lunes, 3 de noviembre de 2008

Ridícula civilización precisa nuevo Dios

Continuando en la línea iniciada con País lamentable precisa holocausto nuclear me veo en condiciones de volver a erigirme en la voz que clame por las necesidades, no ya de un país, sino de todo un planeta, de toda una civilización con miles de años a sus espaldas. Con un par. Porque yo lo valgo.

Y he aquí que en el día de hoy, tres de noviembre del año del Señor de dos mil y ocho, servidor de ustedes y a la sazón orgulloso redactor de esta infecta piara de letras que tuve a bien bautizar como Bilis, les informa de lo que sucederá mañana, segundo martes de noviembre. Que manda cojones las fechitas en las que los gringos colocan sus eventos; obsérvese sino la gracia de que el archiconocido Días de Acción de Gracias sea el cuarto jueves de noviembre, o que el no tan famoso Día De Salir A La Calle A Que Mi Hijo De Ocho Años Haga Prácticas De Tiro Contra Un Negro Y/O Chicano Para Que El Día De Mañana Sepa Cómo Usar Un Rifle Y Pueda Entrar A Liarla Parda A Su Mierda De High School se celebre el quinto miércoles después del tercer día de luna llena del año.

Curiosidades del calendario aparte, resulta que mañana una muy pequeña parte de la población de un único país del mundo va a decidir, por su cara bonita, su oronda barriga y sus innumerables ojivas nucleares, quién será el tiparaco que ocupe el centro del panteón mundial durante los próximos cuatro años.

Y los demás aquí estamos, esperando. Observando pacientes cómo se abren los abismos para tragarse al Murcia de Clemente, cómo el calvo de Telecinco contiene las lágrimas consciente de que se le ha acabado el chollo de perseguir a su amado Alonso por el mundo, cómo hay más colas en la oficina del Paro que en las taquillas de un festival de Imperdibles en el Eskroto teloneados por Chenoa o, directamente, cómo nos crecen las uñas de los pies hasta magnitudes desproporcionadas.

Al menos esta vez han tenido la decencia de proponer candidatos con humor, y frente al afroamericano vizcaíno hawaiano Barack Aldo Obama han colocado al magnate de las patatas fritas Juan McCain –hijo de Caín se apellida, el cabronazo; con ese nombre promete seguir la línea de su predecesor Jorge Borracho Cósmico Arbusto en caso de ganar–, y antes colocaron en la previa de esta Champions que son las elecciones USA a Hillary Cornamenta de Alce Clinton y posteriormente a Sarah Abuela Inesperada Palin junto a Patata Man.

Porque, señoras y caballeros, niños y niñas, puestos a permitir que cuatro gatos elijan a un tipo que va a tener el poder total sobre nuestra vida y nuestra muerte, que los candidatos sean así, brutalmente entretenidos. Al fin y al cabo, this is America, y su concepto de espectáculo nos lleva siglos de ventaja. Quizás sea por eso que tan sólo ellos tendrán mañana la potestad de elegir a nustro nuevo Dios.

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