miércoles, 17 de noviembre de 2010

Sáhara II: nuestros perros

Pero Zapatero no es el único retrasado mental que se sienta en el Consejo de Ministros. Es más, dudo que alguno no lo sea.

De la ministra de Asuntos Exteriores, poco se podía esperar. Si su inutilidad le impide ser candidata a presidenta de Madrid... ¿qué iba a hacer en cosas de mayores? Así que no es de extrañar que se calle como la puta que es cuando el gobierno marroquí proclama, en una mezcla de altanería y cachondeo, que el ciudadano español muerto (éste era español del todo; no uno de aquellos doscientos mil a los que Franco retiró la nacionalidad de un día para otro, como si mañana alguien entregara Badajoz a los portus, y aquí paz y después gloria), la palmó en un accidente de tráfico*. Qué coincidencia, oye.

Pero como el que es tonto lo es hasta para no saber cuándo tiene que mantener la boca cerrada, tuvo que saltar la Sinde. La ministra de Cultura inicita a prensa y población a "no hablar de cosas de las que no se entiende", como a los chiquillos. En ese caso, ella sólo debría abrir la boca para comentar los pormenores de su último aquelarre antipirateo junto a Mamoncín y los chicos de la SGAE, o cómo regala millonadas en subvenciones a sus amiguetes del cine para que hagan películas de la misma calidad que un VHS con noventa minutos de carreras de moscas sobre un mojón de buey.

Pero ella, como es ministra, habla que te habla. Y mientras, nuestro ministro de Interior "se da por informado" tras las explicaciones de su homólogo marroquí. Que siga la fiesta.

-Oye Rubalcaba, soy el ministro moro. Que os den mucho por el culo; a vosotros, a la libertad de expresión, a la democracia y, sobre todo, los saharauis.
-Sí, sidi. Me doy por informado.

Y Rubalcaba, que no tiene mucha pinta de bobo -más bien al contario-, pero que debe pensar que todos nosotros sí la tenemos, afirma no saber nada acerca de la entrada de periodistas extranjeros, que puedan hablar con objetividad -la objetividad que tiene normalmente la prensa, pero algo es algo-, porque "de eso se ocupa otro ministro, y el de Interior no sabía nada". Y se queda tan ancho. La calva te cague una cigüeña, sinvergüenza.

Resumiendo -o no-, que Marruecos no sólo hace lo que a Mohamed VI le sale de sus islámicos huevos con el pueblo saharaui, sino que insta a los medios europeos -españoles especialmente- a callarse la boca ante sus atrocidades.

Pero, ¿por qué el Rey de Marruecos (culpable directo de todas las políticas represivas de su país) campa a sus anchas, sin que nadie le lea la cartilla? Pues, entre otras cosas, porque Marruecos es socio preferente de los Estados Unidos en la zona, y a esta amistad con los jodidos gringos se unen los habituales vetos franceses, probablemente debidos a que los políticos y empresarios gabachos tienen en Marruecos aún más intereses ocultos que los españoles.

Pos cosas como ésta de El Aaiún, la OTAN se metió hasta la cocina en Kosovo, y en Bosnia era más fácil ver a un casco azul que a una prostituta en Telecinco. Sin embargo, Francia siempre ha vetado la entrada de cascos azules de la ONU para proteger a la población en el Sáhara. Pero claro, los serbios son colegas de los rusos, y los pobres saharauis sólo unos muertos de hambre que, por no tener, no tienen ni petróleo bajo su arena.

(*) Última hora: se admite un tiro en la cabeza mientras estás montado en un coche como accidente de tráfico. Pónle freno, Kennedy.

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