martes, 30 de junio de 2009

¡Todos somos vascos!

Lo primero que prometió Patxi López cuando se coronó rey de los vascos fue cambiar el mapa del tiempo.

Es lo más normal del mundo poner toda tu atención en un espacio televisivo de cinco minutos cuando tienes que gobernar una Comunidad Autónoma donde, a los dificultades habituales que existen en todas partes -paro, crisis económica, dificultades de acceso a la vivienda, etc.- tienes que sumar otro buen montón de problemas propios, como que todos tus equipos de fútbol pugnen -con grandes resultados, por cierto- por ver quién lo hace peor año tras año; o que aún siga habiendo unos tipos que gustan de adosar explosivo bajo los coches de otros tipos, o de alojarles pequeñas cantidades de plomo a gran velocidad en las inmediaciones del bulbo raquídeo. Esta peculiar práctica, conocida como tiro en la nuca, goza de gran popularidad entre algunos sectores de la población que al señor López le tocar regir. Pero él centró su atención en lo que, allá donde la sangre es pura y la raza indómita y carente de RH, tienen a bien llamar Eguraldia. En el puto Tiempo. Cuestión de prioridades.

Y en esta valoración de prioridades estaban cuando, pasando por encima de todo problema social y en una muestra de desvergüenza y estupidez propias de dos tipos con más cara dura que Pajares y Esteso, pero con menos tetas a la vista y más alcohol aún en sus abotargados cerebros, tanto el ambiguo López como su socio el megaespañol Basagoiti, se pusieron como objetivo primordial subsanar el gran problema que suponía la ficticia unión política entre las tres provincias vascas, Navarra y el País Vasco-Francés. Seguro que hay parados en Bilbao que no pueden vivir teniendo que aguantar diariamente que se empeñen en hacerles saber si va a llover en Lodosa.

Pero, estupideces aparte -no muy aparte, pues ésa es la base tanto de mi mecanismo mental como del desarrollo de los contenidos de este blog-, puede que haya navarros a los que molestara este hecho, considerando, sin que les falte razón, que les están incluyendo de facto, y aunque solo sea a través de un mapa meteorológico, en una unión política que la mayoría de ellos parece repudiar si tenemos en cuenta los votos que el nacionalismo vasco recibe en la Comunidad Foral. Pero de ahí a identificar esto como un problema grave y ponerse como objetivo prioritario el subsanar esta situación cuando tienes delante paro, recesión y terrorismo, va un mundo. Y obviar ese mundo y tomar el cambio en un mapa del tiempo como una victoria política, y una constatación de que ahora que el PNV ha sido desbancado del gobierno vasco las cosas están cambiando, es algo que solo puede hacer un caradura.

-A mi marido le ha dado un infarto, doctor.
-Yo le atenderé, señora. Pero aparte del infarto... perdone que le diga, pero está muy mal aseado.
-Sí, doctor. Pero es que el infarto... haga algo con él, por favor.
-De acuerdo, entraré al quirófano. No se preocupe.

-Hola de nuevo doctor. ¿Qué tal la intervención?
-Lo siento, no nos dio tiempo a operar. Murió mientras le estábamos haciendo la manicura.
-¡Pero le estaba dando un infarto!
-Ya, pero... ¿a que da gusto ver unas uñas tan limpias? Es un cadáver precioso.

Pues lo mismo pero con unas cuantas rayas en un mapa.

Pero, niños y niñas, mamás y papás, aquí viene cuando la matan. Resulta que, ya metidos de lleno en tan increíble absurdo, en semejante confusión de prioridades, al tío López y al primo Basagoiti los de la tele pública vasca -que siguen siendo más fanáticos del PNV que Clemente del Athletic o Aznar de Satanás- les han metido un buen gol. Y en lugar de limitarse a ofrecer el mapa con solecitos, lluvias, hielos, granizos o meteoritos destructores de la vida terrestre que puedan caer sobre Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, ahora han optado por una jocosa división por comunidades autónomas para continuar incluyendo a Navarra y a la región más costera del departamento francés de Pirineos Atlénticos -lo que ellos llaman Iparralde, vamos- en El Tiempo.

Pero como al incluir la separación por regiones, resulta que la pequeña e insignificante Rioja aparecía de lleno completamente definida dentro del mapa, pues han decidido llenarla también de solecitos. Con un enorme par de cojones.

O sea, que la televisión pública de una comunidad autónoma -el país Vasco- no sólo han dejado de ofrecer el tiempo que hará mañana en otra comunidad autónoma diferente -Navarra-, que era el germen de toda esta infantil polémica; sino que ahora ha lanzado sus legiones a la conquista y ha incluído una tercera -La Rioja- con la que, esta vez sí, no existe relación política alguna que les una.

Todo esto vendrá muy bien a todos aquellos miles de vascos que veranean al sur del Ebro. Si el objetivo, como he llegado a oír, es servir de utilidad pública a la ciudadanía vasca y que ésta sepa qué tiempo va a tener el fin de semana en su segunda residencia, se han quedado cortos. Y aunque hubiera que reducir el zoom del mapa, deberían haber incluído también todas las colonias vascas en Cantabria y un pequeño cuadradito, al estilo de lo que hacen las televisiones del Estado Opresor con Canarias, donde se ofreciera información acerca de futuras tormentas en Salou.

Y ya puestos a opinar, que para eso es para lo que dejo a un lado mi habitual y vomitivo léxico y trato de llenar con frases increíblemente largas el blog más proclive al odio y aparentemente pedante que se teclea dentro de mi habitación, lo que tampoco les vendría mal es pensar un poco en por qué en cuanto tienen tres días de puente huyen despavoridos hacia Haro, Noja, Ojoculo, Ezcaray o Castro Urdiales si en realidad aman tanto como dicen su ancestral patria.

Y, a la que piensen un poquito -al que le dé- no estaría mal que llegaran a alguna conclusión, y que ésta no fuera el quedarse metidos en Bilbao, Vitoria o San Sebastián durante los puentes, sino olvidar tanto papanatismo nacionalista y tanta mierda, y salir a Cantabria o a La Rioja como un igual, no como alguien que se siente un extranjero oprimido por un país que no reconoce ni tonterías por el estilo. Ser una persona normal en un mundo en el que, vasco, cántabro, navarro, riojano o pakistaní, siempre tendrán encima algún banquero sorbiéndoles la sangre y algún político viviendo del sudor de su frente.

Un mundo en el que, por cierto, cuando cruzas el Ebro, el Bidasoa, el Adour, los Obarenes, la sierra de Cantabria o cualquier otra, no hay, ni ha habido, ni habrá jamás, ninguna puta raya pintada en el suelo separando nada.

sábado, 20 de junio de 2009

El hombre bueno

Ayer murió un hombre. No era como los demás hombres, quizás porque los demás hombres ya no sabemos si somos hombres o qué coño somos. Probablemente mierda.

Sin embargo, ayer, una vez muerto, mucha gente tuvo un momento para ensalzar su figura y obra. Mañana, probablemente, su recuerdo caiga poco a poco en el olvido, y a nadie le parecerán importantes los pobres de La India ni los de ningún otro sitio.

Puede que se deba a que un hombre que da su vida por los parias no puede alcanzar esos tintes mediáticos que poseen aquellos en cuya piel nos gusta imaginarnos; preferimos adorar a nuestros modernos ídolos.

Hoy en día el mundo está repleto de esos ídolos; espejos en los que la juventud se mira, imágenes que los mayores envidian y los niños sueñan con emular algún día. ¿Qué les atrae de ellos? La fama, un aprecio popular absolutamente irrelevante si no es debido a algo realmente honroso; la belleza, vacua y absolutamente perecedera, capaz de convertir en esperpentos andantes a los que buscan la apariencia juvenil cuando se aproximan ya a la senectud; el poder, que sólo es efectivo sobre aquellos que no tienen con qué defenderse, pero es inútil contra el que ha amasado más o el que simplemente carece de miedo; el dinero, que lo mueve todo y, en el momento clave, cuando la enfermedad o la tragedia acuden, no vale nada.

En definitiva, habrá quien quiera ser Cristiano Ronaldo, quien deseé disfrutar del ordeno y mando de Obama, quien se muera por vivir la vida loca al estilo de Paris Hilton, quien sueñe con Ana Obregón -hay gente pa tó, que le voy a hacer yo...- o quien suspire por ser idolatrado por su indudable éxito en la vida como le sucede a Florentino.

Pero estarán equivocados persiguiendo exitosos productos de este ultracapitalismo de mierda en el que todos -yo el primero, no se crean, que soy igual de excremento que cualquera de ustedes, mis amantísimos lectores- nos sentimos tan a gustito.

Porque en este siglo veintiuno creémos saberlo todo, y no tenemos ni puta idea de nada, inmersos en una mentira teñida de verde dólar e ignorantes de que todo a nuestro alrededor es artificio. Ignorantes de cómo es la verdadera realidad. Ignorantes de que todos esos ídolos anteriormente enumerados sólo son escoria. Escoria a la que el destino a deperado la posibilidad de limpiarse el culo con billetes gordos a cambio de una vida de nulo compromiso con el prójimo cuando no, en la mayoría de los casos, desprecio profundo hacia todos los que le rodean. Ignorantes, en definitiva, de la condición humana.

Me da igual que hablemos de cantantes, actores, deportistas, políticos -que también hay quien idolatra a determinados ladrones y asesinos-, o de ese ser superior capaz de desviar la atención de un país de su profunda crisis económica, política, identitaria, social y cultural a base de millonadas y baloncitos de cuero.

Quédense ustedes con todos ellos. Vicente Ferrer si que era un ser superior, un hombre de verdad. Porque aquí, el tío Tolkien, que solía tener unas ideas bastante coherentes acerca de la naturaleza de las cosas, metió la pata hasta la sobaquera. "... La raza de los hombres, que ansía sobre todo el poder", escribió. Para nada. Los que ansían el poder son unos hijos de la gran puta, los hombres de verdad ansían ser libres, que todos lo seamos. Digno de ser llamado hombre era don Vicente Ferrer.

Y como no hace falta marcharse al Tercer Mundo para tratar, humildemente, de emularle, hágase un favor y sea un poco más hombre*, ¡hombre!


(*)O, en su caso, mujer. Que no quisiera que, en el increíble caso de que este blog llegase a las retinas de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído me tachase de machista por la simple razón de que su retraso mental le impide discernir que el castellano, como otros muchos idiomas, utiliza el masculino para referirse a algo cuando no queda determinado su género, al carecer de género neutro como tal. Aunque bueno, si le hablamos de neutros igual cree que nos referimos a la lejía... Eso sí que puede sonar machista, pero necesitaba un poco de líquido biliar que verter en la entrada de hoy, don Vicente me perdone; al fin y al cabo el fue un santo viviente y yo un lechón con un teclado.

lunes, 15 de junio de 2009

Los esclavos del Tito Floren

No sé si ya lo han oido, la verdad es que es más que probable que esta sea la primera información que tienen al respecto, pero para eso está Bilis, para informar. (Aunque las malas lenguas aduzcan que en este blog únicamente se persigue el odio por el odio, cosa que para nada es cierta, ya que su objetuvo primordial es mantenerme ocupado mientras evito estudiar.)

Bueno, pues eso. Que los medios están ocupados informándonos de las revueltas campesinas en Perú, la hambruna en Sudán, las masacres a cambio de petróleo del presidente de Guinea Ecuatorial, los miles de desnutridos de la nuclearizada Corea del Norte o el veinte por ciento de sidosos que componen la población de Sudáfrica, ese gran país que no tiene para campañas sanitarias que impliquen a su población en el uso de preservativos, pero que puede permitirse el lujo de gastar millonadas en remodelación de estadios para acoger después competiciones internacionales de fútbol. Y tan absortos están en concienciarnos acerca de las cosas crudas que acontecen en este valle de lágrimas, que han pasado por alto los fichajes del Real Madrid.

¿Suena esta presentación a demagogia? Bueno, quizás alguien lo piense, pero esas son las ventajas de escribir tu propio blog con las tripas a cambio de tener por toda remuneración la libertad de teclear lo que te salga de los cojones. Y si alguien lo piensa, pues que le den mucho por el culo; aquellos a los que la verdad de las cosas y el anteponer los problemas sociales a otras mierdas de mayor interés mediático les parece demagógico, es porque son unos retrasados mentales y unos hijos de la gran puta. He dicho.

El caso es que el Real Madrid fichó a Kaká -un gran jugador brasileño con nombre de excremento- del Milan por 65 millones de euros, y unos días después se ha traído para la capital del Imperio a Cristiano Ronaldo -un maricón portugués de cara grasienta cuya comparación futbolística con el anteriormente mentado Kaká es tan blasfema como lo sería comparar a Yola Berrocal con un ser humano- por la despreciable cantidad de 96 milloncejos de nada.

Pasando por alto otros aspectos relativos a este mismo tema futbolero, como lo bien que les viene a los políticos esta genial capacidad nuestra para olvidar todo mal a cambio de un poco de circo balompédico; el increíble absurdo resultante de que siendo Andalucía la segunda comunidad con más paro de España a los béticos les dé por manifestarse contra Lopera en vez de contra la Junta; o la vergüenza que produce la aparición del mesias Florentino para salvar al club blanco a base de talonario en una época de profunda crisis creada, fundamentalmente, por empresas dedicadas al ramo de la construcción como es la suya; centraré lo que queda de esta entrada de hoy en la especial relación que tiene el señor Florentino Pérez con los medios de comunicación, y en la manera que desde éstos se tratan sus actos y se adoptan como dogmas irrenunciables de fe todas sus palabras.

Porque ante tamaña desproporción en el pago de los traspasos, con ingentes cantidades de dinero malgastadas con las que podrían haberse sufragado vaya usted a saber cuántas y cuán importantes obras públicas (demagogia otra vez, sí; vuelva al tercer párrafo si no le gusta y llévese de nuevo un insulto gratuito), desde el Real Madrid tratan de paliar la lógica crispación pública ante su dispendio en estos tiempos de crisis con las más variopintas teorías. La más extendida es la que reza que estos tipos generan tanto que son capaces de rentabilizar por sí mismos este desembolso ¡en un solo año!

Si, han oido bien. Cuando alguien cuestiona semejante gasto de dinero, Floren -y si no es él lo hace alguno de sus voceros oficiales, toda esa escoria periodística dedicada a lamerle la polla al señor Pérez, en lugar de a informar objetivamente, llamémosle As, llamémosle Marca, llamémosle Ser, o Cuatro, o laSexta, o como queramos- justifica este incomprensible gasto aduciendo que Cristiano es una estrella mediática de semejante tamaño que en una temporada recuperarán con creces la inversión.

Si esto fuera cierto, no queda otra que atribuir a Davil Gill, el tipo de los dineros del United, y a Berlusconi y Galliani -el caso de Kaká, aunque algo más barato y con menor dosis de fanatismo mediático, explotación publicitaria y mariconeo de sarao, es idéntico- un retraso mental muy por encima de la media.

Si el Madrid puede obtener de Cristiano casi cien millones de euros en un año -o casi setenta de Kaká- gracias a la gestión de sus derechos de imagen, o la venta de camisetas, o yendo a medias con el tipo que le vaya a suministrar la coca en los garitos nocturnos de Madrid, y de esta forma recuperar el dinero de su inversión, lo mismo podrían hacer el Manchester o al Milan. Digo yo. ¿O es que a los ingleses y los italianos no se les ha ocurido vender camisetas ni hacer anuncios con el gepeto de este nuevo Guti de trascendencia universal?

De todos es conocido que los dos inventos más importantes con los que España ha contribuído a la cultura occidental son la siesta y el merchandising -de ahí su nombre, de tan claro orígen castellano, de Medina de Pomar, Burgos, para ser más concretos-, pero de ahí a pensar que los británicos sean incapaces de copiar nuestro invento y obtener grandes réditos a traves de la gestión publicitaria va un mundo.

De esta forma, si el Madrid puede recuperar una inversión de noventa y seis millones de euros en un año, el Manchester, sin nada que recuperar, podría obtener esos noventa y seis millones limpios, temporada tras temporada. Un buen pellizco que invertir, por ejemplo, en vino de garrafón para mantener ese rojo lustroso en las venas nasales de sir Alex Ferguson, ¿verdad?

Y si el señor Cristiano Ronaldo puede -como también nos ha asegurado la prensa- ceder la mitad de sus derechos de imagen al Real Madrid, algo que puede rondar los ¿quince? ¿veinte? o más millones de euros a cambio de una jugosa subida de sueldo...¿no podría hacer eso mismo el United? Porque, si lo piensan bien, si cobro doce, pero antes he cedido derechos por valor de quince...¡pierdo dinero!

Y ya sé que jugar en el Madrid es el sueño de todo humano con buen corazón, incluso si se trata de un mierda piscinero con la cara lavada con aceite koipesol y tan poca vergüenza como para gastarse cuatro millones de pelas en copas con la eutanasiable paleta de Paris Hilton, pero no las tengo todas conmigo que un tipejo así acceda a perder dinero para vestir de blanco...

Total, mucho número, demasiado para un gañán de mi calaña, y poco interés en cuestionar nada. Ya auparon al Tito Floren a la presidencia del Madrid en la campaña menos ecuánime que los tiempos recuerdan, y ahora se desviven por conseguir sus favores. Bien está que todo esto es sólo fútbol -y un millonario negocio, desde luego-, pero extrapolando esta vergonzosa actuación mediática cualquiera puede darse cuenta de la influencia que tiene la prensa en nuestra aborregada manera de pensar.

El cuarto poder, dicen de ellos. En realidad son el brazo armado del primer y único poder que rige hoy en día nuestras sociedades ultracapitalistas, las plutocracias, aquellos que controlan los dineros y que se comerían hasta nuestras vísceras si tuvieran la certeza de que después iban a cagar céntimos.

miércoles, 10 de junio de 2009

Norte, sur; éste o aquél

Resulta que Obama nos sacará de la crisis; y le creemos. Que se portará bien, negociará con sus enemigos y no montará más guerras; y le creemos. Que apuesta por un Estado palestino independiente mientras, por debajo de la mesa, le acaricia a Israel su nuclear lomo; y le creemos.

Y uno ya empieza a estar harto de creer, o de que los medios quieran hacernos creer en las bondades del bueno oficial. Sólo sé que lleva muchos meses en el trono y todo sigue igual.

Bueno, no todo. Ahora los Estados Unidos de América, cabeza pensante, corazón palpitante y brazo ejecutor del capitalismo ultraliberal deciden destinar miles de millones de dólares a la salvación de sus grades bancos y empresas, llegando incluso a la intervención en enormes transatlánticos industriales, como la General Motors. Qué me cuelguen si eso no es nacionalización de la empresa privada, al más puro estilo Hugo Chávez. Ay madre, que el negro se nos ha vuelto loco y ya me veo a los marines desfilando por la avenida Pennsylvania al son de La Internacional, mientras Obama los saluda puño en alto desde la puerta de la Casa Blanca.

Pero eso no sucederá -gracias a Dios y a la Virgen de Wall Street-, y todo lo que los gringos deban dar a sus empresas para que sus millonarios dueños no tengan que bajarse de la burra capitalista, lo sacarán de otra parte. ¿De dónde?

La respuesta a esa pregunta es un punto cardinal, el sur, y provoca que me acuerde ahora de una frase de Mario Benedetti en una vieja entrevista, emitida hace poco a modo de póstumo homenaje -hazañas de la televisión pública española, que recuerda a los poetas cuando han muerto, pero que, mientras éstos, o los escritores, pintores o científicos no tienen la gentileza de irse a criar malvas, prefiere llenarnos la cabeza con mierdasecas de la calaña de Borjita Thyssen o Julián Muñoz-.

Decía Don Mario que "los Estados Unidos no sólo son el país más desarrollado del mundo, son, sobre todo, el más subdesarrollante".

Pero claro, Benedetti no era apto para esta televisión de hoy en día. Alguien que escribe tan frecuentemente la palabra libertad solo puede ser un arcaico estalinista ansioso de la sangre occidental de niños inocentes, o algo peor. Quizás por eso jamás veamos a gente como el difunto Mario aparecer con frecuencia en la televisión, y, en cambio, siempre haya un hueco para las palabras vacías de los presidentes estadounidenses, que son los que nos proporcionan el bienestar e impiden que el poder de Mordor -o de Corea del Norte, Cuba o Cidamón- se haga con el anillo y nos atraiga a todos hacia la Sombra, atándonos en las tinieblas.

Si, seguro que ésa es la causa. Obama es nuestro supermán y Mario Benedetti era un subversivo peligroso; tenía una pluma y la sabía usar. Y para muestra, el botón que es El sur también existe, donde se dicen unas cuantas cosas que, además, riman y sirven para que tipos que exigen cantar en catalán cuando tienen un dictador delante, y que no aplauden con las orejas las gracias nacionalistas cuando son éstos los que manejan el cortijo, hagan con ellas bonitas canciones.

Por varias razones es más conveniente lamerle el perineo a Barack, o al que toque, que pensar qué parte de razón puede llegar a tener un poema. La primera, porque para llegar a ese extremo, primero habría que leer, y eso es caca. Si a Belén Esteban le va muy bien sin conocer todas las vocales... ¿Por qué a mí no? Y la segunda, porque a nosotros, que somos gente moderna y preparada, nos interesa mucho más indagar en la azarosa vida de un corrupto confeso y condenado que mirar al sur para ver qué hacen cuatro sudacas muertos de hambre. ¿Qué nos importa a nosotros el sur, si apenas somos los más meridionales de todos los ricos? ¿Si tan sólo somos los hermanos de ese sur del que hablaba el poema?

Venga, háganse un favor y vayan ahora mismo a ver Corazón de Verano. Y no se les ocurra leer a Benedetti, por si las moscas.


Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventas navideñas
su culto de dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena.

Pero aquí abajo abajo
el hambre disponible
recorre el fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras que el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohíbe
con su esperanza dura
el sur también existe.

[...]

Pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el sur también existe.


El sur también existe, del poeta muerto.

jueves, 4 de junio de 2009

Waffen SS (making friends I)

¿Se acuerdan ustedes de un tipo pequeñito ornado anteriormente con un impecable mostacho que ahora parece decidido a afeitarse, pero que no acaba de rasurar pues teme alejarse en demasía de los cánones hitlerianos que a él siempre le han gustado, ya sea para escoger su look o para marcar el rumbo de sus políticas?

Si, si, uno con un flequillo casi tan estúpido como su risa y la cabeza tan llena de mierdas fascistoides que parece la sala de trofeos del equipo de fútbito de las SS. ¿Lo recuerdan?

"¡Ah, ya sé a quién se refieren en Bilis en esta ocasión!" -dirán algunos de ustedes-. "Hablan del tipo de los trajes, el amigo de Camps."

Pues no, hombre, dejen de lamer el pegamento de las tapas de El Señor de los Anillos, que no tienen catorce años y luego su memoria se reduce a lo que han visto en el último telediario, y céntrense; pero de verdad, no como nuestro personaje de hoy, cuyo concepto de centrar escora tanto hacia la derecha que, si el abanico político fuese esférico acabaría cirvunvalándolo, cual Magallanes del nacionalcatolicismo.

El excremento que traemos hoy a colación de llama José María Aznar, y es popularmente conocido por estos lares debido a que ocupó los cuatro últimos años del siglo veinte en subir y bajar la piel del prepucio de su socio, y sin embargo entrañable amo, Jordi Pujol; y los cuatro primeros del siglo en curso crispando todo cuánto había por crispar; consiguiendo sacar a la calle a la sesteante masa estudiantil, desquiciando diariamente a la basura nacionalista de la periferia o a la insignificante masa trabajadora, fuere de donde fuere; y culminando sus méritos cagándose en la opinión de los millones de paletos que osaron oponerse a su invasión babilónica.

También fue, durante esos ocho años, Presidente del Gobierno de este amasijo de ladrillos y parados que llamamos España.

Y es por esta nimia ocupación que hoy, cinco años después de abandonar el circo de la Carrera de San Jerónimo, Chemita continúa siendo protegido por cincuenta y un matones a sueldo del Estado, tan dispuestos a protegerle de los atentados etarras como a iniciar un rastreo de esta web mañana mismo, con las comprensibles y demócratas intenciones de partirme las piernas a la altura de la nuez.

Cuando esta semana ha saltado la noticia de su desproporcionada protección personal, desde el PP (esa máquina de democracia creada a partir de la mágica Falange Española, el único partido político capaz de regenerarse y pasar de pelotón de fusilamiento a mediados del siglo XX a adalides de la democracia en el XXI) han tenido a bien poner el grito en el cielo.

¿Por qué se escandalizan tanto por el hecho de que este dato salga a la luz? ¿No será que a ellos también les parece excesivo el número, y se sienten como poco incómodos, por no decir avergonzados, ahora que la gente conoce que con el dinero de las arcas públicas del país con la mayor crisis económica de Europa se están pagando más de medio centenar de sueldos absolutamente prescindibles?

Quién sabe. Puede que la polémica suscitada merced a este medio centenar de escoltas nos sirva para conocer que incluso los políticos anhelantes del caciquismo franquista tienen un mínimo de vergüenza. Que no compensa su total ausencia de humanidad, pero algo es algo...

Pero no nos desviemos. Medio centenar largo de escoltas al servicio de Aznar puede parecer excesivo, aunque no es de extrañar tal profusión de guardaespaldas en un hombre que jamás se distinguió por su humildad ni escrúpulos. Lo único que le hacía falta a nuestro Napoleoncito pucelano era una guardia de corps como Dios manda, para que cualquier día de estos agarre un tricornio y se presente de visita en el Congreso. Al tiempo, que puede ser de mucho descojono.

En fin, predicciones aparte, nos queda el enfado pepero con don Pepe Blanco, el hombre que con su mesura y buen hacer ha desbancado a Ramón y Cajal, Unamuno y cía como el mayor erudito de la historia de España. Eso, y la curiosa visión que los tipos de la gaviota tienen sobre este asunto.

"No es una persona cualquiera; es el ex-Presidente del Gobierno, y necesita protección" -afirman-.

"¿Acaso no la necesitan las decenas, centenares quizás, de amenazados por ETA en el País Vasco? ¿Qué les diferencia de Chemari y les da menos derecho a ser protegidos por el Estado que sustentan con sus impuestos?" -podría preguntar algún hijo de puta reaccionario malintencionado-.

Preguntas, dudas y más preguntas que quedarán sin responder, para general regocijo popular. Para mí, ya que me preguntan, Jose María Alfredo Aznar López (¡Alfredo! Si se confirma que la wikipedia no miente preparen una ambulancia, que me dará un infarto de la risa) no es hoy más que ningún otro ciudadano. Un ciudadano con bastantes más sombras que la mayoría de nosotros, sobre quienes no pesa la decisión de enviar miles de compatriotas a hacerse matar bajo las faldas imperialistas de los perros de la guerra que un retrasado mental, quizás por esa misma razón íntimo amigo suyo -fíjense qué grado de intimidad alcanzarían estos dos fascistas, que Jorgito era incapaz siquiera de pronunciar correctamente el apellido de Ansarín-, llamado George Bush envió a Irak a teñirse las manos de sangre y petróleo.

Pero bueno, ésa es mi opinión y, como todo lo que se teclea en Bilis, no vale ni para tomar por el culo. Aunque, si llegara el momento en que mi humilde parecer fuese tenido en cuenta, a éste lo mandaba a la puta calle (una de Hernani, por ejemplo) a defenderse él solito y demostrar cuán macho es con la grandiosa fuerza de sus puños y su hercúleo bigote.

Y si tiene miedo, que se compre un perro.