domingo, 15 de junio de 2008

La importancia de llamarse Amy Winehouse

¿Recuerdan a Ernesto de Hannover? Hace ya tiempo que no se habla de él, de sus borracheras, de sus resacas que le impedían acudir a sus actos oficiales, de sus meadas en las esquinas siendo grabado por las cámaras... Y si se comentó en su momento fue porque resulta extraño que la nobleza se pille semejantes ciegales en público en lugar de hacerlo en la sala de kinitos de La Zarzuela, no por otra cosa. En cambio, cuatro pelamingas con tres cartones de vino en un parque representan un problema de salud pública y ocupan medio informativo. Dónde va la juventud.

Otra que Dios guarde es la señorita Amy Winehouse, cuyo espectacular proceso de autodestrucción llegó a límites de mucha risa en Rock in Rio Lisboa, donde tuvieron que escoltarla dos morlacos, prácticamente sujetándola hasta que la dejaron junto al micro, preparada para su recital de imitaciones de gatos siendo deshollados. ¿Y a quién le importa? Son cosas de los artistas y de su vida desenfrenada. Mañana tendrá otro concierto y su discográfica seguirá haciéndose de oro con ella.

Trate de hacer lo mismo en su curro, ya verá donde acaba. Empieza por "en la pu" y acaba por "ta calle". Es lo que tiene no pertenecer a la beautiful people.

Otra british de su misma casta es doña Kate Moss, que se calza unas filas que aquello parecen las taquillas de Maracaná antes de un concierto del Fary con los Rolling, y hace que el personal se lleve las manos a la cabeza, pero a los cuatro días ya se la están rifando de nuevo para que promocione sus trapitos o sus perfumes. Eau de toilet Le Farlop, colonia directa a tu nariz.

Pero no hace falta ser famoso, basta con conocer bien el color de los billetes gordos para que se obren milagros tales como que la Guardia Civil espere dos horas para jhacerte un control de alcoholemia después de que te hayas llevado por delante a un chaval con su bici cuando ibas a doscientos por hora. Y por si fuera poco y como lógicamente das positivo, que confirmen tu declaración en la que aseguras que entre el accidente y la prueba te bebiste un cubata para calmar los nervios. Es más, cuando un fiscal intenta reabrir de nuevo el caso, el juez se niega. Lógico por otra parte cuando apenas hay pruebas y los delitos a tratar son cosas tan nimias cono conducción temeraria, corrupción policial y asesinato. El suceso del atropello estuvo correctamente encauzado y resuelto por la Justicia, dijo el juez.

Con la venia, señoría. Me voy a cagar en un tiesto y lo voy a llevar a la tumba de su puta madre. Para que vea lo que es encauzar y resolver correctamente un asunto.

Así pues, parece que no siempre es delictivo lo del alcohol al volante, ni según qué adicciones repercuten en el trabajo de uno o resultan dañinas para la imagen personal. Parece, en fin, que las drogas no son tan malas. Lo que es malo es ser pobre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Somos tres !! (bis)
COMPAÑEROS !! (bis)
mi caballo, mi jeringa y yoooo !!!!
ohhhhhhhhhh ohhhhhh
y ahora voy !! (bis)
a chutarme !! (bis)
a aquel sucio rincooooooooonnn !!!
oooohhhh ohhhhh

Anónimo dijo...

Las cosas estan ahi y si estan ahi es por algo. 17/03/2001 17:50 horas peninsulares. Felix Arnal ni yonki ni rico filosofo