miércoles, 20 de abril de 2011

De gente que pide a gritos que le astillen el cráneo con una bala de plomo

Tenía intención, más adelante, de escribir algo sobre este tema. Pero como he encontrado a alguien que ya lo ha hecho, comparando las dos situaciones que me habían puesto a bullir la sangre -etarra y preso común-, y como me temo que no sería capaz de explicar las cosas mejor que el señor dueño de Alquimia, pues helo aquí:

"Marta se ha llevado la ropa, el dinero y el pasaporte, pero “habrá sido sin querer porque Marta es de fiar”, o al menos eso piensa El Luisma, mientras los muñecos del 11888 se parten de risa por la ingenua presunción de inocencia que le atribuye a su ex-compañera de piso.

Un tal Troitiño, nacionalista vasco causante de 22 accidentes mortales (así llama un ilustre español a este tipo de cosas) ha sido liberado antes de tiempo para sorpresa suya y estupor de la ciudadanía. Condenado a más de 2.000 años de cárcel, ha cumplido 24.

Mientras tanto, Miguel Montes, con hepatitis y tuberculosis, es el preso más antiguo de España, con más de 35 años de cárcel a sus espaldas por diversos hurtos y otros delitos menores. Ha solicitado su excarcelación por motivos humanitarios, pero la justicia se la ha denegado.

Otros nacionalistas vascos (algunos incluso tienen apellidos vascos) también se han visto beneficiados por reducciones de condena, permisos para cruzar a su perro, cuidar a su madre o asistir a tratamientos de fertilidad (echar un polvo).

Como dice todo el mundo, hay que respetar las decisiones de los jueces. Hasta El Luisma, que es notario, daría fe de que lo de Troitiño no tiene nada que ver con el momento político y electoral que vivimos. Tampoco es una manera de compensar a estos nacionalistas por la no legalización de Sortu. Seguro que ha sido casualidad.

Hay una ley para todos, pero hay tantas interpretaciones de la misma como jueces, con lo que al final nunca se sabe a qué atenerse. Hay jueces que aplican la ley de manera peculiar moviéndose en las grietas de la misma, que también las grietas son legales.
Unos juicios son rápidos y se cierran con todas las preguntas sin resolver (11 M); otros son lentos y después de 25 años todavía se siguen juzgando (GAL); otros se intentan evitar, como el caso Faisán, donde gente significada pillada con las manos en la pasta del impuesto revolucionario se muere puntualmente por enfermedad, lo que evita tener que “tirar del hilo” y molestar a nacionalistas poderosos.

El poder de los jueces en increíble. Los medios de comunicación, que se llenan la boca de improperios para descalificar a gente de la diestra y de la siniestra, cuando se trata de jueces ponen sus neuronas en standby y dicen como una lección bien aprendida: “hay que respetar la decisión de los jueces”. No importa que un mismo caso tenga sentencias contrarias según qué juez lo juzgue; la respuesta es siempre la misma: “hay que respetar la decisión de los jueces”. ¿Las dos? ¿Por qué no se pueden criticar y condenar las decisiones de los jueces cuando éstas generan alarma social?

No importa que un individuo con un cuchillo ensangrentado en la mano confiese que ha matado a su pareja, no importa que lo hayan visto 20 testigos, no importa que lo hayan grabado 4 cámaras de vídeo: para todos los medios será “presunto” asesino hasta que un juez diga que es culpable. Sólo un juez es capaz de decidir qué es verdad y qué es mentira. ¡Qué cosas!

Por cierto, nunca he tenido claro si un presunto asesino es presunto inocente o presunto culpable. Si a la gente normal le asiste la presunción de inocencia, ¿por qué se dice "presunto asesino"?

Y los jueces … ¿qué clase de presuntos son?
"

Esto, señores, es España. Un país, como escribió Machado, de charanga y pandereta.

Lo que ni siquiera don Antonio logró imaginar es que, casi un siglo después, íbamos a ser un país tipo Eroski, donde la segunda unidad sale gratis. Bueno, la segunda, la tercera, la cuarta... porque una vez que has cometido un asesinato, todos los demás no cuentan. Acumulación de condenas, buen comportamiento...

Las interpretaciones de la Ley (porque son eso, interpretaciones, ya que si la Ley indicase expresamente que un asesinato implica aproximadamente un añito de cárcel, en este país con más hijos de puta que ventanas, no iba a quedar ni el apuntador) te pueden tener toda la vida en la cárcel sin tener un sólo delito de sangre, o pueden sacarte de ella cuando le interesa al político que pone el sueldo a las togas.

Veintidós asesinatos, veinticuatro años de cárcel. Y a la puta calle. Porque los jueces son omnímodos, y si en alguna ocasión se juzga a uno, se hace porque está removiendo fosas de la Guerra Civil, pero no porque le hunda la vida a un pobre ratero o deje escapar a un asesino.

Sería una buena ocasión para volver -una vez más- a citar a Tolkien. Que si el poder corrompe, que si un anillo para gobernarlos a todos, y tal y cual. Pero, en lugar de eso, llegados a este punto, Bilis les sorprende con una primicia: Troitiño se ha fugado.

Quizás esté tomándose una caipirinha en una playa venezonala.

Quizás esté montado en el taxi norirlandés de Iñaki de Juana Chaos (palmarés: atentado contra la casa cuartel de Zaragoza, con doce muertos, cinco de ellos niños fascistas españoles, uno de ellos un bebé fascista español), puesto en fuga, como Troitiño, por los jueces españoles.

O quizás esté almorzando en casa de Josu Ternera (palmarés: doce guardias civiles muertos en el atentado de la Plaza de la República Dominicana, Madrid, 1986; cinco años al frente del aparato militar de ETA, durante los cuales, entre otros, se cometió el citado atentado contra la casa cuartel de Zaragoza), obviamente, puesto también en fuga por los mismos jueces españoles.

Sí, podría citar a Tolkien, pero dudo que Frodo diga por alguna parte que es una pena que Troiti se haya dado el piro, y que podría haberse quedado en España, hocicando en el Gorbea hasta encontrar un barril hermético bajo el musgo. Y ojalá sacara de él una nueve milímetros y se diera un paseo por el Constitucional, el Supremo, o donde coño trabaje el hijo de puta que le ha dejado libre.

No hay comentarios: