miércoles, 7 de julio de 2010

Sólo es fútbol, nada más

Algo similar a esto que viene, pero con más blasfemias y ganas de reventar cabezas, pensé al enterarme de la gracia de la niña paraguaya, de la que hablaré la semana que viene.

Pero mientras reitero mi gusto por combinar juramentos con ofensas a progenitores de tipos que no conozco, haré como en otras ocasiones en las que ví cómo alguien más preparado que servidor sabía plasmar por escrito lo que yo pensaba: traerlo aquí -vía cafefútbol.blogspot.com-, para compartirlo con ustedes. Es largo, pero mola.

"George Bernard Shaw dijo una vez que el patriotismo es el convencimiento de que tu país es superior al resto por el hecho de que tú hubieras nacido allí. Si en lugar de patriotismo se aplicara en la frase el término 'patrioterismo', ésta adquiriría una completa veracidad. Siempre he intentado pensar, quien sabe si como un intento de aliviar en algo una especie de mala conciencia interna, que lo que es realmente el patriotismo(o tal vez, lo que debería ser), es que a pesar de conocer los defectos del lugar y la sociedad donde vives, su historia y los errores cometidos en ella, sientas un inevitable afecto por ella. La diferencia, como se ve, no esta en el cariño, sino en ser consciente de si es merecido o no.

Lo confieso, soy poco amante de las exhibiciones de 'amor a la patria' -e incluyo aquí cualquier tipo de patria y tamaño, desde la exaltación de tu ciudad, la de tu región, la de tu país o la de tu continente-, que suelen caer en la mayor parte de los casos en lo cutre, lo xenófobo o simplemente en lo falso, idealizando a personajes y hechos que o no lo merecen o son por el contrario palpablemente detestables. Ojo, tampoco me gusta el caso contrario, olvidar a quienes hicieron historia y mostraron un valor merecedor de alabanzas por miedo a ser tachado de fascista o algún termino similar -es curioso, España debe ser de los pocos países del mundo donde es mas posible lo segundo que lo primero, supongo que por cansancio de tanta exaltación 'imperial' de hace no tanto-.


Puede que por eso el concepto de selecciones nacionales despierta en mi demasiados recelos. Lo veo como algo caduco, con demasiadas referencias al 'nosotros' contra 'los otros', con demasiadas posibilidades de ser usadas con fines perversos. Y a pesar de todo, no puedo evitar sentirme nervioso cada vez que la selección española se juega algo, y sufrir con ella.
Y lo confieso, esto me hace sentir culpable, me hace dar vueltas a la cabeza, intentar buscar excusas que expliquen estos sentimientos. Y pienso, intento pensar que se trata de uno de esos patriotismos benignos
esos patriotismos benignos, no de estar orgulloso de ser español -porque me parece ridículo estar orgulloso de haber nacido por casualidad en un lugar, como podría haberlo hecho en cualquier otro-, pero si de asumirlo y aceptarlo, y a pesar de las inmensas deficiencias históricas -y presentes- que nos contemplan, amarlo. Es muy fácil querer a alguien -o algo- cuando piensas que es perfecto, tiene mucho mas merito hacerlo cuando sabes que no es así.

Pero… por otro lado, no puedo evitar pensar que solo es fútbol, nada más que fútbol. Y una nación no es grande por lo bien que sus jugadores muevan el balón, ni por la poesía de sus goles, ni el goce estético de sus jugadas. Un país puede ser admirado por lo justo de sus leyes, lo democrático de su funcionamiento, lo honrado de sus dirigentes, la libertad de su sociedad… muchos factores pueden ser sin duda objeto de respeto, pero, ¿el Fútbol? No, lo siento, el pensar que el éxito de tu selección nacional te hace mas importante, eso si es sin duda patrioterismo, y del barato. El uso del 'deporte' -y nunca mejor usadas las comillas- como exaltación de lo triunfal de una sociedad me hace recordar a lo que hacían países como la RDA, y me dan ganas de vomitar.


Ahora España esta arriba, entre las mejores, llegara el día en que la rueda girara y bajaremos, para que vuelvan a subir al pedestal viejas conocidas, o puede que algún inesperado debutante. Pero ni estar ahí nos hace superiores como pueblo, ni nos da derecho a cerrar bocas o a exigir silencio o sumisión a quienes ahora no nos miran desde lo alto… ni a ellos se lo otorgaba antes. La estupidez, la prepotencia, no es patrimonio de ninguna nación es especial, por desgracia es una de esas características inseparable del ser humano, y mas cuando actúa como miembro de una masa. Solo en nosotros esta el poder de separarnos de la misma. Es imposible evitar que alguien se comporte como un malnacido, un ignorante o un malvado, pero nosotros tenemos el derecho, y más aun, el deber, de decir que no hablan en nuestro nombre ni en el de nuestra 'patria'.


Porque es, fútbol, solo fútbol. Ninguna victoria terminará con la crisis, ni aliviara el desempleo, lo único que podrá hacer como mucho, es poner una sonrisa en nuestros labios, aliviar nuestras preocupaciones con un poquito de felicidad… lo cual, viviendo en un mundo como el nuestro, ya es bastante. Es lícito disfrutar del éxito, incluso sano, lo insano, lo que te convierte en un miserable, es usarlo para atacar a los demás, para intentar humillarlo… y por desgracia estamos demasiado acostumbrados a ese tipo de acciones. Solo le pido a Dios, o a mi conciencia, no caer en ese tipo de actos. Porque no puedo cambiar a la humanidad, pero solo yo soy dueño de mi destino y mis obras, si falló no puedo echarle la culpa a la sociedad, al ambiente…solo en mi esta el culpable."


Pues eso, que lo de esta tarde es sólo un partido; que Mafalda, como casi siempre, tiene más razón que una santa; y que a todo el que cante orgulloso lo de "yo soy español" antes, durante o después del partido, sólo me cabe desear que le cague una cigüeña en la boca cuando más abierta la tenga.

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