lunes, 15 de junio de 2009

Los esclavos del Tito Floren

No sé si ya lo han oido, la verdad es que es más que probable que esta sea la primera información que tienen al respecto, pero para eso está Bilis, para informar. (Aunque las malas lenguas aduzcan que en este blog únicamente se persigue el odio por el odio, cosa que para nada es cierta, ya que su objetuvo primordial es mantenerme ocupado mientras evito estudiar.)

Bueno, pues eso. Que los medios están ocupados informándonos de las revueltas campesinas en Perú, la hambruna en Sudán, las masacres a cambio de petróleo del presidente de Guinea Ecuatorial, los miles de desnutridos de la nuclearizada Corea del Norte o el veinte por ciento de sidosos que componen la población de Sudáfrica, ese gran país que no tiene para campañas sanitarias que impliquen a su población en el uso de preservativos, pero que puede permitirse el lujo de gastar millonadas en remodelación de estadios para acoger después competiciones internacionales de fútbol. Y tan absortos están en concienciarnos acerca de las cosas crudas que acontecen en este valle de lágrimas, que han pasado por alto los fichajes del Real Madrid.

¿Suena esta presentación a demagogia? Bueno, quizás alguien lo piense, pero esas son las ventajas de escribir tu propio blog con las tripas a cambio de tener por toda remuneración la libertad de teclear lo que te salga de los cojones. Y si alguien lo piensa, pues que le den mucho por el culo; aquellos a los que la verdad de las cosas y el anteponer los problemas sociales a otras mierdas de mayor interés mediático les parece demagógico, es porque son unos retrasados mentales y unos hijos de la gran puta. He dicho.

El caso es que el Real Madrid fichó a Kaká -un gran jugador brasileño con nombre de excremento- del Milan por 65 millones de euros, y unos días después se ha traído para la capital del Imperio a Cristiano Ronaldo -un maricón portugués de cara grasienta cuya comparación futbolística con el anteriormente mentado Kaká es tan blasfema como lo sería comparar a Yola Berrocal con un ser humano- por la despreciable cantidad de 96 milloncejos de nada.

Pasando por alto otros aspectos relativos a este mismo tema futbolero, como lo bien que les viene a los políticos esta genial capacidad nuestra para olvidar todo mal a cambio de un poco de circo balompédico; el increíble absurdo resultante de que siendo Andalucía la segunda comunidad con más paro de España a los béticos les dé por manifestarse contra Lopera en vez de contra la Junta; o la vergüenza que produce la aparición del mesias Florentino para salvar al club blanco a base de talonario en una época de profunda crisis creada, fundamentalmente, por empresas dedicadas al ramo de la construcción como es la suya; centraré lo que queda de esta entrada de hoy en la especial relación que tiene el señor Florentino Pérez con los medios de comunicación, y en la manera que desde éstos se tratan sus actos y se adoptan como dogmas irrenunciables de fe todas sus palabras.

Porque ante tamaña desproporción en el pago de los traspasos, con ingentes cantidades de dinero malgastadas con las que podrían haberse sufragado vaya usted a saber cuántas y cuán importantes obras públicas (demagogia otra vez, sí; vuelva al tercer párrafo si no le gusta y llévese de nuevo un insulto gratuito), desde el Real Madrid tratan de paliar la lógica crispación pública ante su dispendio en estos tiempos de crisis con las más variopintas teorías. La más extendida es la que reza que estos tipos generan tanto que son capaces de rentabilizar por sí mismos este desembolso ¡en un solo año!

Si, han oido bien. Cuando alguien cuestiona semejante gasto de dinero, Floren -y si no es él lo hace alguno de sus voceros oficiales, toda esa escoria periodística dedicada a lamerle la polla al señor Pérez, en lugar de a informar objetivamente, llamémosle As, llamémosle Marca, llamémosle Ser, o Cuatro, o laSexta, o como queramos- justifica este incomprensible gasto aduciendo que Cristiano es una estrella mediática de semejante tamaño que en una temporada recuperarán con creces la inversión.

Si esto fuera cierto, no queda otra que atribuir a Davil Gill, el tipo de los dineros del United, y a Berlusconi y Galliani -el caso de Kaká, aunque algo más barato y con menor dosis de fanatismo mediático, explotación publicitaria y mariconeo de sarao, es idéntico- un retraso mental muy por encima de la media.

Si el Madrid puede obtener de Cristiano casi cien millones de euros en un año -o casi setenta de Kaká- gracias a la gestión de sus derechos de imagen, o la venta de camisetas, o yendo a medias con el tipo que le vaya a suministrar la coca en los garitos nocturnos de Madrid, y de esta forma recuperar el dinero de su inversión, lo mismo podrían hacer el Manchester o al Milan. Digo yo. ¿O es que a los ingleses y los italianos no se les ha ocurido vender camisetas ni hacer anuncios con el gepeto de este nuevo Guti de trascendencia universal?

De todos es conocido que los dos inventos más importantes con los que España ha contribuído a la cultura occidental son la siesta y el merchandising -de ahí su nombre, de tan claro orígen castellano, de Medina de Pomar, Burgos, para ser más concretos-, pero de ahí a pensar que los británicos sean incapaces de copiar nuestro invento y obtener grandes réditos a traves de la gestión publicitaria va un mundo.

De esta forma, si el Madrid puede recuperar una inversión de noventa y seis millones de euros en un año, el Manchester, sin nada que recuperar, podría obtener esos noventa y seis millones limpios, temporada tras temporada. Un buen pellizco que invertir, por ejemplo, en vino de garrafón para mantener ese rojo lustroso en las venas nasales de sir Alex Ferguson, ¿verdad?

Y si el señor Cristiano Ronaldo puede -como también nos ha asegurado la prensa- ceder la mitad de sus derechos de imagen al Real Madrid, algo que puede rondar los ¿quince? ¿veinte? o más millones de euros a cambio de una jugosa subida de sueldo...¿no podría hacer eso mismo el United? Porque, si lo piensan bien, si cobro doce, pero antes he cedido derechos por valor de quince...¡pierdo dinero!

Y ya sé que jugar en el Madrid es el sueño de todo humano con buen corazón, incluso si se trata de un mierda piscinero con la cara lavada con aceite koipesol y tan poca vergüenza como para gastarse cuatro millones de pelas en copas con la eutanasiable paleta de Paris Hilton, pero no las tengo todas conmigo que un tipejo así acceda a perder dinero para vestir de blanco...

Total, mucho número, demasiado para un gañán de mi calaña, y poco interés en cuestionar nada. Ya auparon al Tito Floren a la presidencia del Madrid en la campaña menos ecuánime que los tiempos recuerdan, y ahora se desviven por conseguir sus favores. Bien está que todo esto es sólo fútbol -y un millonario negocio, desde luego-, pero extrapolando esta vergonzosa actuación mediática cualquiera puede darse cuenta de la influencia que tiene la prensa en nuestra aborregada manera de pensar.

El cuarto poder, dicen de ellos. En realidad son el brazo armado del primer y único poder que rige hoy en día nuestras sociedades ultracapitalistas, las plutocracias, aquellos que controlan los dineros y que se comerían hasta nuestras vísceras si tuvieran la certeza de que después iban a cagar céntimos.

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