jueves, 13 de mayo de 2010

El tío más mierda de España

Lo peor de creerte gracioso sin serlo es tener a alguien que te ría las gracias. Lo peor de ser un hijo de la grandísima puta es creer tú mismo que eres gracioso.

Para ver qué mosca le pica hoy al señor Bilis, tan sólo deben ustedes ver esto.

Hace un tiempo, el señor Javier Clemente, conocido mundialmente por su buen talante y su continencia verbal, tuvo a bien decir algo así como "Lama tuvo un accidente de tráfico hace unos años... igual a Clemente le hubiese venido bien que se habría matado". El revuelo que se montó, pueden ustedes imaginárselo, no fue pequeño. Con ese estilo tan suyo que tienen en la secta de Prisa -golpe duro en la SER; fina ironía cargada de falta de respeto en Cuatro, la cadena en la que los telediarios se podrían presentar con una nariz roja y zapatos de ocho talls más-, a Clemente le cayeron por todas partes; hasta en el cielo de la boca le dieron al de Barakaldo.

Obviamente, donde más le dieron fue en la SER, el brazo armado y radiofónico de Prisa, donde las proclamas de De la Morena, un paleto capaz de espetar ante una audiencia de millón y medio de personas que, por poner un ejemplo entre muchos, Jamaica está en África; y después se queda tan ancho, regocijándose en su ingente poder, tan sólo comparable con su enorme estupidez.

He de decir que Clemente no es para nada santo de mi devoción, y eso que el de Barakaldo, con su hiriente ironía y su exacerbado antimadridismo (Dios mío qué humor que este Satanás del merenguismo sea ahora el último clavo ardiendo al que toda la escoria perodística blanca debe agarrarse para ganar la Liga...) comparte profundos sentimientos con servidor. Quizás sea porque su decisión de apartar a Míchel de la selección fue la causa primigénea de que el '8' empezara comentando los partidos del Mundial de Estados Unidos, le cogiera el gustillo y continuará durante años y años maltratando mis escasas neuronas con su ridícula verborrea en las retransmisiones de Champions.

Las palabras de Clemente me parecieron fuera de lugar -hoy, obviamente, pondría dinero para que fueran rigurosamente proféticas y Lama se hostiase contra un pino la próxima vez que se ponga él sólito al volante-, pero ya les digo que no soy muy adicto al Rubio, a pesar de que, en tiempos, siempre fui más de García que del mentado De la Morena, vayan ustedes a saber por qué. Quizás porque de García podías esperarte cualquier cosa, excepto que se riese de un pobre mendigo. El Butano, en su enfermiza visión del mundo, tenía la decendia de apuntar hacia arriba, y soltar las hostias preferentemente hacia aquellos que estaban más alto que él. Un día apuntó a Florentino Pérez, ése Neocristo de la España del siglo XXI, y se quedó sin programa.

Y cuando el Butano se hundió, la SER se quedó sin competencia, y no sólo el Bizco de Brunete acaparó la fama que buscaba nuevos dueños. Muchos de los chicos de su equipo se fueron haciendo famosetes, hasta que al coño de camello de Manolo Lama le dieron un puesto en la tele. Y si la radio ya nubla el entendimiento y hace creer a los menguados de intelecto que su opinión es dogma de fe, qué no decir de la televisión. Ya eres famoso, conocen tu cara y no sólo tu voz, la gente te saluda por la calle, se hace fotos contigo y te dedica carteles cutres pintados con rotuladores sobre cartulinas.

La fama se comió a Los Manolos -no entraré a valorar la credibilidad que tiene Manu Carreño hablando de política o economía en un pretendido tono serio para, un minuto después, cambiarse al otro lado de la mesa para decir estupideces propias de la prensa rosa más chabacana y comentar videos de YouTube, ya tendrá Cuatro directivos que deberían juzgar eso- hasta el punto de que se creen impunes para decir y hacer lo que quieran; más aún después de salir impunes de allí donde flaqueó Supergarcía tras la entrevista más dura que haya recibido el Tito Floren.

Y hoy, con todos esos antecedentes y un idiota como Juanma Castaño en la mesa para reírle las gracias, Lama se permite ya hacer cosas como ésta: reírse de un pobre indigente que yace en una plaza de Hamburgo, y darle su asquerosa limosna en directo, para diversión de los miles de españolitos que disfrutan con sus soplapolleces.

Siento haber desviado la verborrea de esta entrada hacia otras cosas que no son la simple profusión de improperios contra este amasijo de excrementos, desvergonzado retrasado mental y patético bufón, a quien la fama se comió su dignidad, convirtiéndolo tan sólo en un mierda con un micrófono, que lleva Lama por apellido; pero era un buen momento para hablarles del amor que siento hacia el grupo Prisa.

De todas formas, si lo que buscan son insultos desmedidos, tan sólo deben volver a pinchar en el enlace de arriba; estoy seguro de que brotarán solos de sus bocas. Personalmente, y lo digo en serio, no tengo ánimos para volver a ver el vídeo, ni siquiera para hablar mucho más de él. Este despojo humano al que deseo todo lo peor en el resto de su -espero, corta- vida me ha revuelto las tripas.

Se lo juro por Dios y por Titín III, no habría cosa que me dejara mejor el cuerpo ahora mismo que ver cómo se cumplen, palabra por palabra, las macabras declaraciones de Clemente. Ojalá te mueras, Manolo Lama.

2 comentarios:

Pilar dijo...

Pero no te exasperes!! Si ya ha pedido perdón y todo! Y ha mandado abrazos y besitos a todos!

Si es más majo que las pesetas!!


/ironic mode off

Yaha! dijo...

Ese tipo de perdones han de pedirse desde una lápida; a modo de epitafio después de haberse tirado de un sexto piso.
Y ni aún así se redimiría por completo el muy cabrón.