miércoles, 16 de noviembre de 2011

A por ellos, oé

"El 20 N estamos convocados a unas elecciones algo precipitadas por la crisis económica. Todas las encuestas predicen que va a ser un paseo triunfal para Mariano Rajoy, salvo catástrofe de última hora. En las encuestas no hay ni una gatera ni una rendija alternativa. Una auténtica goleada, aclamada a coro con el ¡a por ellos oé!

Curiosamente no se da esa distancia en la valoración de los candidatos; todos suspenden las encuestas en cuanto a la confianza que nos merecen, por lo que cabe dedudir que lo que se avecina es más un derrumbe socialista que una victoria sonada de la derecha. El único estigma está en la magnitud del triunfo o en el tortazo del fracaso. De lo que no hay duda es que España será más azul que nunca, Rajoy será visto como el nuevo Mesías y los socialistas sufrirán su penitencia y su travesía por el desierto.

Pero pasarán las celebraciones, pasarán los cien días de cortesía, y vendrá la realidad con sus mazazos. Habrá despidos de funcionarios, recortes en educación, sandidad y protección social, reducción de líderes sindicales, cesiones indignas ante los empresarios, subida de impuestos para corregir el desajuste fiscal y un ñargo etcétera de tijeretazos. Puede sonar a apocalíptico, pero como dice el poema de Lope de Vega "Quien lo probó lo sabe". Ahí están algunas comunidades autónomas para dar testimonio.

Y cuando la presión sea insoportable para el ciudadano nos llamarán a la huelga, e iremos. Entonces se habrá cumplido el ciclo y la indignación cambiará de barrio y las encuestas de signo. Y es que la vida sigue igual.

No hay respuestas para los problemas, ni estatales ni comunitarias. De ahí viene el descrédito de la política que se va extendiendo como una mancha de aceite por todos los países europeos. En cada uno de lso sistemas políticos de los distintos países los gobernantes carecen de poder y, sin embargo, los ciudadanos les exigimos responsabilidad como si la tuvieran. Hay un desajuste, y un desajuste creciente, entre el poder político y el poder económico, que va erosionando la legitimidad democrática del primero, en la medida en que los ciudadanos lo ven impotente frente al segundo.

Los ciudadanos exigimos a los gobernantes pero quien manda de verdad son los mercados (bancos, especuladores, multinacionales...) o, por lo menos, los que toman las decisiones más importantes para las que los han elegido.

La impresión generalizada es que el Gobierno que salga de las urnas el 20 N carecerá de autonomía para tomar decisiones en los asuntos más decisivos y, en consecuencia, el ciudadano desconfía del valor de su voto. El rito esencial en democracia de formular una especie de contrato a los ciudadanos para que éstos otorguen la confianza a quien se lo oferta, va camino de convertirse en un rito vacío.

Así que no es de extrañar que el 20 N se asome al balcón triunfal de Génova el señor Rodrigo Rato con el pantalón ceñido a lo Freddie Mercury entonando el We are the champions".

Fin.

Un momento. ¿Qué pasa aquí? ¿Nada de insultos? ¿Nada de frases extremadamente largas? ¿Dónde están las absurdas analogías o las descripciones escatológicas? ¿De qué coño vamos, Bilis?

Pues vamos de que, como las comillas que encabezan y cierran el texto pregonan, los primeros ocho párrafos de la entrada de hoy no han salido de mis teclas. No es la primera vez, y no sería nada muy reseñable, predecible incluso, el recoger aquí un texto de otro tipo hablando de la nula capacidad de los políticos para gestionar las responsabilidades para las que presuntamente se les va a elegir el domingo (esto ya suena más a este blog). En ese aspecto, suena demasiado suave. El "va camino de convertirse en un rito vacío" bien podría ser sustituído por "hace tiempo que fue hurtado por las diabólicas hordas del capitalismo -retrete público con costra-", o algo así.

Pero la gracia, amiguitos, está en que las líneas anteriores, en las que se cita al clásico entre los clásicos, se habla explícitamente de la derecha o de la victoria de los azules -color de los nacionales en la Guerra Civil-, y que acaba con el ex presidente del Fondo Monetario Internacional y actual número uno del brazo armado de Bankia bailando al ritmo de un rockero homosexual muerto, las ha escrito el cura de mi pueblo.

Y, no contento con ello, las reparte dentro de la iglesia, en una cosa que, si tuviera estrellitas por alguna parte, algunos llamarían fanzine subversivo; pero que en la minusculidad rural de la Rioja Alta denominan Hoja Parroquial.

Para colmo, el fanzine informa sobre charlas en torno al tema "Esta sociedad necesita una nueva democracia", y acompaña el texto anteriormente aquí plasmado con una viñeta en la que una vieja, cachaba en mano, reza lo siguiente: "Virgencita, si me presento a las elecciones de párroco no es por orgullo o vanidad, sino porque este hombre nos tiene hasta el moño". ¿Guot?

Lo aburrido que eras cuando iba a misa de pequeño, que se dormían hasta los santos, y resulta que eres un perroflauta con sotana, vecino. Cómo se entere Rouco Varela, cura, te corta esos cojonazos que gastas.

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