martes, 30 de junio de 2009

¡Todos somos vascos!

Lo primero que prometió Patxi López cuando se coronó rey de los vascos fue cambiar el mapa del tiempo.

Es lo más normal del mundo poner toda tu atención en un espacio televisivo de cinco minutos cuando tienes que gobernar una Comunidad Autónoma donde, a los dificultades habituales que existen en todas partes -paro, crisis económica, dificultades de acceso a la vivienda, etc.- tienes que sumar otro buen montón de problemas propios, como que todos tus equipos de fútbol pugnen -con grandes resultados, por cierto- por ver quién lo hace peor año tras año; o que aún siga habiendo unos tipos que gustan de adosar explosivo bajo los coches de otros tipos, o de alojarles pequeñas cantidades de plomo a gran velocidad en las inmediaciones del bulbo raquídeo. Esta peculiar práctica, conocida como tiro en la nuca, goza de gran popularidad entre algunos sectores de la población que al señor López le tocar regir. Pero él centró su atención en lo que, allá donde la sangre es pura y la raza indómita y carente de RH, tienen a bien llamar Eguraldia. En el puto Tiempo. Cuestión de prioridades.

Y en esta valoración de prioridades estaban cuando, pasando por encima de todo problema social y en una muestra de desvergüenza y estupidez propias de dos tipos con más cara dura que Pajares y Esteso, pero con menos tetas a la vista y más alcohol aún en sus abotargados cerebros, tanto el ambiguo López como su socio el megaespañol Basagoiti, se pusieron como objetivo primordial subsanar el gran problema que suponía la ficticia unión política entre las tres provincias vascas, Navarra y el País Vasco-Francés. Seguro que hay parados en Bilbao que no pueden vivir teniendo que aguantar diariamente que se empeñen en hacerles saber si va a llover en Lodosa.

Pero, estupideces aparte -no muy aparte, pues ésa es la base tanto de mi mecanismo mental como del desarrollo de los contenidos de este blog-, puede que haya navarros a los que molestara este hecho, considerando, sin que les falte razón, que les están incluyendo de facto, y aunque solo sea a través de un mapa meteorológico, en una unión política que la mayoría de ellos parece repudiar si tenemos en cuenta los votos que el nacionalismo vasco recibe en la Comunidad Foral. Pero de ahí a identificar esto como un problema grave y ponerse como objetivo prioritario el subsanar esta situación cuando tienes delante paro, recesión y terrorismo, va un mundo. Y obviar ese mundo y tomar el cambio en un mapa del tiempo como una victoria política, y una constatación de que ahora que el PNV ha sido desbancado del gobierno vasco las cosas están cambiando, es algo que solo puede hacer un caradura.

-A mi marido le ha dado un infarto, doctor.
-Yo le atenderé, señora. Pero aparte del infarto... perdone que le diga, pero está muy mal aseado.
-Sí, doctor. Pero es que el infarto... haga algo con él, por favor.
-De acuerdo, entraré al quirófano. No se preocupe.

-Hola de nuevo doctor. ¿Qué tal la intervención?
-Lo siento, no nos dio tiempo a operar. Murió mientras le estábamos haciendo la manicura.
-¡Pero le estaba dando un infarto!
-Ya, pero... ¿a que da gusto ver unas uñas tan limpias? Es un cadáver precioso.

Pues lo mismo pero con unas cuantas rayas en un mapa.

Pero, niños y niñas, mamás y papás, aquí viene cuando la matan. Resulta que, ya metidos de lleno en tan increíble absurdo, en semejante confusión de prioridades, al tío López y al primo Basagoiti los de la tele pública vasca -que siguen siendo más fanáticos del PNV que Clemente del Athletic o Aznar de Satanás- les han metido un buen gol. Y en lugar de limitarse a ofrecer el mapa con solecitos, lluvias, hielos, granizos o meteoritos destructores de la vida terrestre que puedan caer sobre Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, ahora han optado por una jocosa división por comunidades autónomas para continuar incluyendo a Navarra y a la región más costera del departamento francés de Pirineos Atlénticos -lo que ellos llaman Iparralde, vamos- en El Tiempo.

Pero como al incluir la separación por regiones, resulta que la pequeña e insignificante Rioja aparecía de lleno completamente definida dentro del mapa, pues han decidido llenarla también de solecitos. Con un enorme par de cojones.

O sea, que la televisión pública de una comunidad autónoma -el país Vasco- no sólo han dejado de ofrecer el tiempo que hará mañana en otra comunidad autónoma diferente -Navarra-, que era el germen de toda esta infantil polémica; sino que ahora ha lanzado sus legiones a la conquista y ha incluído una tercera -La Rioja- con la que, esta vez sí, no existe relación política alguna que les una.

Todo esto vendrá muy bien a todos aquellos miles de vascos que veranean al sur del Ebro. Si el objetivo, como he llegado a oír, es servir de utilidad pública a la ciudadanía vasca y que ésta sepa qué tiempo va a tener el fin de semana en su segunda residencia, se han quedado cortos. Y aunque hubiera que reducir el zoom del mapa, deberían haber incluído también todas las colonias vascas en Cantabria y un pequeño cuadradito, al estilo de lo que hacen las televisiones del Estado Opresor con Canarias, donde se ofreciera información acerca de futuras tormentas en Salou.

Y ya puestos a opinar, que para eso es para lo que dejo a un lado mi habitual y vomitivo léxico y trato de llenar con frases increíblemente largas el blog más proclive al odio y aparentemente pedante que se teclea dentro de mi habitación, lo que tampoco les vendría mal es pensar un poco en por qué en cuanto tienen tres días de puente huyen despavoridos hacia Haro, Noja, Ojoculo, Ezcaray o Castro Urdiales si en realidad aman tanto como dicen su ancestral patria.

Y, a la que piensen un poquito -al que le dé- no estaría mal que llegaran a alguna conclusión, y que ésta no fuera el quedarse metidos en Bilbao, Vitoria o San Sebastián durante los puentes, sino olvidar tanto papanatismo nacionalista y tanta mierda, y salir a Cantabria o a La Rioja como un igual, no como alguien que se siente un extranjero oprimido por un país que no reconoce ni tonterías por el estilo. Ser una persona normal en un mundo en el que, vasco, cántabro, navarro, riojano o pakistaní, siempre tendrán encima algún banquero sorbiéndoles la sangre y algún político viviendo del sudor de su frente.

Un mundo en el que, por cierto, cuando cruzas el Ebro, el Bidasoa, el Adour, los Obarenes, la sierra de Cantabria o cualquier otra, no hay, ni ha habido, ni habrá jamás, ninguna puta raya pintada en el suelo separando nada.

3 comentarios:

Pilar dijo...

Cada día haces las frases más largas!

Anónimo dijo...

Eres el puto amo !!!

Yaha! dijo...

Muchas gracias, señor Anónimo (sea su identidad la que sea, aunque admito que me intriga saber de quien llega el elogio, ya que mi señora abuela carece de internet.)
Se hace lo que se puede, que no es mucho. Pero siempre que esté en mi mano ciscarme en los muertos de sociatas, peperos y nacionalistas de todo tipo, se hará.