lunes, 13 de diciembre de 2010

Descontroladores

"El Ministro de Fomento es un inútil total con grandes dosis de caradura", dice Mariano Rajoy.

Podría haber dicho: "el Sol da calor", "el agua moja" o "Eduardo Inda tiene cara de pedófilo", pero optó por esa verdad incuestionable. Ante tan incendiaria declaración en pleno Congreso, las cámaras enfocan entonces al Ministro -Pepiño Blanco, para más señas, que dirige todas las infraestructuras de este país sin tener el bachillerato-, al que pillan con la cabeza baja, haciéndo vayan ustedes a saber el qué, bastante tiene con que no le engancharon almorzándose un moco.

Y, con ésas, tras el pertinente silencio valorativo -a ver cómo ha caído la gracieta- Mariano, que es un cachondo, completa su docta sentencia. "... Pero yo jamás diría algo así; ésa frase se la dijo Alfredo Pérez Rubalcaba al Ministro de Fomento del Partido Popular, tras unos retrasos en Barajas en el año nosequé. Yo tengo mucha más educación y nunca diría una cosa así", concluye.

En fin, ¿qué se puede decir ante semejantes dosis de subnormalidad? Más bien poco. Así que me conformaré con comentarles a qué me recordó el festival del humor de Don Mariano, que está en plena pretemporada, agudizando su mongolismo para que, cuando le toque ser nuestro honorable Presidente, su retraso mental esté a la altura del de Zapatero. Y no es fácil.

No sé si recordarán ustedes, aunque quizás por sus latitudes no se estilara, aquella mítica chanza de chavales consistente en insultar a otro pequeño delincuente -como tú mismo- y, cuando se disponía a cruzarte la cara, o lo que fuera, matizar, extrayendo de contexto el insulto.

Rememoremos los tiempos en los que, para elegir equipos o cualquier otra cosa, se ganaba el turno esputando verde flema sobre el suelo; turno que sólo te podía ser arrebatado si alguien lamía el espeso y nauseabundo cetro de poder. (No duden que alguien, alguna vez, lo hizo). Éstos eran los pasos a seguir:

1.- Insultar:"Hijo de puta"...
2.- Esperar la reacción y, de producirse, pasar al punto siguiente.
3.- "...le dijo un gitano a otro."
4.- Se acabó el problema. Todo había quedado en nada; no en vano, se lo había dicho un jai a su primo, no tú a tu colega. Eso lo entendía todo el mundo.

Pues bien, cuando el amigo Rajoy soltó la semana pasada en el congreso, en plena sesión de control al gobierno por su gestión en el asunto de los controladores aéreos, su cobarde "ElMinistrodeFomentoesuninútiltotal (aire) congrandesdosisdecaradura", sus señores parlamentarios (esos a los que, por siete años de cotorreos y, las más veces, absentismos laborales, hemos de pagar un sueldo vitalicio) le aplaudieron la ocurrencia, regalándole una atronadora ovación. Como niños de diez años. Como niños de diez años muy tontos, aclaro.

Me imagino al tipo que le escribe los discursos a Rajoy, o al que le busca la documentación, si somos generosos, googleando como un capullo, tratando de buscar el ¿qué dijeron ellos cuando nosotros la cagamos? Busca que te busca. Aeropuertos, LOEs, Prestiges... joder, ¿es que con todas las veces que la jiñamos nunca hicimos nada que se viera con aviones de por medio? Ah, sí, mira. 1999, cisco tremendo en Barajas, con el presonal echando espuma por la boca después de cuarenta horas esperando que al tipo que les da patadas a sus maletas desde la terminal hasta la barriga del avión, le apeteciera sacar las botas a paseo. Y Rubalcabra diciendo de todo acerca del pobre Cascos -o de quien fuera el ministro de turno, total, todas putas-. Pues aquí lo tenemos, ya hay material para que Mariano saque a relucir su jocosa ironía gallega. Que voy pero no voy. Que me parece bien lo que haces, pero te atizo por otro lado, o yo que sé.

Ellos son quienes descontrolan este garito. En sus manos estamos; Señor, ten piedad de nosotros. Cualquier día su estupidez llega al límite máximo, revienta, y salimos todos por los aires. Lo dicho: una panda de cabrones mantenidos, incapaces, no ya de arreglar las cosas, sino de no joderlas más y más cada día.

Por si acaso les parece que estoy loco, aquí tienen un ejemplo, para que vean que no soy el único.

¿Y de los controladores, qué? Pues yo que sé. Si total, lo más lejos que me muevo es a media horita en coche; de eso quizás podría hablarles mejor alguno de mis lectores. Pero bueno, tampoco es cuestión de ir de contracultural por la vida y, a unos tipos a los que todo el mundo odia, mentarlos aquí con buenas palabras.

Por eso, hasta que me dé por retomar el guante de sus quejas laborales un día de estos, me contento con decir, simplemente, que menudos jetas están hechos los hijoputas.

No hay comentarios: