martes, 31 de marzo de 2009

La mitad más uno

A pesar de lo que ustedes puedan creer, queridos simios venidos a más, Bilis, como producto intestinal de otro primate que trata infructuosamente de alcanzar un grado estándar de desarrollo cognitivo, se esfuerza periódicamente para proporcionarles, entre párrafos concisos y se fácil lectura, esa dosis de alegría que mora en cualquier recóndito bujero de este valle de lágrimas. Porque, si fue posible vislumbrar el bien en el alma de Gollum o ciertos rudimentos de psicomotricidad en los desplazamientos de Paquirrín, también es posible encontrar la diversión en los lugares más insospechados; e incluso en la política puede uno hallar apasionantes momentos de humor. Y de ello les hablaré hoy.

Sin lugar a dudas, el aspecto más divertido de la democracia parlamentaria que los españoles, en modélico y singular caso de transición desde una dictadura católico-fascista hacia lo que sea que tenemos ahora tuvimos a bien darnos y bla bla bla bla bla, -incluso por encima de la elección a dedo de los presidentes de las diputaciones provinciales o la inversión de ingentes cantidades de dinero público en el mantenimiento de jocosas sagas familiares con las que bautizar torneos deportivos- es aquel en el que, tras unas horas de cierta incertidumbre durante el recuento de la voluntad popular (al menos de aquella parte de la voluntad popular que aboga por situar a un número variable de ladrones para que se rían de nosotros en lugar de echarlos a los licaones para que les arranquen a bocados la bolsa escrotal), el arcano sortilegio de las matemáticas regresa, lenta pero fluída e irremediablemente, para apoderarse del mundo de los hombres.

Y así, gracias a los dogmas pitagóricos, a los fundamentos euclídeos, y a que seis huevos son media docena, tradicionales enemigos irreconciliables tratan de engañarse los unos a los otros para, merced a ciertas concesiones que pueden variar entre la presidencia de un parlamento regional, la gestión del lupanar en que ejercen sus santas madres, o permitir que les perforen alegremente los esfínteres, alcanzar la mágica, insondable y poderosa cifra conocida como la mitad más uno.

El caso más reciente ha llegado tras las elecciones autonómicas en el País Vasco (también conocido como Euskal Herria, Opresión Land o Mi Amada Patria de la Que Huyo En Cuanto Tengo Veinte Minutos De Vacaciones Para Invadir El Valle Del Oja). Allí, merced a que, por azares del destino, porque los votos de un alavés tienen más valor que los de un guipuzcoano o un vizcaíno, o porque al personal se le ha ido definitivamente la cabeza, se ha producido la impensable conjunción astral que permite que los escaños ocupados por los progres filonacionalistas del PSE-EE, los nietos del poductor de "Guernica, o el Imperio Español contra unas peligrosas abuelas de caserío" y los guionistas de "Cómo tratar de robar un idioma durante cuarenta años y acabar construyendo un vivero de pistoleros" y los españolazos sin ideología aparente de UPyD, puedan sumar treinta y ocho de los setenta y cinco escaños en liza.

Useasé, la mitad más uno con la que lograr, tras veintitantos años de merendola nacionalista, meter el morro en la tarta de la Comunidad Autónoma más rica de España. Anda que no tenían ganas ni nada.

Patxi López será pues el primer presidente vasco que no comparta la carencia del factor rhesus con primates catarrinos, y lo habrá hecho tras pactar con el enemigo mientras que el hasta hace unos meses era su interesado amigo se descolgaba con mil berrinches que incluían perlas de tan alto calado democrático y aceptación de la voluntad popular y la consiguiente derrota como "ya sea desde el la 'lehendakaritza' o la oposición, el PNV seguirá gobernando"

Cojonudo. Sublime. Pero, ¿qué puede esperarse de un tipo tan entregado al populismo que permite que una ofensa hacia su parecido con Spok Jauna se convierta en el eje central del más bochornoso acto de campaña electoral desde que George W. Bush cambiara votos por niños descuartizados en un mitín electoral sobre un portaaviones con vistas a Bagdad...?

Pues eso, que viendo el plumero del que se va y de los que vienen, Bilis, con sus infalibles dotes proféticas se atreve a adelantar, en primicia mundial, que un vasco pobre, parado o marginado va a seguir siendo igual de desgraciado que lo era antes; que gracias al remate de un rinconero la selección vasca de fútbol arrancará un valioso empate cuando juegue contra Vietnam en las próximas navidades; que ETA, cómo no, seguirá matando; y que si vives en un prado entre vacas y robles te van a meter una locomotora a trescientos por hora por medio del establo te pongas como te pongas.

Es decir, que una vez más, todo cambiará para que todo siga igual. Y si algo puede salir mal, saldrá. ¿O acaso puede esperarse otra cosa de un matrimonio contra natura entre dos enemigos irreconciliables, tan acostumbrados a tirarse los trastos a la cabeza como a respirar, que ahora se juntan con el único objetivo de escalar unos peldaños en la pirámide del robo y la mentira que es la política?

Pues no. Unos son hienas y los otros chacales; y sólo aguantarán sin lanzarse dentelladas a la yugular mientras haya carroña para todos. Y mientras se nos cagarán por los rincones todo lo que puedan.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Prontuario del amor

Siguiendo la línea iniciada en anteriores posts, en los cuales desde Bilis se compartían con el respetable los vastos conocimientos de quien les habla acerca de temas tan variados como la multiplicidad algebraica en sistemas finitos puros, las especies endémicas de la margen derecha del Guadalete o la corrupción urbanística en las Islas Marshall, hoy volvemos a la carga con un tema ampliamente dominado por servidor.

Si, caballeros, hoy Bilis les enseña a ligar. La primavera ha llegado, y no sólo al Corte Inglés, así que ya es hora de que alguien les aleccione para que puedan pasarse las tardes retozando cual cánidos bajo el tibio sol de marzo.

Comenzaremos dando unas nociones básicas para que ustedes puedan acercarse con las mínimas garantías de éxito a la potencial víctima. Las primeras palabras son esenciales y en ellas nos centraremos.

Para empezar, y antes de ver qué se debe decir, ha de quedarnos claro qué no decir. Veamos un pequeño ejemplo:
"-¿Perdona, sabes cuanto pesa un oso polar?
-No.
-Pues lo suficiente como para romper el hielo".

¿Incontenible sentimiento de vergüenza ajena? ¿Repentinas ansias de cauterizarse las córneas? Pues sí amigüitos, ésas son las reacciones adecuadas. Sepan, de hecho, que tras pronunciar estas o similares palabras la ley tipifica que la extirpación inmediata de la lengua y/u otros órganos internos no es constitutivo de delito; es más, semejante reacción puede incluso llegar a ser gratificada por las autoridades.

Una vez descartados comportamientos que destierran nuestra condición humana y nos equiparan con las criaturas que basan en la irracionalidad su modo de vida, como las zarigüeyas o Andrés Pajares, prosigamos.

Lo primero será analizar a la futura madre de tus hijos -o los de tu butanero- para poder ubicarla en uno de los grupos detallados a continuación. Se ha dividido a la humanidad en seis categorías, cada una con su correspondiente frase a emplear, para dar una mayor efectividad al método.(Sería conveniente un pequeño entrenamiento previo que nos permitiera ubicar a una hembra cualquiera dentro de su grupo en apenas unas milésimas de segundo cuando nuestro cerebelo trabaje zancadilleado por los efectos de varios centenares de tintorros.)

1)Pijas:
"Princesa, te voy a hacer un castillo"
En función del tipo de pijerío, aumentan las posibilidades de éxito añadiendo "con foso para cocodrilos y trovadores en las almenas". Ha de tenerse en cuenta que, para emplear esta opción, se debe estar fuertemente influenciado por los efectos del anís o similares, para que quede claro, en caso de fracaso, que semejantes palabras tan sólo pretendían buscar la hilaridad del personal circundante y evitar la correspondiente paliza.

2)De innegable atractivo físico:
Conviene centrarse en aquello que da al atractivo físico de la susodicha esa categoría de innegable.
"Tienes unos ojos que te comería todas las tetas" o bien "Tienes un culo que te lo comería hasta lleno de mierda"
Cualquier expresión similar que incluyera los términos , devorar, cucharadas o potorro, perfectamente podría ser englobada aquí. Sería conveniente hacerse acompañar de un palillo, para el hipotético caso de que la segunda de las frases recomendadas no solo resultara exitosa, sino que fuese cierta.

3)De atractivo físico no tan evidente:
"Para ser tan gorda no sudas demasiado"
Tras el empleo de este tercer supuesto, el éxito consiste en llegar a casa con al menos la mitad de los dientes de que disponías antes de salir.

4)Negras:
"Me casaría con tu padre para entrar en tu familia"
Táctica frecuentemente empleada con éxito en El príncipe de Bel-Air. Observen cuán alto ha llegao Will Smith tras pronunciar con gracejo y frecuencia inusitadas expresiones como la anteriormente expuesta. ¿acaso va a ser usted menos?

5)Rurales:
"Eres más bonita que un remolque recién pintado", o el más desarrollado "Cariño, vente con mí, que tengo vacas y prau, tractor con pala basculante y tres fanegas de patatas ahírribas"
Fiabilidad total si se posee un timbre de voz híbrido entre Plácido Domingo y Marianico el Corto, se acompaña de una serie de onomatopeyas habitualmente empleadas para estabular el ganado y simultaneamente se luce una gorra verde de John Deere.

Y, ya por último, si su habilidad para ubicar a las mozas aún no ha sido desarrollada por completo, o si bien está siendo peligrosamente borrada a base de drogas sintéticas, siempre puede acudir a la solución general del problema, válida perpetua e irremisiblemente para cualquiera de los supuestos ya explicados o por explicar.

6)Idoneidad universal:
"Cariño, eres tan guapa que te dejaría cagar en mi váter"

Hasta aquí la lección de hoy. Después de este primer paso... ale, a retozar, que hacen falta niños.

lunes, 9 de marzo de 2009

Por el humo se sabía dónde estaba el fuego

Vuelvo a teclear dos días después de mi último esputo, pero no es por un exceso de inspiración. Es porque no me resisto a compartir con mis eventuales lectores, si es que existen (ahora sé que alguien hay), el siguiente artículo. Lo escribió un tipo recientemente mencionado aquí en Bilis, Arturo Pérez-Reverte. La gracia no está en lo que dice - y mira que tiene tela- sino en cuándo lo dijo. Está fechado en noviembre del 98, y parece que lo hayan escrito está tarde.

Disfruten de la profecía y piensen en por qué hay tipos que saben lo que dicen, y otros que se pasan la mañana calentando un escaño. Y, si les queda rato, pregúntense también por qué, desgraciadamente, estamos en manos de los tipos que controlan los hilos que mueven a estos segundos.

<< Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro. Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos
estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.

Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de
ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el
dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.

Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se
embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.
Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.
Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.

Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con
sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del
mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

ES LO QUE VIENE, ME TEMO. NADIE PERDONARÁ UN DURO DE LA DEUDA EXTERNA DE LOS PAÍSES POBRES, PERO NUNCA FALTARÁN FONDOS PARA TAPAR AGUJEROS DE ESPECULADORES Y CANALLAS QUE JUEGAN A LA RULETA RUSA EN CABEZA AJENA. Así que podemos ir amarrándonos los machos Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza. >>


Flipando me hayo.

sábado, 7 de marzo de 2009

Arte

Pintura, literatura, escultura, música, danza, teatro. También cine, el séptimo arte, recuerden. Y ahora, queridos amigüitos, el toreo.

Imagino que el toreo será el octavo arte tan sólo en España, y que otros países tendrán su propia concepción artística autóctona que elevar a los altares. En Irán, por ejemplo, la lapidación por adulterio.

Y todo esto porque... (de nuevo un "Ramón García en Qué Apostamos dixit"). Porque la Real Academia de San Fernando le ha concedido la medalla de las Bellas Artes a Francisco Rivera Ordoñez.

¿Que no saben quién es, mis cuates? Si hombre, ese chico que anuncia relojes y jeeps, hijo de Paquirri y de Carmina Ordóñez, lo que le convierte en hermanastro de Kiko Pantoja, más conocido por Paquirrín. Hago aquí un inciso para hacer constar que si ambos hermanastros son hijos del mismo padre y uno es un icono de la publicidad y, probablemente, objeto de deseo de alguna que otra hembra y el otro es... el otro es Paquirrín, para qué adjetivar nada... pues la diferencia ha de encontrarse en sus madres. Lo que no deja muy bien parada a la Pantoja en comparación con Carmina. Ni dentro ni fuera del baño.

El caso es que a Fran Rivera le dan la medalla de las Bellas Artes, eso irrita sobremanera a otros toreros, como a Morante, el tipo que se hizo torero tras robarle el bombín a Rigodón, o a José Tomás, que ya tenía el mismo premio.

Y el maestro Tomás (a saber en qué escuela da clases), herido en su orgullo porque a una estrellita de la prensa rosa le den un premio por ser torero, y debido a que pensará que como matador Fran Rivera no le llega a la altura de las manoletinas (que ni lo sé ni me importa, carezco de criterio), decide devolverle al Ministerio de Cultura al galardón que en su día recibió de manos de Su Majestad el Rey de las Españas. Esto, que en tiempos de Felipe IV se hubiera interpretado como una ofensa a la Corona y hubiera acabado en la hoguera o con Martín Saldaña buscándote para llevarte al trullo, hoy produce un maremoto en el mundo del toreo que acaba con un sinnúmero de asesinos de bovinos por todos los medios de comunicación.

Pero tras toda esta polémica entre toreros, que si yo soy mejor que tú mareando a un animal aturdido, que si yo, que soy millonario, me acerco más que tú a una bestia de media tonelada y por ese sublime acto de inteligencia merezco más reconocimiento, etcétera, lo que queda realmente al margen, y para mí es lo más importante, es por qué el toreo es considerada una de las Bellas Artes.

Qué parte de una corrida de toros la coloca del mismo lado que Las Meninas o La Piedad de Miguel Ángel. Y si me dicen que la plasticidad estética del toreo, que me expliquen qué parte de una chicuelina es más estética que un doble looping a quince metros de altura con una moto y por qué el freestyle acrobático no es el décimo arte. (El noveno sería Mikel Goñi mandando un derechazo al rebote.)

No entiendo de toreo, no me caen bien los toreros y no me gusta cuando hacen sufrir al toro. Aún así, si no quieren prohibirlos, allá ellos, pero que se enfrenten al bicho en igualdad de condiciones, sin afeitarles los cuernos, sin descentrarlos, sin -probablemente- atontarlos o drogarlos, y sin darles puyazos que los desangran y los hacen perder fuerzas para dejarlos así a merced del matador cuando éste agarra la muleta. Así quizás la "Fiesta Nacional" tuviera un puntito más de igualdad entre los contendientes, y por cada equis toros que salen a rastras de la plaza cayeran un par de toreros.

Imagínen, queridos gasterópodos: Las Ventas, cinco de la tarde, Canal+ en directo, y la cámara superlenta analizando como una cornada le entra a un pavo por la entrepierna, le parte el escroto y le abre en canal mientras los intestinos renacuajean y la sangre se coagula sobre el albero. Grana y oro y qué viva España, coño.

En este país de corrección política total y primavera perpetua y falsa hacen falta unas pocas vísceras, créanme.

martes, 3 de marzo de 2009

Cuando los payasos dominen la Tierra (III)

Adivina adivinanza. Salen al mercado los jueves, están plagadas de coloridas fotografías y, al contrario de lo que sucede con el ABC, ni siquiera sirven para limpiarse el ojete. ¿Qué son? Obvia y contundentemente, las revistas del corazón, el archinombrado papel couchè (pongo el acento al revés porque queda mucho más fashion y suena a gabacho, aunque de francés se mucho menos que la madre de cualquier ministro.)

*Diez minutos, Qué me dices, Hola!, Pronto y demás familia, cuyos objetivos semanales son presentarnos la lujosa mansión de algún devora heces cualquiera, hacerle la pelota a la familia real, o, aprovechando el tirón de Paquirrín, competir con National Geographic para ver quién obtiene las mejores fotografías de simios en su hábitat natural.

*Nota al párrafo anterior: algunas de las publicaciones mencionadas pueden haber dejado de ser editadas hace años o haber sido erroneamente incluídas aquí al tratarse, por ejemplo, de productos para limpiar el polvo en lugar de revistas.


Y, en el culmen de esa mezcolanza de televisión y prensa que crea un producto, nos lo vende como actualidad, lo eleva al éxito y vuelve a repetir hasta la extenuación el producto original debido al gran seguimiento obtenido, aparece la revista de AR. La única publicación del mundo en la que cada semana aparece el mismo especimen humanoide en portada, con el curioso añadido de que cada número presenta un aspecto más cuidado y juvenil. Qué mal les ha hecho el Fotosop (?) a las cincuentonas que se creen Scarlett Johansson... a este paso, pronto olvidarán la manera de saber la temperatura del café mientras desayunan desnudas...

Ano Rosa Quintana, presentadora de un programa en el que se debaten informaciones aparecidas en programas de otra cadena que la propia Ano Rosa produce para, después, tratar las agrias polémicas suscitadas entre ambos medios en la mismísima revista de ARRR. La pescadilla que, entre mordisco y mordisco a su propia cola, le pega también unos jugosos bocados a los bolsillos de todos aquellos ineptos que se dejan atrapar por tan futiles polémicas y acaban desembolsando el desorbitado precio de la revista de marras.

Si hacen esto con este tipo de mierdas para dirigir la voluntad del televidente, qué no harán con tema de supuesta importancia, como la economía, la política, o la fermentación de las natillas. No me lo puedo ni de imaginar.

Para acabar, y merced a la reciente mención a Ano Rosa Quintana, me viene a la mente un concepto similar, que me retrotrae a un mítico chiste surgido en las entrañas del planetario de Pamplona/Iruña/Nafarroa Is not Spain en aquellos lejanos años noventa, cuando nadie cuestionaba la supremacía del PNV y los americanos aún ganaban todas las guerras:

¿En qué se diferencian un maricón (hoy, en estos tiempos de corrección política y estupidez zapateril, deberíamos llamarlo homosexual, gay, o, simplemente, persona que efectúa transacciones anales en la dirección menos habitual) con Mecano?
En que Mecano tiene a Ana Torroja y el maricón lo que tiene es el ano to rojo.

Como el noventa por ciento de esos payasos destinados a regir sobre la raza de los hombres, que ansía sobre todo el joder.