lunes, 17 de mayo de 2010

Los piratas del Elba

Seguimos en Hamburgo.

Es curioso, pero es la segunda entrada consecutiva de Bilis en la ciudad hanseática, hito que hasta ahora no se había dado en este su blog, el único lugar en el que, a pesar de estar ustedes en disposición de llamar de todo al dueño, jamás se recibe comentario alguno. (Afectuosos saludos para todos aquellos que sí comentan, en especial a los que lo hacen para faltarme al respeto.)

Además, si tenemos en cuenta la notable participación de la cervecería Ratskeller en la tercera edición de Cagaderos con encanto, ya son tres las visitas de este bílico blog al país de Torsten en lo que va de mes. Deutschland ist unterschiedlich.

El caso es que volvemos de nuevo para allí arriba, y esta vez es para algo mucho más alegre que para constatar que Manolo Lama es el hijo de puta más grande de España - y parte del extranjero-.

El Sankt Pauli, que este año celebra su centenario, ha aprovechado la ocasión para sumar un festejo más a tan gozosa fecha: el ascenso a la Bundesliga.

Lo hizo la semana pasada, asegurándose la segunda plaza de la segunda división alemana -se llame ésta como se llame, probablemente Adelänten Liga-, lo que le dará derecho a luchar el año que viene contra los clubes más poderosos de Alemania y, quién sabe, quizás poder abordar el trasatlántico del campeón de Europa -si a los bávaros les da por cargarse al Inter, sin duda el equipo más asqueroso al norte de los Pirineos-, repitiendo gestas como la del año 2002.

¿Qué pasó en 2002?, preguntarán ustedes, ingenuos lectores que frecuentan Bilis en busca de un poco de odio hacia el alcalde de su pueblo y, en su lugar, se topan con una loa al equipo del barrio portuario de una fría ciudad alemana. Pues que el Sankt Pauli le ganó 2-1 al Bayern München cuando los bávaros, recientes campeones por aquel entonces de la Intercontinental, visitaron el Millerntor Stadion.

¿Cómo celebrar tan magno éxito? Pues plantando en la entrada del campo un enorme letrero a modo de bienvenida con la leyenda 'Vencedores del campeón del mundo de clubes' que, merced a esa chistosa costumbre alemana de unir las palabras sin espacios hasta que el hablante comience a echar en falta el oxígeno, tenía unos doce millones de letras seguidas que ahora, obviamente, soy incapaz de reproducir aquí.

Gugleen
un rato, seguro que por ahí anda. No en vano, somos unos cuantos los frikis que seguimos a los chicos del trikot marrón caca y la bandera pirata. Lo que ya no sé es cuántos apoyarán, además, a los Reds, a los católicos de Glasgow o al extinto Club Deportivo Logroñés. Hasta ahí quizás sólo llegue yo.

Como pueden ver, se trata de un club peculiar, que se llama a sí mismo los piratas del Elba, y a su campo, el burdel de la liga. Ésos son algunos de tantos detalles que hacen distinto a este club, abiertamente declarado antifascista, antiracista y antihomófobo; que cuenta en sus gradas con la mayor presencia de padres con hijos, entremezclados con prostitutas del barrio, de todo el fútbol alemán; que está hermanado con el mítico Celtic de Glasgow, que es un club irlandés que juega en Escocia, porque los hijos de Éire nacemos donde queremos; que entra al césped bajo los tañidos del Hell's Bells de AC/DC; que tiene un par de tibias y una calavera como enseña semioficial -u oficial del todo-; y cuyo campo se parece tanto a las Gaunas Viejas un día de chupinazo que pone la piel de gallina.

Además, el presidente del club no sólo es gay, sino que lo declara abiertamente sin tapujos -¿Por qué los iba a tener? ¿Acaso veinte millones de españoles no se prestan voluntarios para ir a un colegio electoral y legitimar así que trescientos payasos les den bien por el culo los cuatro años siguientes? Pues este hombre, con más razón.- y se saca unas fotos tan sórdidas que sólo pueden ser superadas si les decimos que el del tanga del cerdito es el portero y estrella del equipo.

No sé el tipo de relación que tendrán con el club grande de la ciudad, el Hamburgo SV, pero como el año que viene habrá derbi, yo ya tengo otra razón para desear que pierdan los chicos del escudo más cutre del mundo -además de por raptar a Kevin Keegan de Anfield en los ochenta-. ¿Y a ustedes, mis queridos productores de estiércol, les hacía falta algo más humorístico para decidir quién quieren que gane la Bundesliga 2011? Pues eso, que ¡Forza Sankt Pauli!

No hay comentarios: