jueves, 1 de julio de 2010

¡Valla con Bilis!

Bilis tiene nuevo aspecto.

Tras veintiséis meses -se dice pronto: ¡26, yaha!- con las absurdas incongruencias bílicas surgidas de mi cabeza expuestas sobre el fondo de la plantilla de blog más fea del mundo, hoy estrenamos apariencia. Si Belén Esteban puede cambiarse la cara, Bilis también. (Y aquí, además, sabemos sumar con llevadas y no tenemos doscientos gramos de choped atrapados con una pinza en el cogote.)

Como pueden ustedes apreciar, sus satánicas majestades, tampoco nos hemos comido la cabeza. Que no somos gambas. Una valla y tras ella, el cielo. Bonita metáfora que expresa sin lugar a dudas la vacua caducidad del mundo urbanita tradicional, la decadencia del Sistema, o la insoportable levedad del ser. Y, a veces, también significa que la huerta del otro lado no es tuya, y que si el dueño te ve pisándole los tomates para robarle un poco de perejil te va a dar un masaje de riñones con un azadón de siete kilos. Ah, sí, sí. Toma las pastillas.

En una reunión extraordinaria de la Junta Directiva del Ente Púbico Bilis -compuesta por lo más granado de la cultura ibérica: la subcampeona de Coños, Proxenetas y Viceversa, el tipo que edita y borra los mecagüendios de las declaraciones de Esperanza Aguirre y servidor-, se optó inicialmente por colocar como imagen, en una bandeja de porcelana, una mariscada de navajas de Albacete; después a un perro lamiéndose el cipote; más tarde a Baúl González Blanco contando las Eurocopas que ha ganado; después se retomó la idea del perro, para ganar nivel intelectual, y finalmente, el elegido era Julián Muñoz, robándoles cizalla en mano, la bici que habían dejado candada a la valla que finalmente obtuvo la victoria.

Pero después, en otra reunión de urgencia se concluyó, "¿Y para qué? Si todas esas cosas pueden ser imaginadas por mis lectores al otro lado de la valla." Así que aquí la tienen: una valla, sin más. Bilis abandona los circulitos de colores, más propios del decorado de un programa de televisión de los ochenta o la versión informática del papel que cubre las paredes de casa de sus abuelas, y se lanza al minimalismo de la misma manera que en los Legionarios de Cristo se lanzan a por los niños de siete años.

Bueno, pues nada, que hoy no se trataba de meterse con nadie (la infanta Elena, Belén Esteban, Baúl, la puta de la Espe y Julián Muñoz aparte), sino de dar la bienvenida a mis queridos lectores -que se pueden contar con los dedos de una mano de Doraemon- a este nuevo Bilis, ahora que su aspecto lamentable ha sido (levemante) mejorado, pero donde las inconexas regurgitaciones de un parado continuarán, como siempre, haciendo sangrar a sus retinas -y sus cerebros, si los tuvieran-.

Como tampoco creo que haya mucho que disfrutar, simplemente no lo sufran demasiado.

2 comentarios:

Adolfo dijo...

Me gusta más el nuevo diseño.
Espero que el cambio de imagen no afecte al contenido!!!!
Que siga ese espíritu!

Yaha! dijo...

Muchas gracias, caballero!
Por los contenidos, descuide, no sé hacer otra cosa.