martes, 14 de septiembre de 2010

Terry Jones, un cura con bigotón

Como los medios de comunicación españoles están inmersos en una orgía de destrucción cerebral comandada por la Esteban en Telecinco y apoyada militarmente por el calvo de la Fórmula1, los voceras de Punto Pelota, y los analistas políticos de Falange Española, digo, de Intereconomía, ninguno de ellos ha tenido tiempo para abandonar sus redundantes reflexiones sobre el tobillo de CR7 o los pelos del potorro de alguna Jenny de Telahínco.

Por eso en Bilis, inmersos como siempre en grandes labores humanitarias, hemos decidido desplazarnos hasta la Florida -el estado, no el parque de Vitoria- para hablar con el ínclito Terry Jones, el único reverendo protestante con nombre híbrido de brandy, pirata, y raza de perro-patada, para conocer sus interesantes opiniones.

[Bilis]: ¿Vaya Cristo que montaste, eh Terry?
[Reverendo Terry Jones]: Ya te digo, Salinas.

[B]: ¿Se esperaba semejante repercusión?
[RTJ]: Qué va. A mí por lo general no me hace caso ni mi mujer. Por eso bebo zarzaparrilla los miércoles por la noche y cuando vuelvo a casa todo ciego la doy con el cinturón en el lomo. Menuda perra, oigan.

[B]: (Cara de póker.)
[RTJ]: All in.

[B]: Bueno, señor Jones, comparta con nuestros distinguidos lectores sus motivaciones. ¿Qué pretendía usted con la quema de coranes?
[RTJ]: Quería enseñar al mundo que un tipo con un bigote ridículo y un jardín grande delante de su almacén puede captar toda su atención durante una semana.

[B]: ¿Sólo eso?
[RTJ]: Bueno, de paso también quería demostrar que el Islam es malvado.

[B]: ¿Y por qué la suspendió?
[RTJ]: Para evitar que, en replesalia por la quema de un libro, los radicales islámicos matasen a todos los yankis que pudieran (una vez más).

[B]: Pero señor Jones, ¿no habría quedado claro de esa manera que son malvados, al poner en el mismo nivel un libro y una vida, obteniendo usted la demostración que desde un principio deseaba?
[RTJ]: Ostia, pues sí. No me dí cuenta. Paso demasiado tiempo atusandome el bigote y pegando a la guarra de mi mujer como para pararme a reflexionar sobre mis actos. Además, así podré ser el protagonista de una teleserie con muchas banderas de barras y estrellas que enseñará a la gente que ve Antena3 por las tardes, que tu patria es más importante que tus convicciones religiosas, e incluso que tu propio bigote.

[B]: Pudimos leer en su jardín cuatro carteles de grandes letras rojas con las palabras Islam, Is, From y Devil. ¿Se trata de algún mensaje oculto?
[RTJ]: Tú no sabes mucho inglés, ¿verdad?

[B]: No, menos mal que usted sabe responder a todas mis preguntas tan sólo con las palabras de idioma eusquérico que yo conozco gracias a las retransmisiones de pelota mano de la ETB. Si no no sé cómo habría sido posible esta entrevista. A lo que íbamos, ¿qué quiere decir lo de los carteles?
[RTJ]: Significa El Islam es del diablo.

[B]: O sea, que piensa usted que el Islam es diabólico, ¿por qué?
[RTJ]: Very easy, my friend. Porque predica la violencia como forma de someter a aquellos que no adoran a su dios.

[B]: Si se piensa bien, podríamos decir que durante la conquista de mayas, aztecas o incas, también se mataba en nombre de un Rey y, ante todo, de una religión.
[RTJ]: Exactamente, pero eso fueron cosas de católicos, gentes creyentes en milagros absurdos, profusos fornicadores y adoradores de muñecos de madera. Los protestantes -ya sean luteranos, calvinistas, anglicanos, baptistas, luisfabianos, o de la iglesia del séptimo bigote, como yo- no tenemos nada que ver con esos papistas del infierno.

[B]: ¿Y qué me dice de los indios de las llanuras de Norteamérica? A esos no los exterminaron los católicos, sino reformistas cristianos como usted.
[RTJ]: (El Reverendo Jones reflexiona, o al menos se atusa el bigotón dándose apariencia de pensador). Lleva usted razón, pero esto no implica nada. Simplemente demuestra que una buena campaña de publicidad tiene un inmenso valor. Todo es cuestión de semántica: evangelio viene del griego, y quiere decir buena noticia. Yihad en cambio quiere decir guerra santa.
Si tú acribillas a todo el que no piensa lo mismo que tú, hasta que los cuatro gatos que quedan deciden que es mejor apuntarse a tu secta a que les quemes en la hoguera, les lapides, o les cortes la cabeza, pero lo haces asegurando que de esa forma extiendes la buena noticia, a la larga eres mucho más molón que si haces lo mismo aduciendo simplemente que todos los que no adoren a tu Dios merecen morir.

[B]: Gran idea, le felicito. Así que el secreto está en utilizar palabros griegos de hermoso significado.
[RTJ]: Antes sí. Ahora, gracias al Todopoderoso, ya ni siquiera es necesario utilizar palabras como evangelio. Con decir que se mata en nombre de la paz y la libertad es suficiente. Porque eso mola. Pero matar por orden de un profeta que te ordena expandir tu fe a sangre y fuego, sin pretender apropiarse ni siquiera de unos poquitos pozos de petróleo... Eso es propio de bárbaros que no merecen ser llamados humanos.

[B]: (Cara de póker again.) Muchas gracias por su atención, señor Jones.
[RTJ]: Gracias a ustedes. ¡Viva la democracia, la libertad, y la quema sureña de negros! ¡Yueséi, Yueséi!

Y Bilis abandona las pantanosas tierras de la Florida, donde el reverendo se despide de nosotros rodeado de familiares y amigos; su hermano Paco, su hijo Lacoste, que es un caimán, y su esposa Martha, a la que fustiga con su bigote ante nosotros a modo de despedida. Mucho puede enseñarnos el reverendo acerca de los cuidados del vello facial.

Sobre asuntos de fanatismo religioso, podemos apaciguar nuestras ansias de comprensión teniendo en cuenta que el Islam se origina en el año 622, con lo que ellos viven ahora en plena Edad Media, y como buena religión monoteísta que son, tratan de repetir todo el humor fanático que los cristianos teníamos allá por el año 1388. La única diferencia estriba en que en el siglo XIV, si eras un hijo de puta con ganas de matar en nombre de Dios, te comprabas una alabarda, un espadón o un arco, y te calzabas a la gente de uno en uno, mientras que hoy, los chicos de Alá cuentan con dinamita, ametralladoras, aviones comerciales o bombas de plutonio para exprimir al máximo su particular medievo. Que viva la ciencia.

2 comentarios:

Pilar dijo...

Por cierto, podríamos ir a La Meca (en Murcia) antes de que la cierren. XD

Yaha! dijo...

No me gusta el bakalao, y tampoco me llama demasiado pertenecer a la religion islamica (a la catolica, casi que tampoco), asi que la suma de ambas no me motiva mucho.

Se lo dire de otra forma: no me gusta comer cardo, y creo que tampoco condsideraria un manjar la ingesta de mi propia mierda, por lo que deduzco que el cardo relleno de heces (o viceversa) tendria serios problemas para convertirse en mi plato favorito.

Mejor a la Laurel.