Se apagó la llama. Deportivamente, lo esperado. Los chinos se comieron el medallero, superando por primera vez a los Estados Unidos, y todo ello, por supuesto, sin estar en ningún caso dopados o sometidos a la semiesclavitud de interminables horas de entrenamiento por un régimen para el que los triunfos deportivos suponen, como para la RDA en los 80, la mejor propaganda posible. Además nos deja cosas comno que si Michael Phelps fuese una república independiente, sería el noveno mejor país del mundo olímpico; que Rusia, una vez abandonadas las habituales prácticas dopantes comunistas es uncapaz de competir con los yankees y para españa... buenos resultados en deportes mayoritarios, bastante lamentables en el resto y el regocijo de ver como doce tipos aparentemente normales ponían nerviosos a los dioses del salto imposible y el anabolizante; unos cuantos raperos chulos y millonarios a los que un chavalín de diecisiete años les hizo comprender, si es que les da, que ya no son los supermanes de antaño, sino una manada de saltimbanquis dopados a los que una pelota naranja ha evitado ser múltiples veces tiroteados en cualquier barrio chungo de su amada y poderosa patria.
Y fuera de esto, en el plano político, los Juegos nos traen una absoluta normalidad. la normalidad habitual cuando el evento se celebra en un país en que el estado decide hasta cuántos vástagos se puede tener, que es el que más sentencias de muerte ejecuta y lleva cincuenta años aplastando la cultura y el personal del Tibet, probablemente el país más pacífico del mundo, aprovechándose del hecho de que la fe tibetana, al contrario de lo que se estila con la mayoría de las religiones, no regala paraísos a todos aquellos dispuestos al asesinato en su nombre o a la estúpida inmolación ante un infiel.
La normalidad habitual en un lugar donde le ponen trabas al jamón ibérico pero se comen a los perros. La olímpica y sana normalidad que hace que ya no se respeten ni las ficticias treguas olímpicas; merced a lo cual la Rusia de Putin ha decidido que, ya que no puede competir con los USA en el medallero, si que lo hará en esa divertidísima competición que consiste en buscar un país rico en recursos, meterle los tanques por el culete y pegar unos cuantos tiros en nombre de la libertad.
Y como todo es tan normal, a nadie se le ha ocurrido levantar la voz. Bien pensado, si en lugar de dedicarse a la meditación budista los tibetanos hubiesen invertido los siglos anteriores en curtirse como refutados especialistas en ciento diez metros vallas, barras paralelas o tiro al plato, no sólo no hubiesen sido reprimidos y ejecutados, sino que con toda probabilidad se les hubiese permitido subir en el lujoso primer vagón en que se mueve una parte de esta China comunista de las dos velocidades, el de la apertura al capitalismo de las grandes ciudades mientras que los pobres de las zonas rurales siguen explotando sus yermas tierras a cuenta de un Estado ladrón, asesino y -paradójicamente- más clasista que las propias democracias occidentales capitalistas.
Para premiar todo este esfuerzo chino por integrarse en Occidente, el COI declara que los Juegos han sido un éxito con la misma soltura con que se los concedió o miró para otro lado cuando alguien mencionaba las palabras censura, dictadura o represión; con idéntica naturalidad con que ahora se frota las manos contando los ingentes beneficios que les ha dejado una cita olímpica en el mayor mercado potencial del mundo.
pero no es de extrañar, los herederos de Cubertain poco tienen ya que ver con los ideales olímpicos del barón -si es que alguna vez tuvieron algo que ver-, algo que ya quedó claro cuando, allá por 1990, concedieron la organización de los Juegos del centenario, los del 96, a Atlanta, una populosa urbe-macroaeropuerto en el corazón de la Norteamérica sudista, arrebatándoselos a Atenas, la patria de los Juegos, gracias al infinito poder de la Coca-Cola. Si en lugar de marcarse el primer maratón de la historia Filípides se hubiese esforzado en desarrollar la fórmula de la Pepsi, quizás los griegos hubiesen tenido alguna oportunidad. Otros, como los tibetanos, que erraron su misión histórica y les tocó joderse.
Porque así son las cosas detrás de los aros y la llama. Más rápido, más alto, más fuerte y, sobre todo, mucho más rentable. Que viva el espíritu olímpico, claro que sí.
2 comentarios:
BUENOS DIAS O REY EDITOR!!
PERDONE MI IGNORANCIA Y MI INKULTURA.. PERO TENGO UNA PREGUNTA PARA USTED: EN LA NBA UNIKAMENTE LOS YANKEES TOMAN ANABOLIZANTES?? ME REFIERO A SI GASOL, CALDERON Y TODA LA FAMILIA ÑBA COMPITEN AL MISMO RITMO PERO SOLO A COCACOLAS..MI ORAKULO MA DICHO QUE CUANDO EL TXABAL DE 17 AÑOS PISE LA NBA VA A DOBLAR SU KUERPO EN MENOS DE UN AÑO COMO HIZO GASOL AÑOS ATRAS.ES INFORMACION FIABLE??PUEDE SER GRACIAS A LA KOMIDA BASURA??ES PARA APOSTAR EN BETANDWIN QUE LO PAGAN 1 A 10.
LOS ESPAÑOLES DE LA NBA VAN, SEGURO, TAN DOPADOS COMO LOS YANKEES (EL CAMBIO FÍSICO DE GASOL FUE INNEGABLE EN LOS 2 PRIMEROS AÑOS), PERO LA CRÍTICA IBA MÁS CONTRA LA ACTITUD DE LOS YANKEES MIENTRAS JUEGAN (MIRADITAS, CHULERÍA CONSTANTE)QUE CONTRA SU DOPAJE, A PESAR DE LAS ETERNAS SOSPECHAS DE QUE LOS CONTROLES LEVANTAN LA MANO CON LOS CHICOS DE LA SELECCION DE BASKET USA (QUIZÁS CON TODOS LOS DE LA NBA, PERO EL JUEGO FÍSICO ES MUCHO MENOS EVIDENTE EN SELECCIONES COMO ESPAÑA O LITUANIA, POR EJEMPLO, A PESAR DE TENER TAMBIÉN VARIOS JUGADORES NBA.)
APARTE DE ESO, DECIR TAN SOLO UN PAR DE COSAS:
1.- QUE LO DEL DOPAJE SOLO ERAN UNAS POCAS PALABRAS MÁS CON LAS QUE EXPRESAR QUE LAS OLIMPIADAS, COMO EL RESTO DEL DEPORTE HIPERPROFESIONAL, TIENEN MÁS BIEN POCO O NADA DEL PRIMITIVO ESPÍRITU OLÍMPICO, Y
2.- AGRADEZCO SU COMENTARIO Y LE PIDO QUE ACEPTE UN CONSEJO, ESTIMADO SEÑOR TOKAPELOTAS. NI SE LE OCURRA APOSTAR EN BETANDWIN BASANDOSE EN CONSEJOS MIOS, LE IRA MAL. BASTANTE TENGO CON QUE ME DE LA CABEZA PARA TECLEAR CUATRO TONTERIAS, COMO PARA PRETENDER QUE ÉSTAS SEAN DOGMA DE NADA. SI TIENE DINERO, APUESTELO AL 'CITY', UN TIPO TAN COHERENTE COMO ROBINHO NO PUEDE ESTAR EQUIVOCADO
Publicar un comentario