lunes, 28 de julio de 2008

Euskadi Ta Askatasuna I: Gora Antena3

Escribo hoy sobre algo que no he visto. Ni veré. Y no lo haré porque me da verdadero asco que hayan podido llegara a emitir por televisión algo así, pero me permito repudiar a quienes utilizan un asesinato, como ya hicieron con otra serie sobre el caso Wanninkoff, en busca de un morbo atraiga a la audiencia. Seguro que a la gente también le gustaría ver una miniserie que ilustre el momento en que decenas de primates violaron a la madre del director de contenidos del dichoso canal. A mí por lo menos me encantaría, veremos si también les da por producirla.

Todo esto viene a cuento de que algún productor engendrado por babuinos ha decidido hurgar en las cuarenta y ocho horas que el concejal Miguel Ángel Blanco estuvo secuestrado antes de ser ejecutado por ETA. Por si la cosa tenía éxito, los del hacha y la serpiente ya preparaban una segunda parte con idéntico argumento.

Evitar el olvido de las víctimas o fomentar la unidad frente al terrorismo son algunos de los argumentos argüidos para justificar la serie. Pero no es necesario alimentar el morbo, ni orear cada víctima anterior cada vez que esos hijos de puta nos sacuden con otro atentado, y mucho menos hacen falta repelentes producciones de este calado para que la gente sea consciente de lo que es ETA.

Esos tipos, que comenzaron abanderando desde el País Vasco la lucha contra el dictador fascista que, entonces sí, oprimía con crudeza a todo cuanto se le oponía, hace tiempo que perdieron el norte.

Porque el dictador murió –en la cama y no emulando a Bubka como su Almirante, por desgracia–, y a pesar de que afortunadamente se normalizó su lengua, y de que se institucionalizó su bandera y obtuvieron una serie de prebendas en forma de renovación de viejos fueros que dejaban al resto de ciudadanos como un segundo nivel y construían un Estado absurdo y clasista con la sola intención de mantener su ficticia unidad, ellos no se dieron por aludidos.

En la dirección etarra decidieron hacer claudicar a ese Estado mediante asesinatos en masa. Y así se vengaron de las señoras que les oprimían haciendo la compra en el Hipercor, de los currantes que coartaban su libertad esperando al autobús en la Plaza de la República Dominicana, o de los bebés fascistas que dormían en la Casa Cuartel de Zaragoza... Todos ellos, sin lugar a dudas, culpables de todos los males del pueblo vasco.

Después, y quizás recapacitando sobre los escasos frutos de tan heroicas acciones fueron variando la estrategia, desmembrando niñas, acribillando a profesores de universidad o sepultando ecuatorianos que esperaban a la familia en un aeropuerto y que, por supuesto, también eran cómplices de la opresión franquista; no sin antes pasar por el poco innovador método en el que un cónclave de ratas se atribuye la posibilidad de dictar condenas de muerte y ordenar a un grupo de retrasados hijos de la gran puta que las ejecuten.

Maravillosos argumentos para otras películas, si señor. Gora Antena3.

No hay comentarios: