mi afanoso estudio. Porque yo lo valgo. Pero el Bilis 1-Unirisa 0 no ha sido el único hecho destacable de estos últimos diez años.

¡Qué va, hay mucho más! Y ahora que ha terminado 2009, amigüitos, haremos repaso de estos diez últimos años. Si, ya sé que, en sentido estricto, la década iría de 2001 a 2010, ambos inclusive pero... es mi Scatergories y me lo llevo. Ahí va el Ebro:

Año 2000
Todo partía de una premisa tan clara que, por su simpleza, parecía resultar escalofriantemente factible. Cuando dieran las doce campanadas en la Nochevieja de 1999, todos los ordenadores del mundo pasarían a la fecha 01/01/00, señalando el año cero, esto es, antes de cuando fueron originalmente programados, y se volverían locos.
Al final, el Efecto 2000, la rebelión de las máquinas, quedó en nada. Era un buen presagio sobre lo que estaría por venir: desde la gripe aviar hasta la 'A', pasando por las vacas locas o la impresión de los cuentos populares de siempre comentados por Ana Botella, estamos rodeados de acontecimientos que se nos venden como si fueran el Apocalipsis y que luego, en de vé, no son para tanto -excepto lo de los cuentos-. Nos engañan.

Año 2001
Ya estábamos sobre aviso, pero se confirmaron las sospechas en lo relativo a las explosiones, el caos, la guerra y la muerte...
Estoy hablando, cómo no, de la profunda decepción que arraigó en la Humanidad al contemplar que los hechos que narraba la película 2001, una odisea en el espacio, distaban mucho de la realidad. Nada de rayos láser, batallas estelares ni aeronaves estrellandose contra edificios en descomunales explosiones... (bueno, de eso puede que sí hubiera algo).
Además, es destacable el hecho de que la caldereta que competía bajo el nombre Torres más altas han caído, no resultó ganadora del concurso de fiestas de Gracias con su receta de patatas al calimocho.

Año 2002
Tras miles de años de insoportable exactitud, las matemáticas cambian. Si un objeto venía a costar cien pesetas, y una de las nuevas monedas, los euros, equivalía a 166'386 de las antiguas pesetas, ahora, merced a este evento sideral que tuvo a bien trastocar los aparentemente inmutables valores matemáticos, ese mismo objeto viene a costar un euro. Dos y dos, son cuatro; cuatro y dos, son seis... pues va a ser que no.

Año 2003
Alguien le comentó a George W. Bush que tenían sobreestock de armas en la despensa, así que, poniendo la salvaguarda de Occidente como excusa invadió Iraq, logrando con ello tres cosas: demostrar que mentía cuando afirmaba que el Régimen iraquí tenía armas de destrucción masiva -cosa que los Yueséi, obviamente, si tienen-; inicar una guerra civil no declarada en aquel país; y demostrar que es posible matar a un dictador colgándolo de una soga.
Entre tanta demostración, además de los inevitables soldaditos yankis y sus primos british, aparecían como novedad unos cuantos esssspañoles de pelo en pecho que, cabra legionaria en ristre, Aznarín había enviado a Oriente para salvar el mundo. Así era él, generoso, siempre pensando en el bien de la Humanidad.

Año 2004
Tras cuatro años comiendo una mayoría absoluta de la derecha más rancia de Europa aderezada con un poco de LOU, otro poco de Decretazos y, sobre todo, el ya comentado plato de la Guerra de Iraq, los españoles aún parecían tener hambre de que les humillasen un poco. Y así lo decían todas las encuestas electorales hasta que el postre llegó con forma de ciento noventa y dos muertos en la mañana del once de marzo.
Tres días después de los atentados en el metro de Madrid, los votantes españoles -entre los que tuve la tentación encontrarme por primera y, hoy sé, que última vez- cambiaron a Hitlercito Aznar por el idiota integral de Zapatero.
No iba a arreglar nada, pero al menos cuando sale un tío en la tele dedicándose a no hacer nada y repetir eslóganes que parecen extraídos de Los Osos Amorosos, no le dan a uno ganas de abrirse el pecho en canal y cocinarse los propios intestinos bien cociditos al baño maría de su propia sangre en ebullición.

Año 2005
Es, sin duda, el año de Polonia. Tras ciento veinte minutos, remontar un 0-3 adverso, compartir vestuario con Dios hecho carne con el bazalete de capitán y el '8' sobre una camiseta roja a sus espaldas, sacar dos balones inverosímiles a Shevchenko, y detener otros tantos penaltis en la tanda final, Dudek, portero del glorioso Liverpool FC, gana la Copa de Europa más memorable de todos los tiempos, ganándose el honor de ser nombrado polaco del año.
En otro orden de cosas, una tarde de otoño, mientras estoy haciendome unas patatas bravas a la radiación, Dios entra de nuevo en escena, y llama junto a él a su representante en la Tierra. Así, otro polaco irrumpe en la noticia. Se trata del Papa, que en un burdo intento de arrebatarle este galardón al primo Jerzy, va y se muere.

Año 2006
ETA declara una tregua indefinida. Durante nueve meses largos aprovechan el tiempo libre que les deja el hecho de no meter balas en la nuca del personal para estudiar con detenimiento los libros de Historia, llegando a la conclusión de que no sólo el Estado Español actual oprime al pueblo vasco, sino que ya lo hacía el Imperio de Felipe II, en gran parte merced a la financiación obtenida con el oro extraído de las minas incas.
Conclusión: los incas colaboraban en la esclavización de los euskaldunes del pasado. Por esta razón, deciden llenar una furgoneta hasta las cartolas de dinamita y matar a dos obreros ecuatorianos, reventando de paso (aunque su objetivo eran indudablemente los latinoamericanos) la Terminal 4 de Barajas, lugar que habían elegido los malévolos sudacas para ocultarse.

Año 2007
En una reunión de Jefes de Estado y Gobierno Latinoamericanos, el médico de la delegación española se va de putas y no puede cumplir con sus obligaciones al día siguiente. Entre éstas se encontraba suministrar su medicación al primero de los españoles, el tito Juancar. Borboneitor, viéndose libre del yugo que le provocan los somníferos que recibe antes de cada cumbre para evitar su campechanismo se aburre profundamente y espeta a Hugo Chávez su famoso "¿Por qué no te callas?"
Acto seguido, la organización corta el micrófono del Rey y el mundo entero se queda sin escuchar la frase completa: "... que ya va siendo hora de que acabes, tengo que ir a que me cambien el pañal"

Año 2008
Luis Aragonés lleva a Oleguer a una concentración de la selección solamente por tocarle los cojones y obligarle a vestir el chándal español. No contento con eso, justifica su presencia argumentando que el senyor Presas nunca ha dicho nada en contra de La Roja, acuñando de esta manera el apodo con que ahora todo el mundo conoce al equipo, mérito que hay que atribuir tanto al Viejo de Hortaleza como al idiota independentista que comparó su desfile tras un título liguero con la entrada de las tropas franquistas en Barcelona durante la Guerra Civil (¿?).
Enlazando y completando lo anterior, Luis, tras provocar una foto que Oleguer aborrecerá toda su vida, tiene a bien no llevar a Baúl González White a Austria... ¡y gana la Eurocopa!

Año 2009
Dios destiñe. Considerando al Todopoderoso al estilo antiguo -romano, griego, judío, alcachofo...-, es decir, como un ser superior, voluble, cruel y vengativo, con poder omnímodo sobre las vidas de los hombres, es más que evidente la constatación de que nuestra deidad reside, no ya en el monte Olimpo, sino en la avenida Pensylvania de Washington. De esta manera, el acontecimiento principal del año que acabamos de dejar atrás es, sin duda, que por primera vez un hermano ostenta el poder para decidir sobre nuestra vida y nuestra muerte en aras de la libertad, la democracia y Ronald McDonald.

Esta ha sido, más o menos, la maravillosa última década que nos ha tocado vivir. Hasta aquí hemos llegado con los que han sido, para Bilis al menos, los principales acontecimientos de estos últimos diez años. ¿Y para usted? Déjenos un comentario, payo, y haremos otra entrada sobre lo jodidas que están vuestras mercedes de la cabeza.