viernes, 15 de mayo de 2009

Hombre vs Máquina: combate final a veinte asaltos

El lugar cobijaba todo tipo de maravillas: inconcebibles prendas de vestir, las mayores delicias culinarias o bebidas llegadas de los más lejanos lugares, que asemejaban ser vinos o cervezas de apariencia normal, pero con una fabulosa e incomprensible composición. Sólo en un sitio bañado por los poderes arcanos podía convertirse el polvo en vino.

Era, cómo no, el Sabeco de Haro, y una vez, hace años, compramos allí un huevo mágico. Tú pensabas en algo, lo que fuera; cualquier cosa que cupiera en tu mente, desde un velocirraptor hasta los pelos del culo, y, tras veinte preguntas a las que debías responder o no, el huevo mágico adivinaba en qué estabas pensando. Ésa era su magia.

Ayer comprobé que la idea se ha llevado a la tele. 20p, lo llaman. Al huevo mágico lo han convertido en una especie de i-pod gigante y le han dado la personalidad de una arpía. Como si no hubiera ya bastantes zorras en televisión.

Hoy, Bilis les transcribe, palabra por palabra, el singular combate entre el concursante y el huevo mágico venido a pantalla de plasma zorrona, y sus consecuncias finales.

1. ¿Es un hombre? Sí.
2. ¿Es español? También.
3. ¿Es médico? No.
4. ¿Es sexador de pollos? No.
5. ¿Es agricultor? No.
6. ¿Es gigoló? No.
7. ¿Es obrero? No.
8. ¿Es deportista? No.
9. Ahora que sabemos que no hace deporte... ¿juega en el Real Madrid? No.
10. ¿Es actor? No.
11. ¿Es encantador de serpientes? No.
12. ¿Es terrorista? No.
13. ¿Es tertuliano de análisis político con capacidad para opinar de cualquier tema remuneradamente, y no por la simple ansia de tocar los huevos como hace un servidor? Va a ser que no.
14. ¿Es tornero-fresador? No.
15. ¿Es periodista? No.
16. ¿Es astronauta? No.
17. ¿Es arquitecto? No.
18. ¿Es escritor? No.
19. ¿Es obispo y/o cura ? Tampoco

Quizás en otro tiempo y en otro lugar, una vez llegados a este punto, en que casi todas las profesiones conocidas habían sido ya eliminadas, el número de respuestas posibles se hubiera reducido lo suficiente como para que la maquinita o el concursante estuvieran a punto de ganar.

Aquí, en este país plagado de políticos ineptos cuyo trabajo resulta inclasificable al reducirse a la más completa nada, y en el que ser famoso porque sí es una profesión en sí misma, las posibles respuestas ascendían a cuatro millones seiscientos cuarenta y cinco mil doscientos uno. Quitando a los cuatro millones y pico de parados sin otra ocupación que escribir blogs como éste, aún quedaban otro medio millón de tipejos antes de que el concursante formulara su última pregunta.

20.¿Es gordo, feo, de madre hirsuta, y se pasa la noche bebiendo cubatas rodeado de guarras que tan sólo buscan en él la popularidad que sólo en un lugar tan lamentable como España, donde cualquier excremento humano que ni haya hecho ni sienta la necesidad de hacer nada de provecho para sí mismo o su prójimo puede convertir su nimio parasitismo en una forma de vida merced a la estupidez de la prensa rosa y de todos aquellos compatriotas que no tienen otra cosa mejor que hacer que seguir las andanzas de semejantes payasos, un tipo así puede ofrecerles? Sí

¡Es Paquirrín!, respondió el concursante. Y se llevó seis mil euros para casa.

1 comentario:

Adolfo dijo...

Que bien estar desconectado de tanta bazofia