martes, 1 de junio de 2010

Caca de la vaca: diseccionando Eurovisión (puestos 39 al 26)

Con todos ustedes, el exhaustivo análisis de Bilis del concurso de Eurovisión 2010, recientemente celebrado en Oslo. ¿No se esperaban esto aquí, verdad, mis bienamados hijos de la droga? Pues ya saben, sorpresa; tampoco nadie se esperaba que Zapatero llegara tan lejos cuando lo sacaron del país de los Teletubbies para presentarlo de coña a las primarias del PSOE, y aquí estamos, aguantando.

Expliquemos el proceso del concurso: dos semifinales de diecisiete participantes cada una, celebradas en martes y miércoles, de donde pasarán veinte países a la fase final a celebrarse el sábado. Y, además, el anfitrión y cierto número de países (cuatro) cuya música es tan repelente que jamás lograría clasificarse, ni aún compitiendo contra una orquesta de viento alimentada con fabada, pero cuyas televisiones son las que más dinero aportan a este evento de música ligera, nacionalismo estúpido y compadreo étnico-vecinal que es Eurovisión. España, cómo no, está en este privilegiado grupo.

Y, para empezar, los catorce países que cayeron eliminados en semifinales. Como no tuvieron unas rodilleras de suficiente calidad como para convencer al tipo que recontaba los mensajes de texto de que merecían llegar a la fase en la que se recibe puntuación, pues servidor a tenido que ordenarlos según riguroso criterio de alguien que, les pongo sobre aviso, aborrece el pop, carece de todo conocimiento musical y cuyos artistas favoritos son Piperrak, La Polla Records y El Fary. Concretamente, cómo me ha salido de eso que los europarticipantes tuvieron que andar sacandole brillo al notario en busca de un puesto para el finde.


39. Eslovaquia
La luz verde de discoteca, las lentejuelas y los escenarios psicodélicos dejaron de estar de moda el día en que Cobi murió al volcar su coche a la altura de Motilla del Palancar, en plena ruta del bakalao. Era octubre del 92.
Desde entonces el mundo ha evolucionado lo suficiente como para que creamos que el atrezzo eslovaco solo pretende ser retro, y que esta falta de coherencia histórica, acrecentada cuando los cuatro miembros de Locomía que aún quedan vivos aprovechan el tirón de Robin Hood para salir al escenario en plan alegres compañeros, es sólo una broma. Lamentablemente, yo lo dudo. Estos tíos iban en serio, y si en Bratislava hay alguien a quien le ha gustado esto, deben ser inmediatamente expulsados de la Unión Europea -si es que están dentro-. Esta gente es peligrosa.
¿Y la canción? Yo que sé, hablen con Uribarri.

38. Letonia
La gemela Olsen a la que le tienen que hacer por encargo los cascos de moto empieza mal al despreciar un idioma tan molón como debe ser el letón -qué recuerdos de su mítica selección de la Euro 2004, empate a cero con Alemania incluído, con Verpakovskis y compañía, cuyos nombres no cabían en la camiseta-, y pierde los pocos puntos que podría obtener por el hecho deleznable de cantar su muy predecible canción en inglés. Por si fuera poco, cuando empieza a soplar el viento, la rubia aspira una subida de tono y demuestra que tiene menos voz que el mudo de Viana. La próxima vez, que lleven un cantante de verdad, plis.

37. Bulgaria
Los muchachotes de torsos aceitosos nunca han sido santo de mi devoción. Tampoco los metrosexuales que usan como sombrero el cepillo que tenían en el campo de La Charca (mítico Ence, en Miranda de Ebro, lo más parecido, en cuanto al olor, a que te toque visitar en una eliminatoria a doble partido al campeón de liga de Mordor) para limpiarte el barro de las botas antes de entrar al vestuario, y van vestidos como la choni de Neutrex que venía desde el futuro para enseñarnos a quitar las manchas de fabada de la ropa.
Sobre una base musical compuesta por el mismo tipo que diseña los exitosos temazos de los autos de choque, y un estribillo tan eleborado -oh, oh, ohoooooh; oh, oh, ohoooooh-, poco hay que decir: basura.

36. Estonia
Al micrófono, un tipo rubio que, a primera vista, tiene pinta de desequilibrado. Después, el colega baila y lo confirma. Al piano, otro tipo. Ignoro quién es quién en el panorama musical estonio, pero si ya he dado mi opinión acerca del uso del inglés, que unos bálticos se llamen Malcolm Lincoln & Manpower 4, me repatea el hígado.
La canción, sobra decirlo, da puta pena. ¿Algo bueno que añadir? Sí, que es cortita y que los chaperos que se dejan dar por el culo a cinco euros se sienten hoy más felices que ayer al comprobar que existe una profesión más deshonrosa que la suya: ser un corista estonio.

35. Suecia
Visto que la canción era una puta mierda -como otras tantas, no vayan a creer-, los suecos decidieron amenizarnos la intervención de su consabida rubia, tan pastelosa ella como la actuación de marras, con un bonito juego de magia.
Y es que la chica comienza tocando una guitarra que desaparece repentinamente de sus manos, sin dejar rastro en el escenario. Flipa, colega.
Como no creo en la magia -menos aún por parte de alguien que viste unas converse rojas y un vestido de noche: malditos perroflautas nórdicos-, tiendo a pensar que un subalterno ha reptado hasta el centro del escenario y se ha llevado el instrumento, mientras los pérfidos suecos nos privaban del disfrute de esa sórdida coreografía. Auténtica basura.

34. Malta
Una chica a lo Amaia Montero -de brazo gordo- y ataviada con la peluca que llevaban los Pin y Pon cuando salían de fiesta con Priscilla, reina del desierto, interpreta una canción sosaina que pretendía compensar su lentitud con la aparición tras la moceta de unas alas que la habrían convertido en un ángel si el cabrón del realizador no nos hubiera mostrado un plano en el que se ve de lleno, tras ella, al tipo vestido con papel albal que porta las alas -tampoco ayuda que el ángel sea más alto que la cantante; esas cosas hay que pensarlas, Malta...- y, lo que es más importante, si todos pudieramos olvidar que las maltesas con cuello de aizkolari no pueden volar.
Al hoyo, por moñas.

33. Polonia
Un tipo con traje y corbata al lado de cuatro campesinas con traje típico merece la misma credibilidad que Chiquito de la Calzada presentando una tesis de Fisica Cuántica. La primera impresión, que cantará a capella y en polaco, tan sólo sirve para hacer más dura la caída cuando se constata que la canción es la misma puta mierda en inglés que presentan los demás países.
Ciertas referencias al lesbianismo y a la violencia conyugal que sólo una mente perturbada como la mía puede ver, no logran evitar que desee para ellos el justísimo y cruel sufrimiento que merece todo aquel que ose rimar forever con ever and ever. Lamentable. Sin el presi Kaczinsky, esto se les está yendo de las manos.

32. Holanda
La canción, que ya era infantil antes de que el coro se destapase con el estribillo de La aldea del arce (shalalí, shalalá...), adquiere en ese momento unos tintes en extremo grotescos. Por otra parte, el paso de baile de la cantante es tan mío -o a lo que yo haría si, con doce cubatas en vena y una pistola en la sien, me viera obligado a bailar alguna vez- que hasta me inclina a ser benevolente con ella, pobrecilla, y colocarla en un más que digno -para la pedazo de mierda que ofrecen los holandeses a cambio- trigesimosegundo lugar.

31. Croacia
Si no tienes una buena canción, lo menos que puedes hacer es rebuscar por las costas del Adriático, llevarte a Oslo a tres frescas y sentarlas en un banco indudablemente robado de las piscinas de Dubrovnik -he hecho eso antes, sé de lo que hablo-.
Si una vez vestidas con el catálogo de lencería de Victoria's Secret, no son capaces de pasar siquiera a la final, existen dos opciones: o la canción era muy muy pésima -va a ser que sí-, o en Eurovisión son todos unos maricones -que también-.

30. Suiza

Sólo por presentarse a un concurso que millones de personas verán por televisión teniendo semejantes orejas, el representante suizo merece un reconocimiento a la valentía. Más allá de sus pabellones auditivos, su canción es tan apestosa que prefiero volver a hablar de Croacia, esta vez de la que representaron a en el 2008: he aquí el video donde podrán disfrutar de Indiana Jones cantando un tango en croata, mientras el abuelo de Makinavaja se viene arriba, amenaza con tirarte al suelo el chelo y se marca un rap en medio del escenario. Deberían mandar siempre a los mismos tipos estos croatas...

29. Macedonia
Siento no ser objetivo, pero un declarado seguidor del Liverpool como servidor tiene, por fuerza, que caer rendido ante la memorable actuación de Rafa Benítez representando a la patria de Alejandro Magno.
Además, incluyen el no por repetido menos esperado espectáculo de frescas reptando alrededor del cantante -que ya era hora, visto lo visto anteriormente-, para acabar asumiendo que rapear en tu indefinible idioma eslavo es la manera perfecta de cagarte en los muertos de media Europa, y que encima te aplaudan. Un país con nombre de postre de frutas merece, ante todo, nuestro respeto.

28. Lituania
Un tipo tocando la guitarra con la boca tiene que ser forzosamente bueno -a ejemplos como 'Te voy a petar el cacas', de Gigatrón, me remito-. Si en vez de uno son cinco, el asunto tiene que ser quíntuplemente bueno. Y si los tipos se llaman Inculto... ¿qué más quieren? Pues un repóker de bálticos haciendo el gañán con los pantalones que usa Arguiñano para cocinar e instrumentos de broma merecían mucho más.
Puestos a ir a un concurso de mierda, se va con una canción y una coreografía tan mierdosas que siempre quede la duda de si ibas en serio o te estabas descojonando de todos a la cara. ¡Qué viva Lituania! (Engendro dixit.)

27. Finlandia
Una canción llamada Kuunkuiskaajat, interpretada por un grupo llamado Työlki elää -creo que era al revés-; violines y acordeones; dos rubias nórdicas y otra fresca morena bailando al compás de las palmas; un ritmo pegadizo como de fiestas de pueblo lapón, en el que intuyes a los Harlaw de Harlaw bailando la danza del dedo con Sven-Goran Eriksson... todo es tan sublime que únicamente cabe achacar su prematura eliminación a los dos caraculos que acompañan a las mocetas en el escenario.
De todas formas, la eliminación finesa es la mayor injusticia desde que se permitió regresar con vida a España a Las Ketchup tras este mismo concurso musical. Es por ello que los nórdicos ocupan, con todo merecimiento, el puesto 27, casi liderando a todos aquellos que no han alcanzado la final.

26. Eslovenia
¿Mezclar rock con música tradicional alpino-eslava sin el más mínimo pudor ni puente que enlace ambos estilos entre medio es delito? Si no lo es, estos tíos son los putos amos. Si lo es, más aún.
Y el hecho de que quedaran eliminados en la semifinal sólo sirve para refrendar mi opinión sobre Eurovisión: que este concurso es una soberana mierda, y todos los que votan en él, unos hijos de la gran puta. Aplastante victoria moral para Eslovenia.

1 comentario:

Pilar dijo...

Bueno, en primer lugar camarada Bilis. Las semifinales se celebraron el martes y el jueves concretamente, hay un error en tus datos.

Ahora haré mis comentarios al respecto:

Eslovaquia: para mí gusto de lo mejorcito que había de entre las eliminadas y debería haber estado en la final. Si no pasaron fue por el modelo hortera de la gorda de los coros.
Letonia: casi totalmente de acuerdo con Ud. En las primeras notas la canción prometía, pero al poco se derrumbaba. En cambio sí que pienso que tenía voz.
Bulgaria: recuerdo cuando busqué la letra de la canción, y me encontré con el ohhhh infinito, sin nada más que añadir.
Estonia: corroboro lo dicho.
Suecia: me pareció tan mala que solo le eché medio vistazo. Respecto al truco de magia... para mí fue un simple dejar de enfocar a la guitarra, eh!
Malta: ídem también. Por dios, era un festival de eurovisión, no de cortes de pelo pasados de moda.
Polonia: daré mi punto de vista como semi-experta en análisis musical y armonía y súper-experta en festivales cutres: Jamás en mi puta vida había escuchado una maldita atonalidad tan hiriente al oído.
Holanda: nunca NUNCA hubiese podido imaginar que un país desarrollado como Holanda hiciese uso de sonido de sintetizador al estilo Casiotone.
Croacia: son mariciones, en serio. Porque esa canción junto a la de Eslovaquia era de las mejores pero que cayeron por culpa de votos fascistas a otros países.
Suiza: tengo la suerte de que he olvidado cómo era, y más suerte aún de que este pc sea una mierda y por si me diera la venada ponerme el vídeo no permitírmelo (requisitos mínimos creo que lo llaman los expertos). Así que haces bien, en hacer uso de una gran joya de Eurovisión, un gran incomprendido que no llegó a pasar de ronda. Desde aquí todo mi apoyo a 75 cents.
Macedonia: penoso, sin más.
Lituania: esa canción que podría adaptarse a una sesión house en la mismísima Pachá.
Finlandia: de coreografía pegaba mejor un par de enormes vikingos rompiendo jarras de cerveza.
Eslovenia: horrible, lo sabes, lo sé, y sabes que lo sé. La peor con diferencia, con mucha diferencia.